La vida le enseñó con dos hechos a Juan Carlos Vélez Uribe que, en política, ni las derrotas son definitivas ni la victoria más estruendosa es sinónimo de aguas mansas.
El primero de ellos fue en 2006, cuando aspiró por primera vez al Senado por el Partido Social de Unidad Nacional y luego de sacar 24.246 votos quedó de 23 en el movimiento que lideraba el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez.
La U obtuvo 20 curules en aquella elección y aunque en un principio quedó por fuera, en 2008 ingresó en reemplazo de Mauricio Pimiento, suspendido por parapolítica. Es decir que su debut en el órgano legislativo llegó desde el banco de suplentes.
La otra lección llegó diez años después, luego de gerenciar la exitosa campaña del No en el plebiscito y ganar por 53 mil votos la votación que buscaba refrendar los acuerdos entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc.
En esa ocasión Juan Carlos Vélez se llevó todos los reflectores por una entrevista en el diario La República en la que, días después del triunfo, calificó la campaña como “la más barata y más efectiva de la historia” con algunas estrategias que pusieron en duda la ética de los promotores del No.
Aquella vez una victoria inesperada y una exposición mediática polémica comenzaron a socavar el estatus que había conseguido en las causas políticas que había compartido con uno de sus principales mentores: Álvaro Uribe Vélez.
Vecino de El Poblado
Una biografía oficial del candidato Juan Carlos Vélez Uribe dirá que nació en Medellín, en febrero de 1965, en el seno de una familia prestante que siempre vivió en El Poblado.
Juan Carlos fue el primer hijo del matrimonio entre el empresario Carlos Enrique Vélez Ángel y María Victoria Uribe Wills. Tres años después llegaría Andrés, el segundo y último hijo entre el industrial antioqueño fundador de Unibán y la mujer que lideró obras sociales con causas filantrópicas como, por ejemplo, ser la pionera de la Clínica Santa Ana.
“Nuestra familia siempre fue de unos principios muy férreos. Mientras vivieron, nuestros padres siempre se preocuparon porque fuéramos personas de bien: respetuosos, responsables y muy trabajadores. Además nos inculcaron mucho la fe en el catolicismo”, cuenta Andrés Vélez Uribe.
Los dos hermanos estudiaron el bachillerato en el Colegio Alemán, en el que Juan Carlos, además de descubrir su gusto por la lectura y la historia, se destacó en deportes como atletismo, tenis y squash.
El fin de la época escolar, a principios de los 80, también puso al ahora candidato por el movimiento Medellín Avanza frente a dos retos que le marcaron la vida.
El primero fue prestar servicio militar en el Urabá antioqueño y el segundo la trágica muerte de su papá, Carlos Enrique Vélez, cuando Juan Carlos tenía apenas 17 años, lo que obligó a que tuviera que asumir parte del peso de las decisiones de la familia.
Aunque los Vélez tenían una herencia más asociada a la vocación industrial y estaba llena de ingenieros y administradores de empresas, el mayor de la familia Vélez Uribe se matriculó en Derecho en la Universidad de Medellín y a mediados de los 80 comenzó a militar en las juventudes del Partido Conservador Colombiano, en la que tuvo a Jorge Hernández Restrepo como uno de sus padrinos políticos.
Luego vino la especialización en Derecho Administrativo y los estudios que adelantó en Defensa y Seguridad Nacional en los que retomó parte de lo que aprendió en el Ejército.
Carrera política
Como si se tratara de una carrera de largo aliento, para la que los atletas se preparan con un plan de trabajo estructurado y con tiempo, la incursión del abogado en lo público comenzó en lo barrial y se fue extendiendo con el pasar de los años, siempre asociado al partido azul.
Primero fue edil tres periodos de la comuna 14 (El Poblado) y luego concejal de Medellín durante dos periodos, entre 1995 y el 2000 cuando ya se había acercado a la vertiente Nueva Fuerza Democrática, el grupo conservador que lideraba Andrés Pastrana Arango.
Fue precisamente Pastrana, cuando ya era presidente, quien lo llevó al cargo de director nacional de la Aeronáutica Civil, lo que representó para el político antioqueño el primer vuelo a una entidad de mayor renombre.
