Por Sergio Villamizar - Colprensa
Hace poco se cumplieron 25 años desde el estreno de la cinta animada Bichos: una aventura en miniatura, el segundo largometraje de Pixar Studios, y aunque no ha sido una de sus producciones más taquilleras, los fieles seguidores de estos estudios, así como los fanáticos de Disney, esperaban una segunda parte, y más, con la reciente explosión de producciones para las plataformas de streaming.
Para sorpresa de todos, Disney+ acaba de estrenar Bichos: una verdadera aventura en miniatura —de la mano de National Geographic— una serie documental que lleva al espectador a esos universos miniaturas que desde nuestra visión desconocemos, como las luchas que realizan los insectos, que en la serie llaman ‘bichos’, para sobrevivir en la convulsionada Nueva York, aquellos que deben ser demasiado audaces para poder llegar la final del día en un patio texano, así como los que habitan una granja británica o quienes enfrentan los desafíos en la sabana africana llena de verdaderos gigantes.
El segundo capítulo de esta serie, que utiliza los más avanzados equipos para lograr captar con sus potentes cámaras cada detalle de los más diminutos bichos, se llama Bienvenido a la selva y acompaña a una hormiga y una abeja euglosina en su primer día de trabajo en el corazón de un bosque en Costa Rica.
En cada capítulo, como es costumbre en National Geographic, se convocó a especialistas en el estudio de los insectos protagonistas, encontrándose con el biólogo colombiano Carlos Alberto Hernández, quien hace cerca de 17 años se dedicó a la investigación de las abejas euglosinas en El Cañón de Río Claro.
Es tan sólo uno de los estudios y trabajo que ha realizado Hernández a lo largo de su carrera, quien ha sido asistentes de investigación doctoral en el Museo de Zoología en la Universidad de Harvard, y en la actualidad, viene trabajando en el Vichada, Amazonas y la región de los Montes de María (Bolívar), con comunidades indígenas en temas de conservación.
Carlos Alberto Hernández habló con Colprensa sobre su trabajo en esta ambiciosa serie documental, así como la importancia de conocer más sobre los ‘bichos’ que nos rodean.
¿Qué fue lo que más le llamó la atención de esta serie documental para aceptar trabajar en uno de sus capítulos?
“Creo que para todo biólogo es un sueño, o por lo menos yo que crecí viendo documentales de naturaleza, poder participar en al menos uno. Creo que lo más importante radica en poder contar las historias a una audiencia mucho más grande y a nivel internacional, producida por los mejores en materia de documentales de naturaleza, que puedan ver cosas que tal vez uno ve sólo en su trabajo de campo.
En mi caso, yo escogí mi tesis para estar trabajando viendo este tipo de animales y su entorno, y uno toma fotos, cuenta algunas historias a la familia y a los amigos, pero ya, se queda entre los investigadores, quienes están estudiando y tus personas cercanas, por lo que una serie de este nivel era la oportunidad de compartir con muchísima gente lo que he visto en campo durante todos mis años de trabajo”.
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Cada capítulo es un mundo miniatura, ¿Cuál le correspondió a usted?
“Welcome to the jungle es el nombre del capítulo, y lo maravilloso de la narración de cada episodio, es que el espectador se encontrará con personajes (bichos), que son una especie de héroes que siempre están enfrentándose a los problemas de sobrevivir en la selva, lo que permite meterse en una especie de película para entender cómo es la vida de un bicho en el bosque, porque es realmente complejísima.
Uno viendo documentales se siente demasiado cómodo en un sillón con palomitas de maíz viendo en una pantalla a los animales intentando sobrevivir, pero la serie te permite estar mucho más dentro de este mundo miniatura y poder entender de manera mucho más clara la diferencia entre la vida humana y la de los insectos. Quizás esto ayude para que la gente pueda tener otro tipo de relación con los bichos”.
¿Cambió de área de trabajo?
Yo he evolucionado con mis gustos e inquietudes, porque empecé especializándome en entomología, en especial en las abejas, pero después, cuando vi las amenazas que sufren estos ecosistemas, hice una maestría en conservación de biodiversidad y ahora un doctorado en sostenibilidad con comunidades indígenas.
He ido migrando en mis intereses dándome cuenta que quizás la prioridad sea trabajar con el ser humano, con poblaciones que históricamente han sido atacadas o ignoradas, y también el poder trabajar con la gente que está conectada con la biodiversidad.
Pero trabajar con insectos ha sido increíble, las abejas euglosinas abrieron mi mente, parecen transformes brillantes metálicos que seducen a las hembras con perfumes, por lo que es casi imposible que a uno no le terminen gustando estas abejas.
En medio de conocerlas e investigarlas, entendí mejor las amenazas que sufren ese tipo de ecosistema, por lo que hice ese cambio hacia la conservación, lo que me llama ahora la atención hacer”.
¿Dónde viene realizando ese tipo de trabajo?
“En el departamento de Vaupés, Amazonas y en Montes de María en Bolívar, entre otros territorios, venimos desarrollando este tipo de trabajo”.
¿Disney+ lo devolvió a los bichos?
“Por fortuna, porque extrañaba las abejas, extrañaba esos ecosistemas y National Geographic y Disney me invitaron a volver a trabajar con estos bichos, y ojalá podamos seguir haciéndolo y seguir divulgando este conocimiento”.
¿Somos conscientes de la importancia de ‘bichos’ como las abejas en nuestros ecosistemas?
“No, no los conocemos, y más en este tipo de abejas, que creo que las conozco yo y mi mamá (risas), de ahí la importancia de series de esta calidad de National Geographic y con el alcance de Disney+, para lograr que más gente se entere.
A la mayoría de ‘bichos’ como las abejas, no los conocemos, porque están escondidos por ahí, y en Colombia conocemos de abejas una especie que ni siquiera es nativa americana de las miles de especies de abejas que existen.
La idea es que comprendamos que no todas las abejas se comportan igual, algunas son solitarias, no todas producen miel, que recolectan perfumes para cortejar a las hembras, que son brillantes que por eso digo que parecen los transformers que vemos en las películas, que polinizan orquídeas y utilizan otras plantas para alimentarse”.
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¿Aún existen muchos mitos o miedos en torno a las abejas?
“Muchísimos, aunque no tantos como otros ‘bichos’, como las arañas y las serpientes, pero en general las abejas la gente tiene muchos mitos, al pensar que todas tienen aguijón, lo cual no es así, además, son las abejas mieleras que por su trabajo, han desarrollado una jerarquía de división laboral y en donde casi todas son hembras.
Así se van entendiendo muchas cosas, pero es la muestra de lo poco que logramos entender la biodiversidad que se tiene en un país como Colombia”.
¿En qué proyecto se encuentra trabajando actualmente?
“Ahora que trabajo con comunidades indígenas entiendo que hay cerca de 115 grupos identificados de comunidades indígenas, pero el colombiano quizás no sabe más de dos o tres de sus nombres. Aún no somos conscientes de lo megadiverso bioculturalmente que es Colombia, por errores sistemáticos en la educación y en la divulgación de la información”.
¿Por qué ver ‘Bichos’?
“Se van a fascinar, se encontrarán con historias que nunca había conocido, en mi capítulo las abejas deslumbran con su belleza, estéticamente son increíbles, por lo que tiene todos los ingredientes para divertirse y aprender de mundos que están dentro de este mismo mundo”.
