Carlos Vives, el artista que ha abierto el camino para las nuevas generaciones que sueñan con internacionalizar su propuesta musical, celebró 30 años de carrera como solo él podría hacerlo: mezclando rock y vallenato, devolviéndole a su público el cariño y compartiendo el escenario con más de cuarenta cantantes más.
La cita fue en el estadio El Campín este viernes, donde a las 7 en punto, Ácido Pantera deleitó con su electrónica colombianizada, pues integra instrumentos y ritmos autóctonos.
Una hora más tarde, los máximos exponentes del tropipop subieron uno a uno a la tarima. Lucas Arnau, Sebastián Yepes, Alejo González y Mauricio y Palo de Agua fueron algunos de ellos, quienes le recordaron a la capital qué era lo que se oía a principios de los 2000.
Acompañándolos estuvo una nueva generación, encabezada por Alejandro Santamaría, Simón Savi, Laura Maré, Timø y Maca y Gero, por mencionar unos pocos. Y, al final, todos los ‘másters de la parranda’ cantaron juntos uno de los clásicos de Bonka: ‘El parrandero’.
Sobre las 10:30 p.m. ya el público esperaba con ansias a Carlos Vives y la cita inició con ‘Pa’ Mayte’, aquella composición con la que el samario rindió homenaje Mayté Montero, una de las más importantes representantes del folclor y quien ha permanecido a su lado por tanto tiempo.
A medida que avanzó el show más clásicos siguieron sonando: ‘La gota fría’, ‘Fruta fresca’, ‘Carito’, ‘La tierra del olvido’, ‘Déjame entrar’, entre otros. Y, por supuesto, las más recientes de ‘Cumbiana’.
Más tarde también aparecieron Aterciopelados, Ryan Castro y Sebastián Yatra, quien dio un emotivo discurso en el que resaltó la calidad humana de Carlos Vives. Sin olvidar tampoco que aquellos ciclistas que le han dado las mayores alegrías al país –desde Lucho Herrera hasta Rigoberto Urán– hicieron acto de presencia.
Fue un año de preparación, seis días de montaje, el trabajo de 100 personas que trabajaron en turnos de 12 horas, 842 metros cuadrados de pantallas LED, 352 cabezas móviles, 20 láseres, manillas de luz para cada asistente y la energía de Carlos Vives y sus músicos lo que hizo de este evento uno tan especial.
E íntimo, debe decirse, pues detalles como que se contó la historia detrás de las canciones, de boca de quienes las inspiraron, son los que el público más aprecia y le hacen desear que el artista que tienen en frente los deleite, por lo menos, durante 30 años más.