De las carabelas de Colón que trajeron a América la caña, a este valle, el de Aburrá. Del mata diablos que bebían piratas y corsarios, a los extra añejos, hechos para degustar.
El del ron ha sido un camino de búsqueda del mejor sabor, un camino que ha recorrido, y con acierto, la Fábrica de Licores de Antioquia.
“Una de las principales diferencias que tiene el Ron Medellín es su pureza, es decir, no se le adiciona ningún componente diferente a los entregados en su proceso de añejamiento”, asegura el jefe de preparación y producción de la FLA, Hugo Álvarez, el maestro ronero.
Agrega el especialista que la producción del ron es el resultado de un casamiento de mezclas, que permite llevar este licor a su mejor momento de acuerdo con su añejamiento, “porque uno se envejece en cualquier parte, pero solo se añeja en barriles de roble”.
Y ahí está parte del secreto de la familia de rones de la Fábrica de Licores de Antioquia, en su proceso natural, donde la madera y el tiempo le van dando cuerpo, aroma y sabor a sus productos.
“La tonelería —agrega Álvarez —es de alta calidad: roble americano, de una sola siembra con whisky bourbon”.
En sus modernas cuatro bodegas, el Ron Medellín encuentra un equilibrio perfecto entre temperatura y humedad, vitales para un buen añejamiento. Allí, además, se encuentran 170.000 toneles que guardan rones que van desde los seis meses hasta los 46 años, verdadero oro líquido a la espera de ser servido.
Con sello antioqueño
Hay dos cualidades más en los rones de la Fábrica de Licores. La primera es que la propia FLA produce el alcohol para la producción de este destilado. La segunda es circunstancial: “Medellín tiene una temperatura en donde la sinergia entre la madera y el alcohol produce un ron muy interesante en sus aromas y sus matices”, expone Álvarez.
Estos detalles, sumados al cuidadoso proceso de producción, han hecho posible que la familia de rones Medellín haya recibido galardones internacionales, como la Medalla de Oro para el Ron Medellín 12 años en el Mundial de Bruselas en este 2016, condecoración que también había recibido en años anteriores.
No es una exageración, de este valle entre montañas surge una familia de rones de la más alta calidad y el mejor sabor, añejos y extra añejos, listos para brindar con ellos.
El Ron Medellín extra añejo cinco años sin azúcar adicionado se reinventó cambiando su presentación y está en el mercado como un producto aspiracional para sus consumidores, pues al ser un ron extra añejo y con un precio asequible, pueden brindar con un trago de grandes propiedades.
“Es un ron premium al alcance del público”, asegura el gerente de Mercadeo y Ventas de la Fábrica de Licores de Antioquia, Carlos Eduardo Álvarez.
Es un producto añejado 100 por ciento naturalmente y con todo el proceso de calidad que distingue la familia de rones Medellín, con un gran atractivo, además: no tiene azúcar adicionado.