Habla tres idiomas, estudia Derecho y tiene nacionalidad argentina y croata. Se trata de Agustín Vuletich, el goleador del fútbol colombiano que en poco tiempo ha entrado al corazón de los hinchas del Independiente Medellín.
El atacante de 1,85 metros de estatura que también ha militado en las ligas de Suiza, Chile, Portugal y México confiesa que hace mucho tiempo quería vestirse de rojo. También cuenta por qué celebra como los toreros después de grandes faenas, cómo se prepara y a qué recurre para alcanzar un alto nivel deportivo.
Si los hinchas están felices con su juego, muchos más él con la camaradería y unión de grupo que desde su llegada lo arropó y, confiesa, lo ha hecho sentir como si llevara mucho tiempo en el club. El COLOMBIANO habló con este futbolista que está empeñado en buscar el Botín de Oro en la Liga”.
¿Cómo está viviendo este momento de su carrera?
“Muy contento y agradecido por esta posibilidad que se me da y que venía buscando. Lo saben pocas personas allegadas al club, pero hace tiempo quería jugar en el DIM. No lo digo porque ahora esté aquí, haciendo buen trabajo, sino que es una institución a la que deseaba llegar y ser campeón. Hoy, con mi rendimiento, siento gratitud y felicidad”.
¿Ya percibe el calor y cariño de los hinchas?
“Sí, claro, aunque sería espectacular juntar mi desempeño con el público en el estadio. Qué más lindo que poder hacer goles y festejarlos con la gente y más con los seguidores del equipo. Pero las redes sociales nos acercan mucho a la gente que uno creía lejana”.
¿Qué es eso que lo atraía tanto al Poderoso?
“Cuando viví en Antioquia la primera vez, sumado al Mundial Sub-20 de 2011 con la selección de Argentina, con la que estuve acá en la fase de grupos y octavos de final, la ciudad me llamó mucho la atención. Me pareció bonita y el clima espectacular. Además, los compañeros me contaban que vivir acá era lo mejor de Colombia. De chico me gustó mucho el equipo del Mao Molina que hizo una muy buena presentación en la Copa Libertadores (2003). Luego jugué en Águilas, tuve de compañero a Jhon Javier “Choronta” Restrepo, con quien hice buena relación y me hablaba mucho del equipo. Son cosas que fueron sumando”.
¿Cómo se dio su llegada al club, quién incidió en ello?
“Primero, por el profesor Óscar Pérez, a quien tuve de entrenador en Águilas Doradas y ahora hace parte del DIM. Él sabe lo que yo puedo dar como jugador. Me llamaron luego el técnico Hernán Darío Gómez y los directivos. Vine a una gran institución y ya logramos algo importante, la Copa Águila”.
¿El antecedente de Germán Cano en el equipo como goleador le genera presión?
“No lo conozco personalmente, pero lo que él hizo de convertirse en el goleador histórico del club es muy interesante. Algo de admirar, para quitarse el sombrero. La gente tiene los mejores recuerdos de él como ídolo. No vine a remplazarlo ni mucho menos, ocupo su lugar en la cancha y quiero aportar lo mío, dejar huella, ojalá con muchos títulos porque hay que aspirar a eso”.
¿Qué destaca de la campaña que está haciendo?
“Me siento muy bien, desde que llegué venía con expectativa de empezar de a poco, con un técnico reconocido como Bolillo y jugadores de al alto nivel que estaban y los que reforzaron el plantel. Para mí era algo nuevo y he descubierto que todas las personas son increíbles, sencillas. Uno desde afuera se imagina algo diferente, pero me acogieron de la mejor manera. Me han hecho sentir cómodo, es un grupo humano impresionante”.
¿Qué recuerda del momento de su arribo?
“El día que llegué, en plena pandemia, las comidas en las concentraciones era de a dos personas y no conocía a nadie. Andrés Cadavid, como capitán, me invitó a sentarme con él y empezó a tratarme como si fuéramos compañeros desde hace tiempo. Me habló de la ciudad, del equipo y de la meta de ser campeones de Copa y Liga. Igual sucedió con los otros muchachos que habían llegado. Juntarnos por las tardes a tomar mate, o en las habitaciones cuando el médico autorizaba son cosas que no se dan tan rápido y permitieron una pronta adaptación”.
A sus 29 años, ¿cree que llegó en el momento ideal al Medellín?
“Me considero maduro y con un rendimiento físico y futbolístico alto. A mi edad me siento espectacular en todo sentido. Hoy en día, con todo lo que hay en el fútbol, los cuidados en la comida y el entrenamiento, alargan mucho la vida profesional. Hay jugadores de 38 años que siguen en alto nivel, pienso que si ellos lo hacen ¿por qué yo no? Seguiré ese ejemplo, de cuidarme para rendir y aprovechar el momentos en el que estoy”.
¿Qué le agrega a su preparación diaria?
“Seguir ligado al fútbol, no solo en la mañana cuando voy a entrenar, sino en la tarde para pulir detalles. Hago preparación física por fuera, principalmente el salto y potencia que son aspectos específicos de mi posición. La parte mental la trabajo con gente que sabe, es algo importante para rendir y estar tranquilo de que se hizo lo necesario para jugar bien los partidos”.