La historia de Michael Oher –una leyenda del fútbol americano en Estados Unidos– fue inmortalizada en la película The Blind Side (Un sueño posible) de 2009. La cinta ganó un Oscar, sin embargo, ahora parece que no estaba del todo apegada a la realidad. El exdeportista inició una pelea en los tribunales porque considera que su familia adoptiva “inventó una mentira” para “enriquecerse a su costa”.
“Una familia adopta a un joven de las calles y lo ayuda a aprovechar todo su potencial como jugador de fútbol americano. El aprendizaje es mutuo, pues el joven también influye en la vida de su familia de acogida y los hace cambiar”, dice la sinopsis de la película inspirada en Oher.
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Sin embargo, el exjugador de la NFL consideró que nunca fue adoptado y que, por el contrario, la familia en cuestión firmó un contrato de tutoría que les permitió ganar dinero a costa de su éxito.
Oher le presentó a un tribunal de Tennessee un documento de 14 páginas en las que alega que Sean y Leigh Anne Tuohy (padre y madre en la película) nunca lo adoptaron y que, por el contrario, lo engañaron para firmar un documento que les otorgaba el poder de realizar negocios con su nombre e imagen.
El exdeportista señaló que los tutores también se quedaron con parte las regalías que generó la película, cuyo recaudo fue de más de 300 millones de dólares, mientras que él no recibió nada.
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“Michael Oher descubrió esta mentira para su disgusto y vergüenza en febrero de 2023, cuando se enteró de que no tenía ningún derecho como miembro de la familia Tuohy porque nunca obtuvo el ingreso legal a la familia Tuohy”, dijo el equipo de abogados de Oher.
El exdeportistas ahora pretende que a la familia Tuohy se le prohíba usar su nombre con fines comerciales. Además, quiere una contabilidad completa del dinero que esa familia ganó a costa de su éxito y que, de ese modo, le paguen una suma por los daños ocasionados.
Si Oher hubiera sido adoptado, habría sido un miembro legal de los Tuohy y habría conservado el poder para manejar sus propios asuntos financieros. Con la tutoría, Oher entregó la autoridad, pese a que no tenía discapacidad física o metal.
“Estamos devastados. Es molesto pensar que ganaríamos dinero con cualquiera de nuestros hijos. Pero vamos a amar a Michael a los 37 como lo amamos a los 16”, le dijo Sean Tuohy al Daily Memphian.