Feliz por el momento que está viviendo con el Medellín, Bryan David Castrillón Gómez disfrutó ayer con su familia en el barrio el Trianón, de Envigado, donde reside actualmente.
“La verdad, estoy muy contento por los tres puntos que conseguimos en Tunja, los necesitábamos”, dijo el muchacho de 19 años cuya historia futbolística comenzó en el barrio El Limonar 2, de San Antonio de Prado, donde creció.
Allí lo descubrieron en los semilleros del Inder cuando tenía 7 años y se lo llevaron a jugar a Envigado, donde estuvo hasta los 10 con su hermano Wendy (23 años), que hoy actúa en la segunda división del fútbol mexicano.
Bryan jugó dos Ponyfútbol con Arco Zaragoza, filial en ese entonces del club naranja, hasta ascender a los torneos de la Liga de Antioquia. Después de una temporada en la que no se sintió bien, se fue para Total Soccer que orienta Gabriel Sepúlveda.
Paso al Poderoso
Sus progresos eran evidentes, pues con 17 años ya jugaba en el equipo sub-20, en el que los entrenadores Ricardo Calle y Jorge Barreneche le hicieron seguimiento y lo citaron para probarse en el Medellín, y ahí se quedó.
Calle y su técnico actual, David Montoya, lo recomendaron al entrenador Octavio Zambrano, que encontró en el hijo de Diego (taxista) y Rosalba (ama de casa), una solución a los problemas ofensivos. Dice que se siente bien jugando como volante por los dos extremos o como ‘10’.
Así lo comprobó la fanaticada roja el viernes pasado que aplaudió su desempeño ante Patriotas (le cometieron el penalti para el tercer gol).
Por estos días seguirá trabajando con el equipo profesional, pensando en el clásico del sábado cuando seguramente estará en el equipo titular. Un sueño adelantado para este joven que solo piensa en consolidarse con los escarlatas y hacer méritos para llegar a la Selección Colombia.
Hace dos años terminó el bachillerato y por ahora está metido 100% en el fútbol. Quizás más tarde tenga la oportunidad de capacitarse en Deporte, “para enseñar todo lo que estoy aprendiendo”.