En la doble fecha eliminatoria, el técnico argentino únicamente hizo 5 cambios de los 12 que pudo haber hecho ante Brasil y Paraguay.
La doble fecha de las Eliminatorias al Mundial 2026 dejó sensaciones agridulces para la Selección Colombia. Tras la derrota 2-1 ante Brasil y el empate 2-2 con Paraguay, la afición y la prensa especializada han centrado sus interrogantes en un tema recurrente: los cambios de Néstor Lorenzo. ¿Por qué se demora tanto en realizarlos? ¿Por qué insiste en sostener jugadores en el campo cuando parece evidente que se necesita una modificación?
El seleccionador argentino ha sido enfático en su postura respecto a los cambios y la estructura del equipo. En rueda de prensa tras la doble jornada, aclaró que no cederá ante la presión popular que exige modificaciones drásticas en el once titular y en las sustituciones. “No es cuestión de mantenerse. Patear el tablero se hace en el momento en el que uno no encuentra respuestas desde adentro de la cancha de parte del equipo. Creo que el equipo, por momentos, ha jugado muy bien y hemos jugado con rivales difíciles. Contra Brasil, por momentos, me gustó mucho el equipo”, afirmó.
A pesar de las críticas, Lorenzo se mantiene firme en su filosofía. “El tablero se patea cuando no encontrás respuestas de los jugadores y todavía veo que el equipo está firme, está dolido, está con bronca y esa bronca va a ser la energía que va a utilizar en Barranquilla para dar vuelta a esta situación y volver al triunfo”.
Más allá de las decisiones tácticas, Lorenzo también argumentó que el equipo ha sido víctima de la mala fortuna en ciertos momentos. “Desesperarse no sirve, patear el tablero, en estos casos, tampoco sirve, poner excusas tampoco sirve. Hay motivos por los que no hemos sumado, uno de los motivos es la falta de fortuna, pero no es el único y somos conscientes, lo sabemos, los jugadores lo saben y hemos hilado muy fino para buscar los errores en los distintos partidos y situaciones. Esperamos haberlos corregido para siempre”.
Sin embargo, la falta de victorias y la pérdida de esa chispa de buen juego que caracterizó a la selección a mediados del 2024, han llevado a muchos a cuestionar si realmente se trata de infortunio o si hay problemas estructurales en el planteamiento de Lorenzo.
Uno de los aspectos que más ha generado crítica es la demora en realizar sustituciones. Lorenzo explicó por qué sostiene a ciertos jugadores en la cancha, incluso cuando el partido parece pedir una modificación. “Al jugador que está jugando bien, me cuesta sacarlo porque siempre es una constante que el jugador que rinde siga en el campo. Están preparados para jugar 90 o 120 minutos estos muchachos”.
De manera implícita, Lorenzo defendió su decisión de mantener a James Rodríguez en el campo en momentos donde muchos esperaban su sustitución. “Si veo que baja el rendimiento por una cuestión física, es una cosa, pero si veo que no baja el rendimiento y hay un parate en el que todo el mundo se enfrió, me dio la sensación de que podían aguantar al mejor nivel de intensidad”.
En el empate frente a Paraguay, las modificaciones de Lorenzo llamaron la atención. Una de las más discutidas fue el ingreso de Yerry Mina por Jhon Arias, un movimiento inusual cuando el equipo necesitaba mantener su ventaja. “Lo de Yerry lo hice para fortalecer la zaga y darle libertad a los laterales”, explicó el DT.
Otro cambio que generó debate fue el de Jaminton Campaz por James Rodríguez, cuando también estaban en el banco Juan Fernando Quintero y Marino Hinestroza. “Pensé en Campaz por su dinámica, pegada y la pelota parada. Son decisiones que me parecieron correctas en el momento”.
A pesar de las dudas que deja su gestión de los cambios, Lorenzo parece tener claro que no variará su postura. La selección sigue en carrera y los próximos partidos en Barranquilla podrían ser el escenario perfecto para redimirse.
La gran interrogante sigue siendo si Lorenzo ajustará su estrategia de sustituciones para alinearse con lo que exigen los hinchas y analistas o si mantendrá su convicción de que los cambios solo deben realizarse cuando considera que realmente es necesario. El tiempo y los resultados serán los jueces finales de esta decisión.
