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“Lo vamos a volver a intentar y buscaremos el título”: Brayan León en entrevista con El Colombiano antes del duelo contra Millonarios

El delantero del DIM conversó con EL COLOMBIANO antes del inicio de la Liga. El Rojo enfrenta a Millonarios (4:00 p.m.) en Bogotá.

  • Brayan León Muñiz tiene 23 años. Cuando no está jugando fútbol suele ver novelas y jugar Play. Le gusta estar en casa. FOTO Esneyder Gutiérrez
    Brayan León Muñiz tiene 23 años. Cuando no está jugando fútbol suele ver novelas y jugar Play. Le gusta estar en casa. FOTO Esneyder Gutiérrez
  • “Lo vamos a volver a intentar y buscaremos el título”: Brayan León en entrevista con El Colombiano antes del duelo contra Millonarios
20 de enero de 2024
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Le gusta estar en Cañaveral, su pueblo. Por eso siempre que sale a vacaciones se va para allá. También es el motivo por el que nunca se ha olvidado ni de su familia, ni de sus amigos de infancia. A todos los ayuda. A los primeros como agradecimiento por los sacrificios que hicieron para que fuera futbolista profesional; a los segundos, porque está cumpliendo la promesa que hicieron cuando niños: “El primero que salga, no se olvida del resto”.

Dentro de la cancha Brayan León Muñiz es un delantero potente, sacrificado. Afuera es un muchacho humilde, sencillo, que tiene clara sus raíces y está lleno de sueños. Conversó con este diario.

¿Le genera alguna presión ser el referente del ataque del DIM en este 2024?

“Yo creo que sí y no, porque somos un equipo y jugamos todos. El semestre anterior pasó que los goles no los hacíamos ni Luciano, ni yo, pero sí Cetré. Por otro lado, espero aprovechar el hecho de que ahora se me considere un referente en el ataque del DIM. Ahora lo vamos a volver a intentar y buscaremos el título”.

El semestre pasado hubo un momento en el que le costó hacer goles, ¿qué pensaba?

“Yo estaba tranquilo. No le presto atención a lo que dicen las demás personas porque conozco mis capacidades. Yo siempre le dije a mis compañeros que en algún momento iban a llegar los goles y pasó”.

¿Le afectaron las palabras que le dijo Jermein Peña, de que usted era un “paquete” en la final?

“No. Eso es normal. En el momento no lo escuché ni lo miré porque me estaba riendo de otra cosa. Eso es algo que le dicen a uno en todas partes. Incluso, hay cosa peores como que le mienten a la mamá. Pero yo no les presto atención. Mejor sigo jugando”.

Hablemos un poco de su vida. ¿Cómo empezó en el fútbol?

“Soy de Cañaveral, que es un corregimiento de Turbaco, Bolívar. Allá tengo mi familia, mis amigos. Ahí crecí y fueron mis inicios en el fútbol cuando tenía 7 años y la profesora de educación física me dijo que lo intentara porque me vio habilidades. Me puso a jugar con los niños más grandes. Ahí empezó todo”.

¿La familia lo apoyó, lo llevó a algunas escuela de fútbol?

“Mi papá sabía que yo jugaba con personas más grandes. Siempre me apoyó. También lo hizo mi padrino. El 19 de octubre de 2012 me dijo que me tenía un regalo de cumpleaños, me llevó a Cartagena y me metió a una escuela que se llama Paraíso Real. El primer día que fui quedé asombrado porque todos los niños tenían guayos y yo jugaba con tenis. Luego, cuando tuve mis guayos, fue incómodo por los taches, pero al final me adapté”.

¿Iba desde Cañaveral hasta Cartagena para entrenar?

“Sí. Me tocaba bastante duro. Después de salir del colegio, al mediodía, cogía una buseta que lleva a las personas a Turbaco, allá agarraba otro bus que me llevaba a Cartagena y luego una moto que me dejaba en la cancha. En ese trayecto se iba cerca de una hora”.

¿Cómo le fue en la escuela y cómo se dio su ida a Cali?

“En Cartagena me fue bien. Jugué muchos torneos y fui goleador en varios. Lo de la ida a Cali se dio cuando Mauricio García llegó a Cartagena mirando jugadores. Ese día yo no iba a ir porque había que pagar como 100.000 pesos y yo le dije a mi papá que cómo se iba a gastar esa plata y tal vez no quedaba, que mejor la podía utilizar para el mercado u tras cosas en la casa. Pero él insistió y me llevó”.

Pero al final quedó...

“Imagínese que no. Yo jugué el partido, pero escogieron a cuatro compañeros míos. A mí no. Sin embargo, el entrenador de la escuela le dijo a Mauricio que yo era un jugador bueno y tenía condiciones y me terminaron llevando”.

