Kevin David Castillo empezó a construir su reinado. Lo que acabó de hacer en el Clásico RCN, cuatro victorias de manera heroica para consagrarse luego como campeón, es propio de un verdadero crack. Su nombre le hace honor a su osadía. Como el gran “David” derrotó a los “Goliat” del actual pelotón nacional. Con sus imponentes pedalazos dio cátedra y exhibición de poderío, algo que pocos, a esa edad (22 años), pueden hacer en la difícil geografía de Colombia y ante corredores de estirpe y experiencia.
El risaraldense, que hace menos de cinco años estaba recogiendo café en plantaciones de su natal Marsella, y quien gracias a la bicicleta pudo huir de las drogas, es la nueva sensación de este deporte en el país.
Este domingo, tras la cronoescalada de 11,2 kilómetros entre Bello y el Alto de Cuartas, en el corregimiento de San Félix, Kevin logró defender el liderato al que se montó en la quinta fracción tras ganar en Manizales y entregarle de esta manera el título al Team, Sistecrédito de Antioquia, dirigido por Gabriel Jaime Vélez, el hombre que le brindó la oportunidad de pulirse en el ciclismo y soñar en grande hacia la élite de este deporte.
El martes Castillo dio aviso de su nivel y categoría al vencer en Ibagué; el miércoles, en la etapa reina de la carrera, les dio un baile a sus contendores subiendo a Manizales; el jueves, el espigado deportista, quien mide 1.77 metros de estatura y pesa 63 kilos, volvió a sorprender con su potencia para dejar atrás a quienes lo acompañaban y cruzar la meta eufórico con los brazos en alto en el Cristo Rey, en Cali; mientras que el sábado, rumbo al municipio de Caldas, y subiendo antes hacia el Alto de Minas, ratificó su clase y condición.
En ese mítico ascenso de la geografía de Antioquia, sentenció prácticamente la carrera. Primero, sentado y moviendo el plato grande de su bici, soltó a todos los rivales directos; y luego, con una frialdad pasmosa en el temeroso descenso, en el que muchos contendores cayeron en el jabonoso pavimento, les dio cacería a los hombres fugados para después cruzar la meta eufórico y alzando la mirada al cielo, como dando gracias a Dios por la nueva victoria conseguida.
Muchos afirman que tras esa impresionante exhibición, sobre todo por su habilidad en el descenso mojado, el hijo de Nelly Miranda y Juan Castillo, campesinos que se ganan aún la vida en el campo, Kevin “firmó su contrato” para llegar al ciclismo europeo.
Tras la crono final, ganada por su compañero Wilson Peña con un tiempo de 38 minutos y 37 segundos, Castillo también estuvo fuerte en el esfuerzo individual para conservar la camisa amarilla de líder. Terminó la fracción en la décima posición, a 1.40 de Peña.
En la general, Castillo superó por 32 segundos a Róbinson López (GW Erco Shimano) y por 47’’ a Cristian Muñoz (NU Colombia). El gran favorito a la conquista, Rodrigo Contreras (NU Colombia) fue quinto, a 1.53; mientras que Aldemar Reyes (Team Medellín), vencedor en los últimos dos años, finalizó 11°, a 6.04.
“Le doy gracias a toda la afición que me apoyó en el Clásico RCN, como también a todo mi equipo, que hizo un trabajo excelente para defenderme, también a mi entrenador Gabriel Jaime. Sí imaginaba correr un buen Clásico, pero jamás esto que se hizo, es algo que me está regalando la vida y Dios”, sostuvo Kevin.
Ya mostraba categoría
Pero lo de Castillo no es fruto del azar. A comienzos de septiembre había sido el vencedor del Tour de Guadalupe.
“Hace recordar al caldense Carlos Alberto Contreras en sus inicios, que ganaba en Colombia cuando se inspiraba. Era inatajable. Contreras era un poco más fornido, pero la clase de ambos se detectaba solo con verlos pedalear, especialmente en la montaña”, dijo el especialista en ciclismo Pablo Arbeláez. “De ahora en adelante será El Cafetero Castillo, tiene estampa de grande y pasta de estupendo corredor”, agregó.
Gabriel Jaime Vélez recuerda el momento cuando le abrió las puertas a Castillo en el Team Sistecrédito.
No olvida que llegó al equipo hace cuatro años. “Vivía en Marsella, donde laboraba con sus papás en el campo y montaba en bicicleta”.
Dice que a través de un amigo que también es ciclista y se llama Santiago Ramírez, pereirano, le preguntó que si sabía de algún joven de esa región que fuera bueno para pedalear y le gustara este cuento. “Santiago me lo recomendó, decía que era excelente para rodar y además una gran persona. Le respondí que ese era el que necesitaba”, rememoró Vélez.
“Luego fue campeón nacional sub-23 en 2023 y ya ante la élite genera orgullo, alegría e ilusión lo que está haciendo. Es un joven callado, sencillo, muchas veces se ve tímido, pero atiende todo lo que se le dice, es demasiado responsable, respetuoso y disciplinado, tanto que se fue a vivir este año al municipio de La Unión, pues en realidad quiere escalar alto en este deporte. Si sigue con ese compromiso llegará muy lejos, pues tiene un talento para admirar”, enfatizó el orientador.
Con Kevin David nace una figura para pulir y cuidar. Ha nacido una nueva estrella del pedal nacional.