Nacional llegará a su compromiso de este domingo frente a Alianza con un escenario inédito en la era de Javier Gandolfi: 11 días sin competencia oficial. Para cualquier equipo en construcción, este tiempo es oro, pero en el caso del verde representa la primera gran oportunidad del técnico argentino para interiorizar su idea de juego sin la presión de tener que preparar un partido cada tres días.
El último encuentro contra Santa Fe dejó sensaciones encontradas. Por un lado, una exhibición ofensiva que ilusionó a la hinchada con ese empate 2-2. Por el otro, una fragilidad defensiva que generó preocupación y dejó claro que aún hay ajustes por hacer en la retaguardia. Ahora, con tiempo suficiente para trabajar, Gandolfi ha podido enfocar sus esfuerzos en fortalecer la estructura defensiva sin descuidar la dinámica ofensiva que tanto promete.
El tiempo de trabajo no solo ha servido para afianzar conceptos tácticos, sino también para fortalecer sociedades clave en el campo. La dupla defensiva conformada por William Tesillo y Felipe Aguirre sigue ajustando movimientos. En el mediocampo, Jorman Campuzano y Matheus Uribe buscan sincronizarse mejor, mientras que la conexión entre Edwin Cardona y Marino Hinestroza en el ataque ha sido otro de los focos de trabajo. Además, la dupla de delanteros Alfredo Morelos y Kevin Viveros genera expectativa. La posibilidad de contar con dos 9 amplía las opciones de ataque y ofrece variantes que pueden ser letales ante los rivales.
Una de las mejores noticias en este lapso de preparación ha sido la reincorporación de David Ospina a los entrenamientos con normalidad. Su regreso genera un aire de confianza en el grupo.
Para el estratega argentino, el duelo contra Santa Fe fue el mejor partido que ha dirigido con Nacional hasta el momento. “Tuvimos situaciones, transiciones, buena toma de decisiones. Aunque faltó certeza para convertir, para mí fue el mejor partido desde que estoy al frente”, aseguró el técnico.
Este Nacional empieza a mostrar señas de un equipo con identidad, capaz de generar juego ofensivo atractivo y con intenciones claras de mejorar su rendimiento defensivo. Con estos 11 días de preparación, la expectativa es que los ajustes realizados se reflejen en la cancha ante Alianza.
Más allá de la preparación, Nacional deberá enfrentar dos interrogantes el domingo. La primera es el estado de la cancha, que podría condicionar el despliegue y afectar la fluidez del juego. La segunda es la propuesta de Alianza, que buscará convertirse en el primer equipo en romper el invicto con el que Nacional aterrizará en Valledupar.
