Dilan es monito y de ojos verdes, tiene 18 años y este es su primer año en la categoría de mayores. José David, de cabello negro y cejas tupidas, apenas ha celebrado 16 cumpleaños y aún compite en juvenil.
Estos dos gimnastas antioqueños acaban de regresar con dos medallas cada uno del Panamericano de especialistas en Sucre, Bolivia, ratificando que este deporte tiene asegurado el relevo generacional en el país, donde el actual referente es Jossimar Calvo, luego del camino que señaló Jorge Hugo Giraldo.
Dilan Jiménez ganó oro en barras paralelas y plata en salto. “La meta que nos habíamos impuesto era completar el esquema y lo conseguimos, con todo y medalla”, dice este joven que superó a rivales de Brasil, México y Guatemala, entre los más fuertes.
Ahora su preparación apunta al Suramericano de Perú, donde quiere demostrar sus progresos no solo en la parte técnica, sino mental. “Podemos mejorar mucho, proyectar cosas grandes y estamos trabajando para eso. La disciplina debe estar en el gimnasio y en uno mismo, respetando a los demás”, reflexiona el campeón que desde niño ha recibido la mano amiga de la Alcaldía de Copacabana y el apoyo incondicional de sus padres, Ligia Giraldo y Gilberto Jiménez.
Su proyecto deportivo, dice con convicción y la madurez que empieza a manifestarse en él, son los Juegos de Tokio-2020. Añade que los primeros pasos los dará en los Juegos Bolivarianos y todas las citas del ciclo olímpico.
Además de los retos individuales, su deseo es estar con el conjunto nacional en los próximos mundiales y aportar para que el país lleve todo el equipo a la Olimpiada.
José David Toro sonríe cuando habla del oro y el bronce que logró en salto y suelo ante estadounidenses, mexicanos y brasileños. “Me esforcé en la preparación y en Bolivia recogí los frutos. Dios es mi sustento”, dice el hijo de José Luis Toro y Dora Salazar, quien resalta la orientación de sus entrenadores Leonardo González, Junsuke Iwai, y todos aquellos que han contribuido en su formación.
Estudiante de noveno grado de manera virtual y con planes de elegir la Psicología, Toro insiste en la importancia de sus familiares en el proceso deportivo. “Son el apoyo, los que me animan cuando estoy bajito de ánimo”.
Aunque es de los más jóvenes de la nueva camada masculina, a la que Antioquia también aporta a los hermanos José Manuel y Andrés Martínez y Sebastián Cardona, José David está dispuesto a luchar para asistir a los próximos Juegos Olímpicos. “Tokio es un reto para todos nosotros y esperamos ir allí, por primera vez, con todo el equipo”.