Allí estuvo cuatro años. Le tocó el relevo presidencial y asumir el reto de trabajar con Álvaro Uribe Vélez, lo que dio paso a su salida del Partido Conservador para ser un fiel escudero del político de la “Mano firme y corazón grande”.
De pájaros y desapariciones
El médico Juan Carlos López, quien compartió con Vélez Uribe correrías políticas y con quien forjó una amistad desde hace 30 años que aún perdura, recuerda que una vez el ahora candidato les hizo pasar un susto y les mostró una faceta desconocida cuando se perdió por varias horas y nadie daba razón de él.
“Estábamos en una finca en San Carlos, luego de recorrer varios pueblos del Oriente antioqueño en época difícil del conflicto, y de un momento a otro nadie daba razón de Juan Carlos. Lo empezamos a buscar hasta que un militar nos dijo que había un señor caminando por la carretera con unos binoculares en la mano”, cuenta el amigo quien ese día se enteró que estaba frente a un gomoso de la ornitología.
Ese conocimiento profundo de las aves le permite al candidato, por ejemplo, decir con soltura el nombre científico de las especies cuando salen en correrías o en paseos especiales para disfrutar de jornadas de avistamiento.
Esa pasión, además, le permitió explorar su faceta de empresario, con la que ahora busca atraer a turistas con una agencia de viajes especializada en planes de avistamiento de aves, en un gremio que conoció cuando fue director de Anato (2006).
Campaña de cuatro años
Luego de su paso por el Congreso, del que extraña las álgidas peleas con su homólogo Gustavo Petro, Juan Carlos Vélez recibió en 2015 el guiño de Álvaro Uribe para que aspirara a ser el primer alcalde de Medellín elegido por el Centro Democrático.
A pesar de hacer campaña de la mano del expresidente, de liderar las encuestas hasta una semana antes de las elecciones y de sumar más de 236.000 votos, Vélez Uribe perdió la elección en un “votofinish” con Federico Gutiérrez.
“Habíamos hecho una campaña impecable y claro que fue un golpe duro para todos porque las encuestas nos daban como ganadores. Sin embargo, Juan Carlos aceptó con gallardía la derrota y desde el día siguiente de las elecciones salimos a la calle a darle las gracias a la gente para el nuevo proyecto político”, contó Adriana Sánchez, quien lo acompaña en su equipo de trabajo desde el año 2001.
Esa derrota en las urnas, quien lo creyera, fue menos dolorosa para el candidato que perder el respaldo en octubre de 2016 de la mayoría de sus copartidarios del Centro Democrático cuando estalló el escándalo por la victoria del No en el plebiscito. Su nombre figuró en la primera plana de los medios nacionales y algunos de sus antiguos compañeros de causa lo tildaron de indelicado con las comunicaciones y hasta de borracho.
“Yo nunca dije que salieran a votar berracos, jamás he utilizado ese término en una entrevista, quizás en una conversación privada pero eso es un tema superado. Las investigaciones del Consejo Nacional Electoral fallaron todas a mi favor y para mí ese escándalo mediático está superado”, contó el candidato.
Ahora, sin tener a la sombra a Álvaro Uribe o el aval de un partido de peso, Juan Carlos Vélez se montó en una candidatura independiente a la que define como de “Mano firme y brazo extendido”, en la que combina estrategias de seguridad y desarrollo económico que, pese a los esfuerzos y a la experiencia en lo público, aún no se ubica entre los favoritos para ganar las elecciones del próximo 27 de octubre.
De hecho acaba de perder el respaldo de un matiz del Partido Conservador que cambió de bando al ver que no repuntaba en las encuestas (ver recuadro).
Sin embargo, aún confía en que en los 15 días que restan, la tendencia se pueda revertir y que la gente en Medellín vote por el candidato que considere mejor capacitado.
Tal como van las cosas tendría que ocurrir un milagro en las urnas para que la segunda campaña a la alcaldía no termine en un aterrizaje forzoso que lo ponga de nuevo de frente con el sinsabor y el aprendizaje de otra derrota electoral.
Estos son los perfiles de los otros candidatos a la Alcaldía:
Alfredo Ramos, a la sombra de su propio nombre
Daniel Quintero, la voz política que nació en el ‘Tricen’