Claro, frentero, sin pelos en la lengua como en su época de jugador. Así es José Luis Chilavert, que hoy incursiona en la política de su país y además es muy crítico con la parte administrativa del fútbol suramericano, del que dice que cada vez los clubes son más pobres, pero los directivos de las federaciones más ricos. Acá, la entrevista exclusiva con el que llegó a ser el mejor portero del mundo.
¿Cuál es su presente?
“Estoy en Paraguay preparando mi incursión en el mundo de la política, esa es mi realidad. Además, tengo dos empresas de publicidad y marketing digital y sigo ligado al mundo del deporte, tratando de mirar cómo podemos ayudar a que en este caso el fútbol cada día no esté contaminado, pero en Suramérica es al revés, cada día está más contaminado, más con la gente de la Conmebol que se maneja muy mal”.
A propósito, ¿usted se mantiene en las denuncias que hace sobre la Conmebol?
“La historia es que el presidente Alejandro Domínguez me denunció por difamación, injuria y calumnia, y le pidió a la justicia paraguaya un informe sobre si yo pagaba impuestos en Paraguay. Presenté 50 pruebas documentales, 37 al Ministerio de Hacienda, además de 20 testigos. Cuando fuimos a juicio, él mintió cuando le preguntaron si la Conmebol estaba al día con sus empleados despedidos y le pagaron su obra social, él manifestó que sí, mientras los testigos míos corroboraron que no les han pagado. Después reconoció que recibió dinero durante la gestión de Nicolás Leoz y Juan Ángel Napout y Figueredo, y ya todo el mundo sabe qué pasó con ellos. Leoz falleció, Figueredo estuvo preso y Juan Ángel Napout también está preso en Estados Unidos. Domínguez reconoció que recibió 374.000 dólares de ellos, lo que demuestra que participó de ese ambiente corrupto, que hoy denuncia. Además, declara que recibe honorarios por 20.000 dólares al mes y mi abogado ha demostrado que realmente son 44.000”.
¿Entonces no es cierto que usted deba pagar un año de cárcel por esas acusaciones que hizo?
“Los abogados de Domínguez pidieron que yo pagara 2 años de cárcel, una multa e hiciera trabajo comunitario, y ninguno de esos pedidos se han cumplido, porque fui absuelto por calumnias e injurias. Por difamación sí fui condenado a un año de prisión, pero en suspenso, porque la prensa publica que yo he sido condenado y voy a prisión, y eso no es así. Hasta ahora no está en firme la condena y además vamos a apelar, porque no estamos de acuerdo. La idea es que sea absuelto de todos los cargos, porque todo lo que manifesté es la verdad”.
¿Por qué un hombre de su liderazgo y ascendencia no se dedicó a ser técnico?
“Porque veo que cada día los clubes de Suramérica están más pobres y los presidentes de cada Federación más ricos. Después, no me veo en ese rol, porque tengo más capacidades para ser mánager y las ofertas que he recibido no me convencen”.
¿Vive bien, tranquilo?
“Hay que tener en cuenta que no todo en la vida pasa por seguir en el ámbito en el que uno ha participado, en este caso el fútbol. Con mis empresas estoy muy bien, trabajamos excelente durante la pandemia. Lo interesante es que trato, desde mi lugar, ayudar a que se potencie el fútbol, a que los clubes sean más ricos y que el dinero que ingrese a la Conmebol vaya a las arcas de los equipos, porque me gustaría que los clubes estén a la par de lo que pasa en Europa. La diferencia que hay en la calidad de eventos, de jugadores y clubes de ese continente en relación al nuestro es abismal. Allá el dinero sí es para los clubes y eso ayuda a contratar mejores profesionales para las canteras o el conjunto profesional”.
¿Cuál es la gran diferencia?
“Acá los presidentes de cada asociación se enriquecen a costas del fútbol. Mi meta es tratar de sacarlos y que manejen el fútbol personas que sepan y así ayudar a que se desarrolle mejor este deporte”.
¿Qué opina de lo que dijo Mbappé sobre el nivel del fútbol suramericano?
“Mbappé está en Francia en un equipo superlativo como el PSG. Lo interesante es que sepa que no es fácil jugar en Suramérica si le toca ir a Quito, La Paz, Bogotá o Barranquilla, o el calor en Brasil o Paraguay. Es muy fácil hablar desde allá y cuando en la Eurocopa se juega ante equipos débiles como San Marino o Malta. Las exigencias no son las más altas, pero me gustaría ver a Mbappé jugando en La Paz y ver cómo responde”.
¿Por qué ya no hay arqueros como Chilvert o René Higuita, que daban espectáculo?
“No se ha trabajado bien, muchos piensan que cualquiera puede ser arquero y ahora difícilmente encontrás porteros que te puedan ganar partidos y que generen espectáculo también, pero todo se logra con trabajo. En la final de la Champions hubo un portero europeo frente a uno suramericano. Lo interesante es que nosotros rompimos el molde junto con René. Me anticipé a jugar en el año 88 en Europa, después René fue a España. Era muy difícil porque en esas épocas los europeos no contrataban porteros suramericanos y nosotros lo logramos”.
