En el manifiesto que se lee en The Giving Pledge, el brasileño Elie Horn y su esposa reafirman el hecho de que como seres humanos, no se van a llevar nada con ellos “al otro mundo” y añaden que “las únicas cosas que llevaremos son las buenas obras que realizamos”.
El empresario recuerda que su padre entregó el 100 % de lo que tenía y por eso para él es tan importante esa sensación de que él también hizo todo lo posible para darle sentido a su misión “en este mundo”.
Una de sus grandes causas es ayudar a la comunidad israelí, ¿cómo elige un filántropo en qué enfocarse?
“Los filántropos deben elegir su buen sentido común. Cada uno tiene sus propias prioridades, cada uno tiene sus propios barrios, sus creencias, por eso debemos tratar de adaptar los deseos de nuestra mente y corazón a las necesidades del mundo. Nadie hará nada sin antes estar convencido. A mi modo de ver las cosas, cada uno tiene su propia religión, país, ciudad, valores familiares, trabajo, amigos, deberíamos tratar de hacer un consenso de todo y ponernos en marcha, simplemente hacerlo. El principal problema es el ‘hacer’, no el ‘dónde’ o el ‘cómo’, es el ‘hacer’. Si nadie hace nada tenemos un problema. Así que hagamos algo y luego el resto es fácil”.
¿Cómo ve a América Latina y la filantropía y por qué cree que no es tan común en este continente?
“Probablemente la cultura latina no permite que la gente dé demasiado, es una sociedad muy materialista, la gente piensa demasiado en sí misma, en su familia y en sus posesiones, olvidándose de que hay otras personas en el mundo. Creo que cuando identificamos un problema, inmediatamente tenemos la solución. Necesitamos centrarnos no en las dificultades, sino en cuánto nos importa y cuánto estamos haciendo, concientizar a más personas sobre las soluciones y ayudar al mundo. Algún día sucederá, solo espero que no sea demasiado tarde”
¿Qué desafíos ha enfrentado como filántropo?
“No tuve ningún problema, desde ese punto de vista. Al contrario, siempre he oído cosas positivas y he visto gente con ganas de ayudar. Yo diría que no hubo confrontación con nada. Necesitamos hacer más, no confrontar más”.
¿Qué tanto dinero necesita para vivir bien una persona como usted que es capaz de despojarse de su fortuna para ayudar a otros?
“No se trata de cuánto gastas sino de lo que das. Eso es importante. La palabra despojar no es correcta, la palabra es invertir. Despojar es cuando tiras algo, cuando inviertes en filantropía, ganas dinero y no lo pierdes, entonces no saqueas, al contrario, enriqueces. Es lo contrario de lo que podrías pensar. Si llevas una vida normal, no cuesta mucho vivir, cuesta mucho tener placeres y lujos exagerados. Puedes vivir bien con poco dinero y sin problemas”.