En 1977 cuando Alfredo Hoyos Mazuera fundó a Frisby siempre avizoró que su apuesta era de largo plazo: “Es una filosofía sólida, porque el largo plazo está basado en eliminar las creencias limitantes y los paradigmas y en eso me ha ayudado mucho el ser un buen lector de filosofía y psicología, con lo que he aprendido que la clave está en entender al ser humano”.
Hoy, aquella visión que arrancó como una pizzería y heladería ubicada en un local en el parque el Lago de la ciudad de Pereira ha rebasado paradigmas y se ha consolidado como una marca con más de 170 restaurantes en 31 ciudades y convencida de seguir en expansión.
¿Cuál es la receta?, “por esta empresa han pasado grandes psicólogos y aquellas personas que llegan, común y corriente, se transforman en un alguien nuevo y eso es lo que hemos hecho acá: producir seres humanos para una sociedad mejor”.
Al recibir el galardón como El Colombiano Ejemplar, en la categoría empresa, Hoyos expresa que la mayor satisfacción es, obviamente, el haber logrado la transformación de mucha gente que ha pasado por el colegio que tiene en Dosquebradas, Risaralda, de donde han egresado 16 promociones.
Desde su experiencia, este empresario aconseja a sus colegas: “lo que más claro deben tener los emprendedores es diferenciar qué son los medios y qué son los fines. El único fin en sí, es la transformación de la conciencia del ser humano. Los medios, el dinero o la tecnología, son herramientas para el servicio del ser humano, pero no para sustituirlo. La crisis de la humanidad radica en que mucha gente convirtió el dinero en un fin”.