¿Falta valentía en los porteros de hoy o los técnicos los amarran?
“El técnico debe conocer bien a su arquero, saber si le gusta cobrar tiros libres y penaltis. No es cuestión de hacer esas cosas porque sí. Si tienes a un portero que haga bien esas cosas, bienvenido. Todo es cuestión de confianza”.
¿Cómo analiza que Colombia no haya clasificado al Mundial?
“Me llamó la atención por la calidad de jugadores que tiene, pero el secreto es que Colombia siempre fue fuerte jugando de local y en esta Eliminatoria perdió muchos puntos en casa. Me da mucha pena porque tenía equipo para ir a Qatar tranquilamente”.
¿Había más figuras en la generación suya?
“Sí claro, pero en esa época Paraguay y Colombia tenían una generación dorada que se acabó y no se trabajó bien para el recambio y va costar mucho recuperar ese protagonismo, que incluso le peleaba la hegemonía a Argentina y Brasil. Sin embargo, si Colombia le da continuidad a lo que logró Pekerman tiene esa posibilidad de renovación”.
¿Cómo ve el fútbol suramericano a nivel deportivo, no administrativo?
“Si uno se remite a la Copa Libertadores y la Suramericana, no hay un equipo que se vea tan fuerte. No hay una hegemonía como pasaba en la etapa en la que nosotros jugábamos, que uno sabía que Palmeiras, Cruzeiro, Boca Juniors y Vélez Sarsfield dominaban. Hoy, ganar una Copa Libertadores es mucho más fácil. No hay equipos tan competitivos y en esa mediocridad sobresalen los brasileños, River Plate en Argentina, pero después los demás no tienen regularidad. Y lamentablemente cuando sale una figura joven, los clubes la deben transferir inmediatamente”.
Usted que fue mundialista, ¿cómo ve lo que será
Qatar?
“Ojalá que sea bueno, pero ahora los europeos nos llevan una ventaja muy grande, pero en el fútbol todo es posible y solo hasta que ruede el balón uno puede decir qué selección está mejor que otra. Ojalá recuperemos una copa para nuestro continente”.
Hizo 62 goles y enfrentó a porteros grandes colombianos como Higuita y Óscar Córdoba, ¿recuerda alguna anécdota con ellos?
“En El Campín, cuando le hice gol a Córdoba y todo el mundo coreaba su nombre. Óscar solo me puso 3 hombres en la barrera, creo que era una manera de subestimarme y yo le mando dos de Paraguay para que quedara de cinco y así no veía el balón. Yo sabía que en Bogotá, con la altura y el suelo mojado, debía hacer que el balón le picara antes. Le pegué perfecto, era el minuto 92 y mis compañeros me decían que me quedara en la portería para no arriesgar en un contragolpe, pero salí porque estaba convencido de que iba a hacer el gol y fue un momento maravilloso, porque de gritar ‘Córdoba, Córdoba’, El Campín pasó a aplaudirme”.
¿Entre sus aspiraciones está ser presidente de Paraguay?
“Es un desafío, porque entrar a la arena política no es fácil, pero tengo un equipo conformado por gente muy honesta y no estamos contaminados con la política sucia de los partidos tradicionales y es una opción que le vamos a presentar a los paraguayos. El movimiento se llama ‘El Partido de la Juventud’ y los proyectos que más preocupan son la educación, la salud, la seguridad y para que un país funcione, la justicia debe funcionar. Hay que tratar de trabajar en equipo con personas que sepan de primera mano las problemáticas del país y para eso tengo hombres muy capaces en todas las áreas. Sé que no va a ser fácil, pero me preocupan las corrientes izquierdistas que se posesionaron en Venezuela, Chile, Argentina, Perú, Bolivia. Por ahora, países como Uruguay, Brasil y Paraguay somos una bocanada de aire fresco que tiene la democracia liberal, no de derecha extrema, pero me preocupa mucho que el populismo gane terreno. A la gente hay que enseñarla a trabajar, otro camino no hay para llegar al éxito”.
¿Qué se extraña de la época de jugador?
“Uno extraña la adrenalina de jugar en un estadio repleto y que los fanáticos del equipo rival lo insulten. Es como entrar a un coliseo romano. Uno se siente como un gladiador, cuanto más me insultaban, mejor jugaba. Eso lo añoro, pero todo pasa muy rápido y lo bueno es que dejé un legado y cada vez que salgo me reconocen en todos los países a los que voy”.
¿Le dio muy duro el retiro?
“Mi esposa me dice que cuando terminé el fútbol no lo extrañé, pero más allá de mi forma de ser hay que decir que uno debe asegurar la parte económica durante la carrera para después estar tranquilo y no necesitar salir a mendigar trabajo como pasa con muchos de mis colegas. Por eso para el fútbol, eres joven a los 18 pero viejo a los 30. Hay que saber cuidar bien la parte económica para vivir bien en el retiro, pero también buscar otra profesión”.