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Conozca los escollos que superó Lorena Arenas para ganar su medalla olímpica

Lorena Arenas, plata en Tokio, desea capacitar a niños y jóvenes para que la marcha crezca.

  • Lorena suma preseas en Bolivarianos, Suramericanos, Panamericanos y Olímpicos. Su presea de Tokio ya la celebra junto a familia, entrenador y amigos. FOTO JAIME PÉREZ
    Lorena suma preseas en Bolivarianos, Suramericanos, Panamericanos y Olímpicos. Su presea de Tokio ya la celebra junto a familia, entrenador y amigos. FOTO JAIME PÉREZ
16 de agosto de 2021
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Lorena Arenas se tomó tan en serio las palabras que le inculcó su entrenador de formación Libardo Hoyos, que muchas veces, al no tener los pasajes para asistir a la pista de atletismo de la unidad deportiva Atanasio Girardot, se dirigía hasta allí caminando desde su casa sin que su mamá se diera cuenta.

“Le vi tantas capacidades e interés cuando se decidió a practicar la modalidad de marcha, que le expresé que si quería llegar lejos debía entrenar diario”, indicó Hoyos.

Y el fruto a ese esfuerzo se ve reflejado ahora con la medalla de plata olímpica que recientemente conquistó en los Juegos de Tokio, la cual, al lado de su familia, el entrenador Hoyos y atletas, la exhibió como muestra de agradecimiento, motivación e inspiración en el lugar que empezó a dar, en 2009, sus primeros pasos hacia el alto rendimiento.

A sus 27 años de edad, Lorena no se pone límites. En charla con EL COLOMBIANO indicó que si alcanzó el podio en Japón, luego de superar obstáculos, entre ellos graves lesiones, se puede seguir soñando en grande. Volver a ser protagonista en los Mundiales, así como en los venideros Olímpicos es su reto.

Con los pies en la tierra, y con la humildad que la caracteriza, indica que esa presea no le genera presión sino mayor responsabilidad, no solo para dejar más huella en la marcha sino también para luchar para que esta modalidad crezca y tenga el respeto que se merece en el país.

¿Le genera algo saber que ya es una de las grandes marchistas del mundo?

“Estoy tranquila, feliz, por ahora quiero disfrutar de este momento, de esta medalla, porque fueron años de trabajo muy duro, de pasar obstáculos, de soltar demasiadas lágrimas, para llegar hasta este punto. Si bien ya estamos en un sitial alto, no siento presión porque ha sido un deleite para mí, amo lo que hago. Si se vuelven a dar los buenos resultados, será estupendo y si no también, pues siempre que compito trato de dar lo mejor de mí, esa es mi tranquilidad”.

Mantiene un valor que la caracteriza, la humildad...

“Es que así debe ser. No pienso cambiar por ser medallista olímpica. Seguiré siendo la misma persona que todo el mundo conoce: tranquila, servicial, amable. Por eso quise que el homenaje por ganar esta medalla fuera en el estadio donde me formé como atleta, donde los periodistas conocieron mi proceso, y donde están mis mejores amigos”.

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¿Qué representa para usted volver con una medalla olímpica a una pista que visitaba diariamente, así lloviera o hiciera sol?

“No nací en Antioquia, pero me siento más de acá que de otro lugar. Aquí fue donde me formé como deportista y por eso a este departamento le debo lo que soy. Entonces estar de nuevo en este escenario me llena de felicidad. No olvido que muchas veces llegaba entre las 4:30 y 5:00 de la mañana para poder cumplir con la rutina de entrenamiento. Era duro, porque así lloviera había que hacer las repeticiones. En esas jornadas me llegué a preguntar si esto valía la pena, que si continuaba o no, pero tener esa constancia cada jornada, pese a la dureza del trabajo, sí trae la recompensa”.

Hasta le ocultaba a Ruby, su mamá, que se venía caminando para afrontar los planes de entrenamiento...

“Claro, muchas veces no había dinero para el transporte, y como ella se preocupa tanto, mejor no le decía (risas). Hay cosas que si están al alcance de uno, pues se pueden solucionar. Entonces busqué formas para llegar puntual al entrenamiento y perseguir mis sueños. Lo que marca la diferencia en un deportista exitoso es superar cada obstáculo con constancia, disciplina, compromiso y buena actitud”.

Lo que logró es magnífico, ¿quiere algo más grande?

“Claro que sí, hay que seguir aspirando a cosas grandes. Pienso que en la vida no hay nada imposible. Eso es lo que les digo a todos mis compañeros, que no desistan, que luchen por lo que quieren, y que tengan disciplina sin importar las circunstancias que se presenten porque cada día que usted sale a entrenar es un grano más para las metas”.

Y eso que antes de Olímpicos debió superar un lesión en el glúteo izquierdo...

“Así es, hasta estuve un tiempo sin entrenar y caminando con muletas. Era una lesión que arrastraba desde hacía tres años, pero por fortuna logré recuperarme”.

Acudió al Mundial de Doha con esa y otras dos lesiones, y así terminó quinta...

“Sí, ha sido el evento más duro al que he asistido, hasta lloraba del dolor en los entrenamientos. Tenía inflamación del tibial derecho, una lesión de cadera y la del glúteo. Nunca había sufrido tanto, hasta me iban a devolver para Colombia y yo no dejé. Les decía que jamás había ido a una competencia a retirarme porque creían que lo iba a hacer. Al ser quinta y lesionada me demostré que podía lograr cosas importantes. Simplemente no me gusta comprometerme, solo dar lo mejor de mí”.

¿Hay en Colombia relevo generacional en la marcha?

“Es un tema que se debe tocar con los dirigentes. De hecho quiero hacer una escuela de iniciación de marcha en Medellín y ojalá Indeportes Antioquia me tienda la mano porque, de verdad, no hay nada de relevo generacional. Si en este momento nos retiramos las tres marchistas que estuvimos en Olímpicos –las otras son Sandra Galvis y Yeseida Carrillo, no habría más deportistas para hacerlo”.

¿Cree que su medalla puede servir de motivación para que niños y jóvenes incursionen en la modalidad?

“Pienso que sí, busco ser referente para que otros niños se animen a practicarla. Quiero que mi medalla olímpica sea fuente de inspiración. Ojalá se pueda implementar esta escuela en Antioquia y expandirla por todo el país para que este deporte siga reciendo”.

¿En qué evento espera reaparecer?

“Este resto de año quiero descansar competitivamente. Sí voy a hacer la preparación para el próximo año, en el que espero estar en los Juegos Bolivarianos, Mundial de atletismo, Mundial por equipos de marcha y diferentes prix internacionales”.

¿Qué reto se traza ahora?

“Sueño ahora con los Olímpicos de París-2024, pero se debe ir paso a paso, y en ese sentido hay que pensar en los desafíos de 2022”.

Es privilegiada al estar en el club de los medallistas olímpicos de Colombia...

“Eso me llena de orgullo, y más en el atletismo, en el que somos muy pocos (Ximena Restrepo y Anthony Zambrano, plata en 400 metros planos y Caterine Ibargüen, oro y plata en salto triple). Lograr una medalla olímpica no es imposible, pero sí difícil. Nadie sabe cómo es el proceso para lograrlo, pero con paciencia, ganas, disciplina y convicción se puede obtener”

1:28.03
tempo con el que Arenas se consagró campeona en los Panamericanos de Lima-19.
1:29.37
registró la colombiana en los Olímpicos tras arribar 2° en los 20 km marcha.

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