Por Sergio Villamizar
Recién arrancando su carrera profesional en los medios de comunicación, Katherine Porto dividía sus días entre su participación en un programa radial juvenil todas las mañanas de lunes a viernes, y como presentadora de un programa de televisión de humor y cámaras escondidas los fines de semana, hasta que un día recibió la carta de despido por parte del canal de televisión.
Es tan sólo una de las experiencias que la también actriz decidió compartir a través de su pódcast, uno de los más escuchados en Colombia, y otros países de Iberoamérica, durante el año pasado, y ahora, en Microdosis de Amor Propio, una guía, un libro en el que plasma su experiencia, incluso de sus momentos más difíciles y dolorosos, para lograr un autoconocimiento como el único camino seguro para el bienestar y felicidad.
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Katherine, además de actriz –la hemos visto en Primate, Pasión de gavilanes, La diosa coronada o Hasta que la plata nos separe– también se ha certificado como coach angelical, coach de respiración, maestra de meditación y heath coach holístico. En este libro presenta, en las 230 páginas, una serie de enseñanzas, estrategias y herramientas, que ella misma puso en práctica para poder sanar y crecer.
¿Nos acostumbramos a vivir en el dolor?
“Podemos vivir anestesiados y no nos damos cuenta que necesitamos despertar a la conciencia a entender que debemos hacer cambios en nuestras vidas, en los hábitos, en nuestra forma de pensar, y no lo hacemos porque siempre pensamos que la causa de todos nuestros problemas siempre es externa, cuando es dentro de nosotros donde están las respuestas de todo lo que nos está pasando.
Es necesario hacer un plan de vida que va más allá de nosotros mismos, que va más allá del día a día del trabajo, de los deseos de viajes por hacer, de la planeación financiera, y para ello es vital un trabajo interno para conocernos, cuestionarnos mucho, preguntarnos cosas, conocernos, aprender y aprender a desaprender cosas y poder incorporar nuevas cosas que nos permitan el bienestar que estamos buscando.
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La pandemia fue un momento muy importante para la humanidad con un despertar colectivo, donde mucha gente se dio cuenta que tenía hacer cambios de hábitos, con la búsqueda de hacer ejercicio no para verse bien, sino para sentirse bien, poder lograr comer mejor, y entender mejor que el bienestar es integral que involucra la mente, el cuerpo y el espíritu, que es un trabajo diario.
En este libro no solamente comparto mis historias que me marcaron y me llevaron a un despertar, con herramientas que me han ayudado a lo largo de estos años para estar bien”
¿Como comenzó todo este proceso?
”Empezó con un batazo que no me mató pero que me dejó mareada. Así fue mi despertar, porque siempre me hacía preguntas de ¿por qué estoy aquí?, ¿esto es la vida?, en un momento en que había logrado todas esas cosas que me habían dicho que era la felicidad desde chiquita, que era tener éxito, tener fama, dinero. Además, ya me había casado, ya era madre, pero seguía con un vacío en mí, todo el tiempo, con unas fuertes ganas de no querer vivir.
Es un trabajo de autoconocimiento y de cambios que no se da de la noche a la mañana, es con pequeñas microdosis, pero cuando hacemos el trabajo, es impresionante los resultados, y eso es demasiado motivante, al ver cómo las cosas se van dando y que todo se ha logrado partiendo de tI, no esperando que otra persona te lo de.
Fue en ese justo momento en que empecé a ver los resultados de los cambios, en que decidí compartirlo. Todo lo que te hace bien debes compartirlo”.
¿Qué tan difícil fue narrar en este libro esa intimidad que ha sido dolorosa?
“Es difícil y fue abrir heridas y contar secretos, y para ello hay que estar muy consciente del por qué lo hago, que lo que estoy compartiendo le servirá a los demás, y que los lectores no lo recibirán como el ‘chisme’ de lo que le ocurrió a una famosa. Ya me está pasando que la gente lo lee y muchos me dicen: ‘Soy tu espejo’.
El libro es un viaje que arranca por el pasado, porque a veces tenemos que ir a él para poder entender muchos de nuestros procesos, la historia de mis padres, y ver porqué repetiremos muchas historias, pero no puedes cargar con el pasado.
Si logramos hacer estos procesos, esto nos beneficiará a nosotros y las próximas generaciones, con niños más sanos mentalmente, con familias más funcionales”.
¿Difícil verse al espejo y reconocerse tal cual es?
“Solo lo solemos usar para ver cómo nos queda la ropa y lucirla más para los demás que para nosotros mismos, pero hay un trabajo que se hace con el espejo interno y cuando lo haces, muchas veces te asusta. Lo acabo de hacer este fin de semana y al verte a los ojos es como si esa otra interna te hablara, y te puede desde felicitar, hasta señalarte lo mal que estás.
En mi época de depresión y trastornos alimenticios recuerdo mirarme en ese espejo interior y no parar de llorar, porque siempre me veía cansada, triste y angustiada, mientras que ahora me veo esperanzadora, empoderada, con sueños por cumplir y que está haciendo exactamente lo que le gusta”
El amor propio es un trabajo diario...
“El amor propio es un trabajo para toda la vida, y todos los seres humanos venimos a transformarnos para irnos mejor de lo que llegamos, mucho antes de querer rehabilitar y salvar a los demás. Hablo mucho en el libro de ello, eres responsable de la vida que quieres tener. Tú decides quiénes son los antagonistas de tu vida.
No es un trabajo cómodo, está lleno de cuestionamientos y dudas y el analizar por qué repetimos ciertos patrones de conducta y por ende, siempre obtenemos los mismos resultados. Mi libro te va a incomodar porque hago preguntas incómodas pero necesarias, con historias que no son color de rosa, porque hablo de mis decepciones, de mis tusas, mis frustraciones, pero a la vez, cuento cómo logré de todo eso, crear algo nuevo positivo para mi vida”.
También habla de los sueños...
“Yo nací en un lugar en Cartagena rodeado de personas que no cumplieron sus sueños, desde mi familia y vecinos, y yo siempre decía que sería famosa, siendo cantante, diseñadora de modas y mil cosas más, y mucha gente me decía que uno no podía ser todas esas cosas. Siempre tenemos muchos sueños que no realizamos porque no trabajamos para hacerlos realidad. Para ello, se necesita obstinación, trabajo, disciplina y querer mucho que ese sueño se haga realidad”.
Y la gratitud...
“Hace parte de uno de mis códigos de amor propio porque cuando agradeces le das la opción al universo de que te devuelva. Damos por hecho el vivir y no lo agradecemos, hay que cambiar la queja por la gratitud atrae cosas mejores, mientras que la queja te lleva directo a la amargura”.