Déinner Quiñones es inconfundible. Cuando está en la cancha no solo lo identifican porque es un jugador veloz, hábil, que se mueve por todos lados y que tiene una de las mejores zurdas del fútbol colombiano, sino porque porta un corte de cabello único que le da un aire de cantante urbano, un flow propio, irrepetible.
Los drelos cortos, con puntas amarillas y ganchos para decorar el cabello –que parecen unos pequeños gusanitos– hacen que cualquier persona, sin importar la localidad del estadio en la que esté, lo reconozca de inmediato.
También lo reconocen en la calle. Cuando está fuera de las canchas complementa su estilo urbano poniéndose gorras hacia atrás y utilizando cuatro aretas de plata (dos en cada oreja), ajustando su outfit cual cantante de reguetón.
‘Deiqui’, como le gusta que le digan, tiene el mismo corte desde hace por lo menos cinco años. Ha vestido las camisetas del Santos Laguna de México, Independiente Medellín, Atlético Nacional y América de Cali en el fútbol colombiano.
Viejo conocido en el DIM
El volante, que tiene 27 años, está viviendo su tercera etapa con el DIM. La primera empezó en julio de 2018, cuando estaba pasando por uno de sus mejores momentos deportivos. Llegó proveniente de Jaguares de Córdoba. Era tan bueno que, en agosto de ese año, lo vinieron a buscar del fútbol mexicano. Se fue para Torreón, donde Santos Laguna es local. Allá jugó 24 partidos y anotó un gol.
En junio de 2019 volvió al Equipo del Pueblo. En su segundo paso por el club rojo ganó la Copa Colombia de ese año. Fue titular en la final de vuelta, que se jugó en el Atanasio Girardot y en la que el Poderoso se impuso 2-1 al Deportivo Cali.
Entre 2020 y 2022 jugó en Nacional y América. En enero de este año, cuando ya estaba cerca el cierre del mercado de fichajes, fue presentado como refuerzo del DIM. “He sido feliz en los periodos en que he estado en el club y espero serlo ahora”, dijo el día que lo presentaron.
Y como no hay tercera mala, en este nuevo ciclo en el DIM, Quiñones se ha ganado el corazón de la hinchada con actuaciones como la que tuvo en el partido entre ante Bucaramanga – que se jugó el fin de semana pasado– en el cual hizo una jugada que maravilló a propios y extraños.
Era el minuto 80, ‘Deiqui’ recuperó el balón por la banda izquierda a la altura de la mitad de la cancha, la peleó con el lateral rival hasta el punto de irse al suelo, gatear y levantarse, para después llegar hasta el borde del área y meter un centro que terminó en el gol de Díber Cambindo que le dio el triunfo 1-2 a su equipo.
“Es un futbolista que tiene un buen perfil para estar en el fútbol colombiano. Ha jugado en equipos grandes del país y cuando ha tenido minutos hace aportes importantes. Eso habla muy bien de él. Sin embargo, creo que tiene un talento muy grande y podría aspirar a volver al fútbol del extranjero”, comentó el entrenador antioqueño Carlos ‘El Piscis’ Restrepo, quien dirigió a Déinner en la Selección Colombia sub-20 que participó en el Sudamericano de la categoría disputado en 2015 en Uruguay, y en el que los criollos fueron subcampeones.
Restrepo agregó que, desde que estuvo bajo sus órdenes, Déinner ha mostrado ser un jugador que marca diferencia, que tiene una habilidad especial, un estilo de juego picante que no es difícil de encontrar en el fútbol formativo, pero sí que logre mantenerse a nivel profesional, como lo ha hecho el tumaqueño.
Un muchacho centrado
Quienes conocen a Déinner dicen que es una persona sencilla, tranquila, centrada. También que le gusta pasar tiempo con sus dos hijos, Alan y Alaia, y con su esposa Vanessa Castillo. Además que siente un amor grande por su mamá y abuela. En redes sociales ha dejado ver que, cuando puede, comparte con su progenitora, a quien considera su reina.
‘Deiqui’ es resiliente. Siempre luchó por sus sueños. Por eso salió de Tumaco –donde nació– para Cali cuando era adolescente. En la capital del Valle del Cauca se formó como futbolista. Lo hizo, según el entrenador antioqueño Guillermo ‘Chiqui’ Londoño, en la cantera de Boca Juniors, equipo que hoy juega en la segunda división del fútbol colombiano.
En 2013, cuando tenía 18 años, debutó como profesional con Universitario de Popayán. Después estuvo en Tolima, Quindío y Jaguares hasta que llegó al DIM, el equipo que en los últimos años se ha convertido en su casa y en el que, hasta el momento, ha mostrado un buen nivel en su tercer paso.