Un trazado técnico y desafiante lo esperaba: múltiples ascensos cortos pero inclinados, curvas cerradas y un pavimento que no daba tregua. Pero Jhonatan, con su uniforme negro, tenía un solo objetivo: ganar. Desde la primera vuelta dejó claro que no venía a conformarse. “Desde de que dieron el banderazo, sabía que la carrera iba a ser intensa. Me enfoqué en cada pedalazo y en no ceder terreno”, comentó, todavía jadeando, minutos después de concluir la carrera.
Jhonatan, de 23 años y oriundo de Yarumal, encontró su pasión por la bicicleta a los 11 años gracias a un amigo que lo invitó a entrenar en el club Los Yarumos. “Desde ese primer día no me bajé más de la bicicleta”, recordó con una sonrisa. Su dedicación lo llevó a ser parte de equipos como el Orgullo Paisa, Bike House y Jóvenes Ciclistas. Incluso vivió la experiencia de competir en Europa, donde en 2017 se consagró campeón de la Vuelta al Bajo Aragón, en España.
Sin embargo, no todo fue triunfo. La pandemia del covid-19 truncó su sueño de convertirse en ciclista profesional. “Ese tiempo me afectó mucho. Dejé de entrenar, me alejé de las competencias y empecé a dedicarme a otras cosas. Pero siempre extrañé esas sensaciones únicas que solo da el ciclismo”, comentó.
Hoy trabaja en un almacén en Yarumal, pero nunca dejó de pedalear en sus ratos libres. Fue entonces cuando una nueva categoría en los Juegos Departamentales, la libre, le dio la oportunidad de regresar. “Me lo propusieron, lo pensé y decidí darme otra oportunidad. Entrené durante más de un año y aquí estoy. Es increíble lo que puede lograr la bicicleta”, expresó emocionado.
El regreso del campeón Jhonatan Higuita
El circuito de Andes no perdonaba. Los constantes ascensos y descensos exigían más que fuerza física: pedían regularidad y experiencia. Jhonatan supo administrar las 15 vueltas pactadas. “Había momentos en que pensaba que no iba a aguantar. Pero me concentré, sabía que después de cada subida podía recuperar aire. Además, el apoyo de la gente en las calles te da un impulso extra”, relató.
Cuando cruzó la meta, revivió una emoción que no sentía desde su adolescencia. “No me lo creía. Hacía años que no experimentaba lo que es alzar los brazos en una llegada. Fue tan emotivo que estoy que lloro”, confesó, todavía con los ojos brillantes.
No era la primera vez que el yarumaleño se coronaba campeón en los Juegos Departamentales. En 2015, en Urrao y siendo infantil, logró el oro en ruta y contrarreloj. Sin embargo, esta victoria tiene un sabor diferente: “los años te enseñan mucho. Ahora corro con más inteligencia, sabiendo leer la carrera, el terreno y a mis rivales. Este triunfo lo disfruto sin la presión de antes, simplemente por el amor que le tengo al ciclismo”.
Desde Yarumal, Jhonatan Higuita López pedalea con la pasión de quien nunca ha dejado de soñar, aunque los caminos de la vida le hayan marcado rutas inesperadas. “La bicicleta siempre será parte de mi vida. Es algo único. Te enseña disciplina, sacrificio y a disfrutar de las pequeñas cosas”.
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* Colaboración Indeportes