En un hecho fuera de lo común en el fútbol inglés, el Manchester United ha sido víctima de dos goles olímpicos en un lapso de ocho días, ambos determinantes en sus respectivas derrotas.
El primer gol ocurrió el pasado 19 de diciembre, durante los cuartos de final de la Copa de la Liga, donde el Tottenham Hotspur venció 4-3 al Manchester United. En el minuto 88, el surcoreano Son Heung-Min ejecutó un tiro de esquina que se convirtió directamente en gol, asegurando el pase de los Spurs a las semifinales.
El segundo incidente se produjo este jueves en el tradicional Boxing Day de la Premier League. El Wolverhampton derrotó 2-0 al Manchester United en el Molineux Stadium y pudo salir de la zona de descenso (ahora es 17° con 15 puntos).
El brasileño Matheus Cunha abrió el marcador en el minuto 58 con otro gol olímpico, aprovechando una distracción defensiva de los “Red Devils”, a pesar de haber generado polémica por una posible falta previa sobre el portero camerunés André Onana.
Estos goles han puesto de relieve las debilidades defensivas del United en jugadas a balón parado, especialmente en la reacción de sus guardametas (Bayindir y Onana), generando preocupación entre sus seguidores y el cuerpo técnico.
La capacidad de Son y Cunha para anotar desde el córner ha sido ampliamente elogiada, destacando la precisión y el talento necesarios para lograr este tipo de goles poco comunes.
El exentrenador del Sporting de Lisboa, Ruben Amorim, sufrió una quinta derrota en diez partidos entre todas las competiciones desde su llegada en noviembre al banquillo de los “Diablos Rojos”.
En la Premier League, su equipo acumula cuatro derrotas en los cinco últimos partidos antes de enfrentarse al Newcastle (domingo), y después al Liverpool (5 de enero) ubicándose en el puesto 14 de la tabla de posiciones con 22 unidades.