La consagración de un futbolista es jugar de titular y ser ídolo en el equipo del cual es hincha. Pocos pueden tener ese privilegio y uno de ellos es John Édison Hernández Montoya.
Desde muy chico deliraba por la camiseta roja, pero como en la vida no hay nada fácil, tuvo que superar varias pruebas antes de llegar al elenco de sus amores, en el que ahora marca diferencia con su técnica, dinámica, visión periférica y sentido de pertenencia.
Le tocó debutar en 2007 en el otrora Bajo Cauca, aquel club que jugó en Caucasia y disputó en 2005 la final del ascenso ante Cúcuta Deportivo. Después tuvo que trajinar las carreteras y las canchas del país durante cuatro años con el antiguo Deportivo Rionegro, hoy Leones de Urabá. En 2011 tuvo un paso fugaz por Real Cartagena y gracias a que marcó diferencia con su talento en Envigado en el segundo semestre de 2012 fue llevado al Medellín por Hernán Bolillo Gómez.
Y Goma Hernández llegó para quedarse, porque desde esa ocasión se ha sostenido en el conjunto escarlata, porque se ha sabido ganar la confianza de los distintos entrenadores, ya que después de Bolillo pasaron Óscar Pérez, Pedro Sarmiento, Javier Álvarez, Hernán Torres y ahora está Leonel Álvarez.
“Para obtener los tres puntos tenemos que estar más concentrados y mostrar eficacia; siempre se debe trabajar duro para ganar y cuando la situación está difícil hay que tener madurez para corregir los errores”.
Este es el libreto que siempre aplica el volante antioqueño de 29 años de edad, procedente del barrio Boyacá Las Brisas y que en sus ratos libres fabrica imágenes religiosas, ya que también es un ser de muchos principios.
El año pasado los dirigentes de Leones de Urabá, quienes tienen parte de sus derechos deportivos, estaban preocupados porque Goma jugaba poco; sin embargo, apenas recibió la oportunidad de parte de Leonel, sólo las lesiones lo han sacado de la titular.
Recuperó su puesto y a partir de ahí, poniendo en práctica aquello de que en el fútbol prima lo colectivo, le dio más manejo a la zona de contención del equipo y le permitió a sus compañeros tener mayores libertades, porque saben de las garantías que les ofrece.
Al principio del año tenía preocupación por la falta de ritmo, pero gracias a que “hice toda la pretemporada mi regreso a las canchas me generó alegría para seguir buscando los objetivos que nos trazamos en grupo, los mismos que tienen que ver con la obtención de resultados”.
Ahora que retomó su nivel, y goza de la confianza de su estratega, John Goma Hernández está empeñado en apostarle a la concentración, la eficacia y al sentido de pertenencia, porque “nosotros los jugadores también tenemos que planificar los partidos” para que Medellín le entregue el justo premio que se merece un hincha y jugador fiel como él: una estrella.