Creció entre las aguas frías del oriente antioqueño y ahora su destreza y valentía se ven reflejadas en competencias internacionales donde su nombre quedó grabado para la historia. Es la primera colombiana, practicante del canotaje, que obtiene un cupo para unos Juegos Olímpicos.
Se trata de Manuela Gómez Sánchez, una paisa de 25 años que obtuvo tiquete para las justas de París 2024, tras alcanzar el segundo lugar de la prueba C1 200 metros en el Panamericano y Preolímpico disputado en Saratosa, Florida, Estados Unidos.
Le puede interesar: ¿Cómo le puede ir a Nairo Quintana en el Giro, luego de su lesión de clavícula?
Se crió en la vereda La Magdalena, del municipio de El Peñol, un lugar rodeado por las inmensas aguas del embalse. Allí dio sus primeros pasos en este deporte.
Comenzó con los procesos de canotaje y remo en El Peñol, donde los jóvenes de este lugar son la base de la Selección Antioquia junto con los de Guatapé. Manuela venía del proyecto anterior en el cual tuvo mucho éxito, que le sirvió como carta de presentación para llegar donde está.
En el 2020, su buen rendimiento hizo que la pretendieran de otras partes de Colombia, por lo que ese año el Valle del Cauca le hizo una propuesta que aceptó y comenzó a competir para ese departamento.
Antes de eso hizo algunas campañas con la Liga de Antioquia y estuvo en Juegos Nacionales con el Valle hasta llegar a la Selección Colombia.
Su padre, don Darío Gómez, contó que ella “fue criada por campesinos”, que tuvo una infancia tranquila en la que se la pasaba en la finca y estudiando en la escuela de la vereda.
Su camino en el alto rendimiento comenzó en la escuela, ya que el esposo de la profesora era instructor de canotaje y la invitó a ser deportista, a lo que sin dudar Manuela aceptó. “Ella salía conmigo a pescar y remar en el bote, donde salió ese gusto”, relata con orgullo su papá.
Después, siendo menor de edad, inició los entrenamientos en Guatapé y, prosigue su padre, “todo fue avanzando, demostrando que ese era su camino en la vida”.
Respaldo familiar
El apoyo de sus padres fue incondicional. Darío cuenta que en toda la trayectoria “confiamos en ella, la aconsejamos y en esa relación, padres e hija, siempre estuvimos ahí”.
A pesar de las dificultades económicas, siempre le daban los pasajes para ir a entrenar, “con mucho sacrificio, pero salimos adelante; las cosas buenas no son fáciles”.
Manuela fue la primera hija de Jenny Fernanda Sánchez Velásquez, de 44 años, y Darío de Jesús Gómez Alzate, de 56, dos campesinos luchadores. Para ambos, ella es una mujer educada, obediente, pendiente a todo y echada para adelante. Además, “muy activa desde el principio en el deporte”, apuntó su papá, al resaltar tantos momentos de felicidad que les ha brindado.
Según él, fue fácil “dejarla volar en eso que tanto le gustaba (el canotaje). Es una gran persona, los entrenadores nos felicitan porque ella es muy disciplinada”.
En las palabras de este hombre se nota el amor y el orgullo que tienen no solo de Manuela, “sino de todos mis muchachos que son el regalo de Dios”.
También le puede interesar: Emiliana Arango superó con creces a Amanda Anisimova y avanzó a siguiente ronda del Masters 1000 de Madrid
El próximo reto de esta campeona, que aseguró el cupo número 61 del país para las justas de 2024 (26 de julio al 11 de agosto), será conquistar las aguas de París vistiendo el uniforme tricolor. Allí llegará como la primera nacional del canotaje en 92 años de historia olímpica colombiana.