Un reciente estudio del Banco Mundial advierte que la inteligencia artificial generativa impactará al menos un tercio de los empleos en América Latina.
Un estudio del Banco Mundial reveló que entre el 26 % y el 38 % de los trabajos en Latinoamérica están expuestos a la inteligencia artificial generativa. Sin embargo, lejos de significar una sustitución masiva de empleos, el informe señala que esta tecnología tiene el potencial de transformar y aumentar la productividad en diversas áreas laborales.
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De acuerdo con el Banco Mundial, la inteligencia artificial generativa podría incrementar la productividad entre un 8 % y un 14 %. A pesar de este beneficio, la entidad advierte que entre un 2% y un 5% de los trabajos podrían enfrentar una automatización total, lo que afectaría directamente la estabilidad laboral de ciertos sectores.
“La inteligencia artificial es una herramienta que si se utiliza de manera apropiada, ayuda a cumplir el trabajo y aumenta los indicadores de productividad. En algunas labores de búsqueda y análisis de información o datos brindará soluciones con menor incertidumbre a requerimientos que deben ser bien establecidos por el ser humano que ejecuta la tarea”, afirmó Carlos Alberto Parra, profesor en inteligencia artificial de la Universidad Javeriana.
Además, existe un alto porcentaje de empleos que caen en la categoría de “gran incógnita”, es decir, aún no se sabe con certeza si la inteligencia artificial generativa aumentará la eficiencia o traerá otros desafíos inesperados. Según el Banco Mundial, el impacto final dependerá de cómo evolucione la tecnología y de los usos que se le den en el ámbito laboral.
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El informe del Banco Mundial destacó los países de la región donde la adopción de la inteligencia artificial generativa podría tener un mayor impacto en la productividad. En este sentido, República Dominicana lidera la lista con un 15% de trabajos expuestos, seguido por Costa Rica (14%), México (14%), Colombia (14%) y Perú (13%).
A pesar de los posibles beneficios en productividad, el Banco Mundial señala que las condiciones socioeconómicas de cada país juegan un papel crucial en la manera en que la inteligencia artificial afectará el empleo.
Por ejemplo, las mujeres que trabajan en sectores formales, como banca y finanzas, y que cuentan con educación superior, podrían estar más expuestas a la automatización de sus tareas.
“La cadena de procesos de la productividad laboral puede ser optimizada utilizando la inteligencia artificial; esto sería posible a través de crear algoritmos que optimicen tiempos y reduzcan el estrés de actividades mecánicas, lo anterior tendrá un efecto generador de valor en la gestión de talento”, señaló Diego Palencia, vicepresidente de investigaciones y estrategia de Solidus Capital.
Si bien muchos trabajadores podrían beneficiarse de la inteligencia artificial generativa, el acceso a estas tecnologías sigue siendo limitado en varias regiones de América Latina. Según el Banco Mundial, casi la mitad de los trabajadores que podrían aprovechar estas herramientas no tienen acceso a ellas, lo que equivale a aproximadamente siete millones de mujeres y diez millones de hombres.
“La posible pérdida de productividad debido a esta brecha en el acceso digital tendría un mayor impacto en los trabajadores que viven en situación de pobreza. Por ejemplo, en Brasil, si bien un 8,5 % de los trabajadores pobres podrían beneficiarse de la inteligencia artificial generativa, solo el 40 % de ellos podría hacerlo porque utilizan tecnologías digitales en el trabajo”, detalló la organización.
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El Banco Mundial hace un llamado a los gobiernos para que implementen políticas públicas que minimicen los efectos negativos de la automatización y maximicen sus beneficios en la productividad laboral. Algunas de sus recomendaciones son:
Fortalecer la educación y la capacitación digital: implementar programas de formación que permitan a los trabajadores adaptarse a la inteligencia artificial generativa y aprovechar sus beneficios.
Reducir la brecha de género en la automatización: dado que muchas mujeres trabajan en sectores con mayor exposición a la automatización, se recomienda diseñar políticas que protejan y promuevan su empleabilidad.
Mejorar la infraestructura digital: invertir en tecnología y conectividad para garantizar que más trabajadores puedan acceder a herramientas de inteligencia artificial.
Fomentar la adopción de tecnología en el sector laboral: incentivar a las empresas para que capaciten a sus empleados en el uso de inteligencia artificial y otras herramientas digitales.
Un estudio de Adecco, basado en una encuesta a 30.000 trabajadores en 23 países, reveló que el acceso a la capacitación en inteligencia artificial es desigual. Aunque el 70 % de los empleados utiliza herramientas digitales diariamente, menos de la mitad recibe formación por parte de sus empleadores.
Además, existe una brecha educativa significativa: mientras el 76 % de los profesionales utilizan inteligencia artificial, solo el 51 % de quienes tienen educación secundaria acceden a estas herramientas.
El desafío, según expertos y organismos internacionales, no es solo la adopción de la inteligencia artificial en el trabajo, sino garantizar que esta sea accesible para todos y contribuya al desarrollo de los trabajadores en lugar de aumentar la desigualdad laboral.
