Después de dirigir durante cinco años y medio en clubes de Venezuela, Ecuador y Chile, y de superar un cáncer, el técnico antioqueño Santiago ‘Sachi’ Escobar está en Medellín y espera encontrar un proyecto serio que le permita estructurar un modelo de juego acorde al estilo de trabajo que lo ha hecho exitoso en el fútbol.
Dice que en los próximos días vendrá un fallo sobre el reclamo que hizo la familia por la serie que se emitió sobre su hermano Andrés Escobar, en la que consideran se manchó el nombre del ídolo.
EL COLOMBIANO habló con Sachi, bicampeón de Liga con Atlético Nacional, de estos y otros temas...
¿A qué se dedica por estos días tras superar un duro trance?
“Después de mi último club, que fue a la Universidad de Chile, donde trabajé el año pasado, regresé a Medellín tras cinco años y medio por fuera del país, entre Venezuela, Ecuador y Chile. Actualmente no estoy trabajando y he tomado este tiempo como una especie de alto en el camino, de reflexionar, de tomarme el tiempo necesario para volver en cualquier momento. Aunque ha habido algunas posibilidades de trabajo en Colombia, Ecuador y Perú, pero por diferentes razones no las he tomado. Espero un proyecto que me seduzca”.
¿En qué emplea el tiempo en esta tregua del fútbol?
“A recuperar tiempo con la familia, hacer mucho deporte, ver fútbol internacional y nacional, enterarme de todas las metodologías de trabajo, de lo que se juega hoy en día. Estoy muy bien de salud y, como dije, es una especie de receso que también me caía bien porque llevo prácticamente 25 años sin parar en la dirección técnica; hace falta sacar tiempo para uno”.
Debe ser complicado alejarse tantos años de la familia, ¿cómo manejó eso?
“Lo más duro del fútbol es siempre estar en un lugar y los hijos en otro. Han sido muchos años los que me ha tocado estar solo, en los últimos cinco años y medio la familia no estuvo conmigo, solamente cuando iban a compartir algunos días en épocas de vacaciones de ellos. Y después, tratando de llevar la profesión, porque muchas veces se hacen sacrificios al estar solo en otro país. Pero hay que tener esa fortaleza para saber afrontarlo. Lo importante es no sentirse solo y disfrutar de la profesión y de los diferentes lugares donde uno está. A todas las personas del fútbol les ha tocado, tanto a jugadores como a entrenadores”.
Usted me decía que de la salud está bien, ya recuperado, sin problemas, ¿tiene algún impedimento para laborar?
“Ninguno y gracias por preguntar. Desde finales del año anterior el médico me dijo que mi tumor había desaparecido, que estoy completamente sanado, no tengo inconvenientes. Mi organismo respondió muy bien a las sesiones de radioterapia que me hicieron. No tengo ningún impedimento médico ni laboral para poder trabajar. Es lo que me gusta y anhelo, volver a las canchas de fútbol que ha sido gran parte de mi vida. Hoy en día, por ejemplo, hago caminatas, también monto mucho en bicicleta (dos o tres horas), y voy dos o tres veces por semana al Oriente antioqueño. Eso quiere decir que estoy totalmente recuperado y me siento con ganas y con una actitud muy positiva hacia lo que es mi carrera y deseo de volver a dirigir, pero en un proyecto donde yo sienta garantías, en el que pueda trabajar con mi equipo y establecer un modelo de juego”.
A veces los técnicos se impacientan al no estar activos, ¿ese es su caso?
“Es tomarlo con paciencia, porque muchas veces se acepta lo primero que te ofrecen y ahí es cuando uno se equivoca. A la edad que tengo (59 años) no puedo equivocarme, sino disfrutar lo que hago, elegir un buen proyecto y poder arrancar de cero. Esperemos a ver si de acá al próximo año existe esa posibilidad de volver a dirigir”.
¿En qué desencadenó la molestia de ustedes como familiares en el caso de la serie que se emitió sobre la vida de Andrés Escobar, Goles en Contra?
“Algo hay, en los próximos días se puede saber qué va a pasar con este caso, he seguido las instrucciones de unas personas que están analizando el tema del documental o película de Netflix. Hay una molestia total por parte de la familia, en muchas ocasiones reiteré que no estuvimos de acuerdo por la manera en la que se llevó a cabo la serie, a nosotros no nos pidieron autorización. Hasta ahí le puedo contar, prefiero no hablar del tema, pero sí hay una incomodidad muy grande porque esa historia fue mal contada e irrespetuosa con algunos personajes que salen en la serie, como mi hermana, mi padre, Andrés, Pamela (la novia de Andrés), el doctor Francisco Maturana, Nacional como institución, el fútbol colombiano. Me parece una historia de mal gusto, donde hay un irrespeto total hacia la familia y algunas personas, en este caso un equipo de fútbol como Nacional. Lo que dan a entender es totalmente diferente a la realidad, algo estamos haciendo como familia y ya se van a enterar en los próximos días”.
Volvamos al balón De Chile, Ecuador, Venezuela, ¿cuál país le llamó más la atención y en cuál se sintió mejor?
“En Venezuela me trataron muy bien en las oportunidades que estuve, trabajé en el Estudiante de Mérida y en el Deportivo Táchira. Y el paso por la Universidad Católica de Ecuador fue algo con lo que yo me soñaba, estar en un equipo un tiempo importante, allá pude trabajar cuatro años de una manera tranquila y pude organizar con los directivos un verdadero proyecto. Fue un proceso lindo porque es un club que no era de los grandes del fútbol ecuatoriano, pero terminamos llevando jugadores a las selecciones juveniles y de mayores; el equipo transfirió futbolistas y obtuvo ingresos por más de 16 millones de dólares. Después de 41 años llevamos a la Católica a una Copa Libertadores, luego a dos Sudamericanas. Prácticamente en tres años estuvimos en torneos internacionales. Y que te reconozcan por el modelo de juego que se estableció en el país, eso para mí es algo que no se puede olvidar. No dudaría en regresar a esa nación porque Ecuador, aparte del progreso que ha tenido, es un país donde me sentí a gusto. Reitero, hubo posibilidades de volver, pero por diferentes razones no se han dado las circunstancias para cerrar una vinculación con algún equipo ecuatoriano, pero el recuerdo y la gratitud es muy grande hacia este país”.
¿Y qué tal Chile, muy difícil, demasiada presión?
“Fue un paso corto, cinco meses, faltó evaluación del plantel, de la nómina. En un año estuvimos cuatro técnicos: Rafael Dudamel, un uruguayo, un interino y yo. Es un equipo que los últimos tres años estaba luchando con el descenso. Entonces fue duro porque los resultados no se nos dieron a ninguno de los entrenadores, pero como institución, como gente que cumplió con sus obligaciones, no tengo nada qué decir al respecto. Por el contrario, estoy agradecido, lamentablemente cuando no se consiguen los resultados uno como entrenador tiene que aceptar lo que pasa. Es un país donde me soñaba hacer un proceso parecido al de Ecuador, en una institución con una gran hinchada. Pero creo que quedó pendiente poder cerrar ese proyecto que yo tenía en mi cabeza; me parece que faltaron algunas herramientas para habernos quedado mucho más tiempo”.