¿Cómo fue para usted irse tan joven de la casa?

“Fue difícil. Me tocaba muy duro. A nosotros nos llevaron para Florida, Valle. Hubo un momento en el que vivimos en una finca que estaba como a 25 minutos del Pueblo en moto. Nos tocaba irnos caminando todas las mañanas para el colegio y nos demorábamos una hora. Al regreso era lo mismo. Después nos tocaba bajar, cargando la tula de los balones, las pesas para entrenar. Era impresionante lo que uno hacía, pero hoy en día pienso que valió la pena”.

¿Hizo todo su proceso de formación en esa ciudad?

“No. En Cali era poco lo que jugábamos. Solo una vez participamos en Liga y fueron tres partidos porque nos ponían con los del 96 y 97. Nosotros éramos del 2000. Después de eso pasamos a Manizales con la misma escuela. Cuando pasó eso yo ya tenía 15 años”.

¿Y cómo fueron las cosas allá en Manizales?

“Al comienzo fue muy duro porque primero llegamos los jugadores con el trasteo y todo eso. Nos tocó dormir en el piso. El frío que hace allá terrible y nos tapábamos con la ropa que teníamos en las maletas. La primera semana estuve enfermo. Luego nos fuimos adaptando. El entreno era a 10 minutos de la casa hogar. Las cosas empezaron mejor. Ahí conocí a mi representante Álvaro González, que era el dueño de la academia. También dejamos de entrenar en cancha de arena. Empezamos a hacerlo en una sintética”.

¿Cómo llegó al Pereira?

“Me vieron jugando en un torneo en Manizales donde quedé de goleador y mejor jugador. Tenía 20 años. Me llevaron a probar en Pereira. El técnico era el profe Jorge Artigas. Cuando llegué me dijo que tenía 4 días para demostrarle qué iba a hacer. Lo impresioné y me dijo que jugaría con él”.

¿Cómo fue el cambio al fútbol profesional?

“Fuerte. Ya uno con un contrato empieza a decir: ‘papá, mamá, es hora de empezar a mejorar de a poco las cosas’. En Pereira me metieron a un hotel y era responsabilidad mía. Me tocaba cocinar, lavar la ropa. Eso me ayudó a crecer”.

¿Cómo fueron esos primeros momentos en lo deportivo?

“Fue un proceso. Al principio entraba y no llegaba el gol. Pero sí aportaba con mi portento físico, pero en el equipo me apoyaron, hasta que llegó el momento del primer gol. Eso fue algo que me marcó. Yo estaba en el banco. El partido fue a las 4:00. Le dije a mis compañeros que tenía pereza y sueño. Ellos me dijeron: relájese, no se vaya a dormir que ahora lo meten. Lo hicieron al minuto 84. Hubo un tiro de esquina. Ever Valencia tiró el centro, llegué al primer palo, cerré los ojos, metí la cabeza y gol. Salí corriendo con ganas de llorar”.

¿Qué recuerda del título?

“Fue algo muy bien trabajado. El profe nos encaminó a eso. Él vivía el día a día. Trabajábamos dependiendo del rival y todo se daba. Nos apropiamos tanto de la dinámica, que hubo un día que él nos marcó la cancha y nos dijo que ya sabíamos lo que debíamos hacer”.

¿Qué pasó en Junior?

“Todo jugador tiene malos momentos, hasta los mejores. A uno le puede ir bien, pero las personas no lo ven. Respeto a Junior, pero fue un mal momento, no se me dieron las cosas”.

¿Cómo llegó al DIM?

“Fue una oportunidad de la vida. Cuando llegó lo del DIM yo estaba en vacaciones. Tenía el celular en modo avión. Lo revisé sin querer y tenía varias llamadas perdidas. Me llamaron de acá, pero tenía contrato con Junior. Empecé a entrenar con ellos y el Medellín insistió. Decidí venir, aprovechar la oportunidad”.

¿Cuál ha sido su mejor momento con el Medellín?

“Los clásicos. Nunca había vivido uno como estos. En el primero estaba nervioso, pero pensé que teníamos que ganar. Luego llegó el 0-5. Ese día estaba convencido de que iba a hacer gol. Solo hice dos porque me sacaron, sino hubiera anotado más”.

¿Le gustaría llegar a la Selección Colombia?

“Sí claro, siempre he soñado con la Selección. Pero eso voy paso a paso. No me puedo apresurar a decir que ya estoy listo. Pienso que va a haber un momento en el que se dará”.

¿Este año sí?

“Tengo mucha fe en este equipo con el que vamos a disputar la Liga y la Suramericana”.

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