En una noche cargada de tensión y pasión en el Atanasio Girardot, Independiente Medellín y Atlético Nacional escribieron otro capítulo memorable en su histórica rivalidad. El estadio vibró con la presencia de 35,936 aficionados vestidos de rojo, que acudieron en masa con la esperanza de empujar a su equipo hacia una remontada épica en las semifinales de la Copa Betplay. Sin embargo, pese a la victoria 1-0 del DIM, el marcador global de 2-1 favoreció a Nacional, que se aseguró un lugar en la gran final frente a América de Cali.
Desde el inicio, el DIM tomó las riendas del partido, fiel al estilo propositivo que ha caracterizado al equipo durante esta temporada. La necesidad de marcar dos goles obligó a los dirigidos por Alejandro Restrepo a presionar alto y buscar constantemente las bandas para inquietar la defensa rival. Pero la noche no sería sencilla: un Atlético Nacional bien plantado en defensa, con líneas compactas y mucha disciplina táctica, frustró una y otra vez los intentos del Poderoso.
El duelo, sin embargo, no estuvo exento de interrupciones. El árbitro tuvo un papel central en el desarrollo del encuentro, cortando constantemente el ritmo con sus decisiones. Esto no solo enfrió el ímpetu del Medellín, sino que también generó el descontento de la hinchada, que veía cómo cada minuto perdido se convertía en un obstáculo más para la remontada.
El momento más dramático del partido llegó al cierre del primer tiempo. En una jugada que simbolizó la entrega absoluta de ambos equipos, Luis Marquínez, portero de Nacional, salió temerariamente a cortar un avance de Brayan León. El choque dejó al arquero noqueado durante algunos minutos, pero el árbitro no dudó: roja directa. Era una acción de último recurso, ya que León se perfilaba para una clara oportunidad de gol.
Con un jugador menos y un panorama cada vez más complicado, Nacional tuvo que replantear su estrategia. Efraín Juárez, técnico del conjunto verde, sacrificó a Alfredo Morelos para dar entrada a “Chipi Chipi” Castillo, quien no solo tomó el lugar bajo los tres palos, sino que se convirtió en una de las figuras del partido. Castillo respondió con solvencia en cada intervención, asegurando que su arco solo se vulnerara una vez en toda la noche.
Nacional no mostró su mejor versión en ataque. Fue, sin duda, uno de sus partidos más discretos en ese aspecto, con apenas un par de acercamientos que nunca comprometieron seriamente al arquero rival. Pero en defensa, el equipo se plantó como un muro infranqueable, una fortaleza que resistió las embestidas constantes del Medellín.
El grito de gol que los hinchas del DIM ansiaban llegó sobre el final, cuando Ménder García, oportuno en el área, empujó el balón al fondo de la red tras una jugada colectiva bien trabajada. Era el 1-0, una bocanada de esperanza que encendió aún más las tribunas. El Poderoso seguía vivo, pero necesitaba otro gol para forzar los penaltis.
Con el tiempo en su contra, Medellín buscó con desesperación el tanto que igualara la serie. Sin embargo, la defensa verdolaga mantuvo su concentración, despejando cada balón y cerrando espacios con una precisión casi quirúrgica. Así, el pitazo final dejó un sabor agridulce: el DIM ganó la batalla, pero perdió la guerra.
Para Medellín, fue el cierre de una campaña marcada por las despedidas. Primero fue la eliminación en la Copa Sudamericana, luego la caída en la Liga, y ahora este adiós en la Copa. Sin embargo, la entrega del equipo y el apoyo incondicional de su hinchada dejaron una sensación de orgullo.
Mientras el DIM se despide, Nacional se prepara para un desafío aún mayor. Su clasificación le aseguró un lugar en la final frente a América de Cali, un duelo que promete ser espectacular. Con los dos equipos más populares de Colombia frente a frente, la expectativa es máxima. La serie comenzará en el Atanasio Girardot y cerrará en el Pascual Guerrero, aunque aún están por definirse las fechas y horarios.
El Atanasio vivió una noche de emociones intensas, donde la gloria y la tristeza se mezclaron a partes iguales. Nacional avanza, pero sabe que debe mejorar para enfrentar a un América que también sufrió para llegar a la final, tras superar al Bucaramanga por penaltis. Por su parte, Medellín se despide con la frente en alto, dejando una última muestra de su coraje y espíritu competitivo.
Reviva aquí el minuto a minuto de este compromiso: