La pobreza es latente en la Antioquia rural. Aún hay hogares que no tienen acceso a alcantarillado, agua potable, salud, educación y vivienda. Concientes de estos problemas los candidatos expusieron en sus programas de gobierno la estrategia para combatir estas carencias de los antioqueños.
Conforme a lo que indicó el Boletín Técnico de Pobreza Multidimensional en Colombia, las tasas de incidencia de este ítem en Antioquia para el 2018 son de 17,1 %, y el índice de Necesidades insatisfechas (NBI) del Dane, en el que planteó que un municipio como Medellín, de la zona urbana, tiene 12,33 % de NBI y territorios rurales como Cáceres alcanzan el 61,25 % o Campamento que alcanzan el 100%.
Las brechas entre el campo y la ciudad están abiertas. Las desigualdades han provocado que los ciudadanos que habitan tradicionalmente los territorios rurales migren hacia las capitales en busca de oportunidades.
El territorio requiere ampliar la cobertura educativa, pues hay un 15,43 % de población sin acceso a ella. Además, la tasa de la educación superior es más elevada, pues el 42,9 % de los ciudadanos no tiene acceso a ella, según Terridata del Departamento Nacional de Planeación.
Ante este panorama, los candidatos recogen propuestas sociales que permitan el desarrollo económico de Antioquia. En los objetivos pretenden que los habitantes del campo no estén condenados a vivir en condiciones de pobreza. Entre las alternativas planteadas se destacan: acceso a la propiedad rural para los productores agrícolas, conectar las escuelas a internet, y fomentar y propiciar las condiciones para la actividad económica en el campo.