Por Simón Vargas - Morat *Colaboración especial
No se espanten, eso es lo primero. Respiren. Sabemos que hablar de pijamas para ir a un concierto es extraño. De hecho, no les vamos a mentir, estuvimos un buen rato dándole vueltas a si era o no una buena idea. Sabemos que hay mucha gente que dura meses planeando lo que se va a poner, con el único propósito de verse tan bien como sea posible, y, por lo general –aunque no faltan las excepciones– las pijamas son tibias, muchas veces son sólo ropa vieja, uno no piensa que lo vayan a ver con ella en la calle, y, al final, “no son lo que uno querría ponerse para ir a ver un concierto”, ¿O sí?
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Hemos visto que las opiniones son diversas: “¿Qué pasa con el clima?”, “¿y si llueve y me voy en pantuflas?”, “duermo en boxers y están llenos de huecos”, “mi pijama es una camiseta de campaña del político más paila, pero me la dieron gratis y gratis hasta un puño”. De nuevo, respiren.
La idea de irse en pijama no necesariamente es irse con la pijama con la que duermen todos los días –aunque adelante si se sienten audaces–. Lo que queremos es invitarlos a que nos acompañen en una noche de sueños (esa que sucede Antes de que amanezca —por si no estamos siendo lo suficientemente obvios—), y para eso queremos que se pongan la ropa que “se pondrían para soñar”. La idea es que se inspiren en las pijamas; no tiene que ser absolutamente literal (pueden ahorrarse los boxers llenos de huecos).
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Además de todos los ejemplos no tan emocionantes que ya vimos, una pijama también es cómoda, relajada, fácil y útil, cambia si el clima es caliente o frío, hay de todo tipo y para todos los gustos, y estas son características que puede tener el outfit que se pongan para nuestros conciertos sin que necesariamente sea una pijama tal cual como con la que se levantaron esta mañana. No solo esto, sino que las posibilidades para elevar este outfit siguen siendo las que hay para todos los demás: accesorios de todo tipo como gafas, collares, aretes, pañoletas, entre los millones que hay; combinarlo con prendas inesperadas; entrarle uno con mano propia y jugarle al DIY (Do it yourself) que, sea dicho de paso, es lo que más nos ha sorprendido de la ropa con la que nuestros fans se van a los conciertos.
Las opciones son infinitas y solo depende de qué tan comprometidos quieran estar con el dresscode (no los vamos a juzgar si no —tal vez solo un poquito—).
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También se vale participar sin meterse hasta el cuello: a lo mejor me visto como cualquier otro día y me llevo un antifaz para dormir, o me pongo un pantalón de pijama y encima me pongo ropa normal. En fin, podría quedarme horas listando combinaciones, pero queremos ver con qué aparecen ustedes el día del concierto (en Bogotá el 7 de julio, en Medellín el 13 de julio).
Jueguen con el concepto de la noche de sueños, inspírense en una pijama (no hay que ser tan literales) y déjense llevar. No hay respuestas correctas, aunque si no se están divirtiendo, ahí sí que lo están haciendo mal.
Nos vemos en los estadios y, más allá del gran outfit, lleven una gran actitud.
*Los integrantes de Morat se midieron a escribir varias páginas del impreso de este 28 de mayo, semanas antes de su show en Medellín. Esta es una de las notas en su versión digital.
