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¿Volverá a donde fue feliz? Neymar tendría todo arreglado para retornar al Santos de Brasil

El futbolista brasileño, de 32 años, tiene contrato con el Al-Hilal de Arabia hasta junio del 2025. Habría llegado a un acuerdo para una cesión.

  • Neymar debutó como futbolista profesional en 2009 con el Santos, cuando tenía 17 años. Regresa ad portas de cumplir 33. FOTO: Tomada de Instagram @nNeymarJr
    Neymar debutó como futbolista profesional en 2009 con el Santos, cuando tenía 17 años. Regresa ad portas de cumplir 33. FOTO: Tomada de Instagram @nNeymarJr
20 de enero de 2025
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La historia se repite una y otra vez: el hombre siempre quiere volver al lugar donde fue feliz. Adriano se refugió en la favela donde creció en Río de Janeiro. Neymar sueña con regresar al Santos este 2025, equipo donde se dio a conocer al mundo. Cuando debutó, con 17 años, todos decían que aquel joven delgado, casi raquítico, tenía todo para ser el nuevo “rey”.

En el estadio Urbano Caldeira esa palabra pesa. Ahí jugó Pelé, “O Rei”, durante los mejores 18 años de su carrera deportiva. Por eso, cuando el nuevo prospecto pisó las canchas y vieron que tenía una habilidad única con el balón en los pies, así como una velocidad impresionante cuando se lanzaba al ataque, muchos dijeron “este es”.

Neymar cumplió. Ganó la Copa Libertadores del 2011. Llevó al equipo hasta la final del Mundial de Clubes de 2012. Estuvo en su casa, bajo el amparo casi dictatorial de su padre, hasta 2013. Después migró al Barcelona. Se pensó que en la élite se volvería el mejor del mundo, destronaría a Messi y Cristiano Ronaldo. No pasó. Estuvo entre los más destacados, sí. Pero las expectativas estuvieron por encima de la realidad.

Llegó la fama, el dinero en exceso y con eso los escándalos por abusos sexuales, por salir a rumbear en la noche. Un montón de pecados cayeron sobre los hombros del “nuevo rey” brasileño que estaba empezando a tomar la pose de príncipe que asumiría el resto de su carrera deportiva.

En eso quedó. Aunque intentó hacerle el quite a su destino en 2017, cuando se fue para el PSG en la transferencia más costosa de la historia del fútbol hasta ese momento. Aún cuando en París fue el protagonista principal de su propia novela e hizo con los pies más obras de arte que las que tiene guardado el Museo de Louvre, Neymar no logró tomar el cetro que el mundo esperaba que tomara cuando empezó a jugar en Brasil.

La falta de disciplina no lo dejó. Las lesiones tampoco. Varias veces lloró como un niño que siempre busca la protección en los brazos de su padre cuando tuvo problemas en los tobillos, en la rodilla, en los músculos de la pierna. En París intentaron armar un equipo de ensueño con Messi y Mbappé –el otro candidato a rey que parece se quedará en príncipe–, pero no funcionó.

En 2023 se fue de París. La certeza de lo finito se le paró al frente: se dio cuenta que ya no era la joven promesa del fútbol brasileño, sino un futbolista que estaba entrando en los “temidos 30”, la edad en la que casi todos los jugadores empiezan a bajar de nivel, a pensar en el retiro. Por eso se dejó tentar de los petrodólares que le ofrecieron en Arabia: más de 100 millones de euros por temporada lo llevaron a firmar contrato por dos años.

Pero el oro se convirtió en oscuridad. El 17 de octubre, en un partido de eliminatorias entre la Selección de Brasil, de la que es máximo goleador, y Uruguay en Montevideo, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla. Demoró más de un año para regresar a las canchas. Lo hizo el 21 de octubre de 2024. Jugó un par de encuentros. ¿La Magia? Intacta ¿El físico? Bastante mermado.

Se lesionó pocos días después. Un problema muscular leve lo sacó de competencia. Quizás agotado mentalmente porque no salían bien las cosas, regresó a Brasil, su refugio, su casa. Estuvo rodeado de sus familiares. Se enteró de que volvería a ser papá, de nuevo. Comprendió que su anhelo era volver a la raíz, al lugar donde siempre fue feliz. Empezó la gestión para terminar, de manera anticipada, su contrato en Arabia y volver a Santos.

La decisión es más sentimental que cualquier otra cosa. ¿Por qué? Porque el equipo donde se formó Neymar, en el que Pelé escribió su leyenda, ascendió en diciembre a la primera división del fútbol brasileño después de estar en la B. Eso quiere decir que no disputará torneo internacional. Sí estará en el campeonato Paulista y el Brasileirao.

Aunque no logró terminar su contrato, como James Rodríguez, por ejemplo, todo apunta a que Neymar y Santos alcanzaron un acuerdo económico con los árabes para que lo prestaran durante los próximos seis meses, mientras asumían en conjunto la carga salarial que tienen. En Neymar, la historia del eterno retorno se repite. El candidato a “Rey” quiere volver a su casa, su lugar seguro, convertido en un gran príncipe.

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