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David Ospina, el ídolo que regresó para aportar a la grandeza verde

El portero retornó al club paisa a mitad de 2024 y fue uno de los arquitectos de una doble conquista. A sus 36 años, sigue soñando en grande. Dentro y fuera de la cancha es un ser ejemplar. Este domingo, en la final de la Liga, le atajó penal a Yeison Guzmán.

  • Desde su regreso al Atlético Nacional, David Ospina generó respeto fuera y dentro del campo. Líder indiscutido, el portero antioqueño sigue llenando de títulos su gran palmarés. Así le atajó este domingo penalti a Yeison Guzmán. FOTO Manuel Saldarriaga
    Desde su regreso al Atlético Nacional, David Ospina generó respeto fuera y dentro del campo. Líder indiscutido, el portero antioqueño sigue llenando de títulos su gran palmarés. Así le atajó este domingo penalti a Yeison Guzmán. FOTO Manuel Saldarriaga
22 de diciembre de 2024
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David Ospina se marchó bastante joven de Nacional. Tenía solo 19 años cuando dio el salto al balompié europeo, específicamente al Niza de Francia. Se fue del Verde siendo campeón por partida doble (Apertura y Finalización 2007). En su regreso, el pasado verano de julio, acaba de lograr otras dos conquistas. Además, en la gran final en el Atanasio y por Liga, le atajó penalti a Yeison Guzmán.

El gran David, con el profesionalismo que lo caracteriza, tuvo la paciencia necesaria para no acelerar su estreno con el elenco verdolaga mientras terminaba su etapa de acondicionamiento. De hecho, más allá de no tener tantos días acumulados de competencia, fue llamado a la Selección Colombia que fue subcampeona de la Copa América. Después, con sus buenas atajadas, se convirtió en un cerrojo en el arco del club de sus amores para gritar de nuevo campeón. En una semana reinó en la Copa Colombia ante América de Cali, y luego en la Liga, tras el triunfo de Nacional en el Atanasio Girardot contra Deportes Tolima. Un día antes de la primera conquista, en la capital vallecaucana, tuvo que enviarle, desde la distancia, vía telefónica, la felicitación a su hijo Max, quien salió campeón en una de las categorías menores de Atlético Nacional.

Hace seis meses, cuando se confirmó que David volvía a las filas de la escuadra antioqueña, de inmediato creció la ilusión entre sus hinchas, tanto que la venta de los abonos se disparó. Y no era para menos, pues retornaba un ídolo, un hombre que supo ganarse el respeto de compañeros y rivales en las ligas que disputó. Además de Colombia (2005-2008) y Francia (2008-2014), compitió en Inglaterra (Arsenal, 2014-2018), Italia (Napoli, 2018-2022) y Arabia Saudita (Al-Nassr, 2022-2024). En esta última compartió camerino con el astro portugués Cristiano Ronaldo.

Fuera del campo, con sus enormes lentes, David, en su retorno a Medellín, parecía un filósofo. Su seriedad, compromiso, disciplina, lealtad y constancia han sido también parte de sus pilares para salir adelante y lograr lo que se propone. Su familia, a la que le profesa amor y respeto varias veces en las redes sociales, ha sido su polo a tierra. La cuida como a su vida y nunca se le ha visto en escándalos. Demuestra ser un caballero y un ejemplo a seguir. Desde el principio, y mientras se preparaba para volver a jugar con Nacional, siempre se le vio activo en su rol de líder. No solo estaba en el camerino o palco del Atanasio Girardot, también viajaba a los partidos de visitante.

Arquero motivador

Con sus arengas evidenció de entrada que era un guía hasta fuera de la cancha, un hombre de respeto que necesitaba el club para volver a ilusionarse en grande.

Frente a Millonarios, en la capital de la República, juego que ganó Nacional 2-1, David fue vital para llenar de confianza a los jugadores.

“Estos manes van a querer ganarnos”. Empezó diciendo David ese día, mientras sus colegas, abrazados y en círculo, lo escuchaban atentamente, sin interrumpirlo.

“Pero al frente se van a encontrar con un equipo que tiene más ganas, que tiene hambre, muchachos. Escuchen esta palabra: hambre, hambre de títulos, hambre de ganar cosas”.

Y prosiguió: “Ya comimos mucha mierda, este semestre vamos a disfrutarlo, pero eso lo tenemos que lograr así, vea, así como estamos acá, unidos, ayudándole al compañero dentro de la cancha, con mucha comunicación, concentración y dedicación. Les deseo muchos éxitos y que Dios los bendiga”.

Luego, en septiembre, en un partido amistoso en Estados Unidos ante América de México que terminó 2-2, se le escuchó decir: “Recuerden que acá no hay partido amistoso. Seguimos pensando en nosotros, en nuestro trabajo y el objetivo claro que tenemos y ese está en diciembre: levantar la copa, hermano. Así que vamos muchachos”.

Y con muchas más frases de ánimo, David siguió inspirando dentro del plantel, mientras que en cancha tuvo jornadas memorables para evitar que su equipo saliera derrotado. Volvió, como dijo, con sed de títulos, y con su talento y el de sus compañeros, alcanzó las metas.

La de este domingo 22 de diciembre fue su cuarta consagración en Liga, tras las conseguidas en 2005 y las dos de 2007. En sí, ya suma 11 títulos en su carrera deportiva, en la cual espera seguir siendo referente, sobre todo porque desea estar en el Mundial de Norteamérica-2026.

Ese deseo de seguir figurando mantiene a David de pie, como un “Goliat” que enfrenta los retos en medio de las dificultades que se puedan presentar en el camino. Ya es un veterano, pero sus reflejos y velocidad le permiten seguir deslumbrando ante la élite del fútbol. Por lo pronto, con Nacional, su figura de crack continúa intacta. La Libertadores de 2025, su siguiente vitrina internacional.

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