El segundo finalista de la Copa América se definirá hoy con el Clásico del Pacífico entre Chile y Perú, una de las rivalidades más fuertes del fútbol sudamericano que poco tiene que envidiarle al súper clásico entre el anfitrión Brasil y Argentina.
La Roja y la Blanquirroja volverán a protagonizar un duelo de viejos vecinos y enconado antagonismo que en esta ocasión contrapone el sueño chileno de alcanzar la triple corona en la Copa América y la sed de gloria y revancha de los peruanos.
El encuentro puede dejar la tercera final consecutiva para Chile, campeón de las dos últimas ediciones de la Copa América; o la primera final en 44 años para Perú, que no ha vuelto a jugar una desde que en 1975 ganó su segundo y último título.
Solo una de estas ambiciones tendrá espacio en la final del próximo domingo en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, donde se medirá al ganador de la otra semifinal.
La de Chile y Perú es la semifinal inesperada, fuera de casi todas las quinielas cuando se definieron los cruces de los cuartos de final. A Chile le tocó bailar con Colombia, que venía de ganar todos sus partidos; y a Perú con la Uruguay de Luis Suárez y Edinson Cavani, que había arrollado por 4-0 a Ecuador y 1-0 al mismo Chile.
Tanto chilenos como peruanos sacaron un empate sin goles ante sus respectivos rivales de cuartos para después dirimir su clasificación para las semifinales en los penaltis con idéntico tanteo (5-4).
La semifinal tendrá para Perú un sabor de revancha, pues hace cuatro años ya se cruzaron ambas selecciones en esta misma instancia de la Copa América de 2015, donde Chile, que ejercía de anfitrión, dejó a Perú fuera de la final con un doblete del delantero Eduardo Vargas.
“Hay mucha diferencia, porque en 2015 solo teníamos hambre, pero no teníamos experiencia ni títulos y ahora tenemos de todo. Ahora podemos controlar mucho mejor los partidos”, comentó el capitán de Chile, Arturo Vidal.
Aquel partido estuvo marcado por la temprana expulsión del defensa peruano Carlos Zambrano, que para esta edición volvió a la Selección después de una ausencia de casi tres años y ahora tiene la oportunidad de resarcirse de aquel amargo capítulo.
Para esta ocasión, tanto el colombiano Reinaldo Rueda, seleccionador de Chile; como el argentino Ricardo Gareca, seleccionador de Perú, repetirán en principio los mismos equipos titulares que utilizaron en los cuartos de final.
Así, dentro de la cancha se dará también un particular duelo de artilleros entre el delantero chileno Eduardo Vargas y el peruano Paolo Guerrero, quienes son los dos máximos goleadores en activo en la Copa América, con doce tantos cada uno.
Los dos equipos llegan al encuentro en una trayectoria ascendente de confianza y moral, pues Chile ha sacado el espíritu y el orgullo del campeón para reencontrarse así con la contundencia y solidez que le había faltado en los meses anteriores.
A Perú parece que, lejos de hundirlo, el humillante 0-5 con Brasil ha despertado la rebeldía por reivindicar sus aspiraciones de gloria.