En Atlético Nacional no están de acuerdo con el fallo de la Dimayor que le dio a Junior los tres puntos del partido de la décima fecha de la Liga Betplay, suspendido por desmanes en la zona noroccidental del estadio Atanasio Girardot el jueves pasado.
Por un lado, argumentan que la determinación sienta un mal precedente desde lo deportivo. “Con la decisión de sancionar a Nacional se entrega un mensaje nefasto al decretar como ganador al equipo que representa a la hinchada que empezó los desmanes en un partido que perdía con suficiencia en la cancha (los antioqueños ganaban 2-0)”, dijo Sebastián Arango Botero, presidente del Rey de Copas, en rueda de prensa en la sede de Guarne.
El directivo y otros actores del fútbol nacional, sostienen que la determinación incentiva a que los “enemigos del fútbol” traten de conseguir puntos para su equipo de forma violenta y va contra el juego limpio. Sobre todo, teniendo como base que en casos similares, el entre rector del Fútbol Profesional Colombiano tomó otra decisión.
El 21 de septiembre del 2022, hinchas del Deportivo Cali invadieron la cancha del estadio 12 de Octubre de Tuluá cuando el conjunto azucarero se enfrentaba a los del Corazón del Valle. Esa vez, por medio de la resolución 063 del 2022, la Dimayor consideró que “adoptar una interpretación jurídica que beneficie al club cuyos espectadores de manera exclusiva desplegaron la conducta, desborda los límites de la sana lógica que orienta a la interpretación de las norma disciplinarias e invitaría a las barras a cometer desmanes a fin de beneficiar al club que siguen a nivel deportivo”.
Algo parecido ocurrió el 20 de agosto de 2023. Ese día, hinchas del Junior protagonizaron peleas en el estadio de Techo de Bogotá, cuando enfrentaban a La Equidad. El fallo de la resolución 053 del 2023 se fue por el mismo lado: desestimó la aplicación el artículo 83 del Código Disciplinario Único de la Federación Colombiana de Fútbol, en el que se le quitan los puntos al local por retirada o renuncia (como pasó con Nacional), y dijo que hacerlo era premiar a los violentos.
En ese sentido, el cuadro verde apelará la decisión. Incluso, manifestaron que están dispuestos a que el caso llegue hasta el Tribunal de Arbitraje Internacional (TAS).
Desde el punto de vista jurídico, el Fallo es bueno. De hecho, según el especialista en derecho deportivo, Andrés Charria, es sólido porque la argumentación de la Dimayor tiene un buen sustento.
Con este se busca dar una “lesión” en el balompié nacional, pues según el abogado, invita a que se mejore la seguridad en los estadios. Desde el punto de vista de Charria, Nacional tuvo una falla en su logística. Eso llevó a que ocurrieran los hechos.
Sin embargo, desde el cuadro verde aseguraron que dispusieron de un operativo de seguridad que contó con 570 policías, 69 miembros de la Secretaría de Seguridad, 470 personas de logística y 35 de seguridad privada con la intención de cuidar a los 26.567 aficionados que asistieron al estadio.
Según los directivos, para una final, en la que tienen un aforo de 44.000 personas, la disposición de logística es de 500 personas. Además, dijeron que por el Código de Policía nadie que no sea uniformado puede hacer requisas y que por es ingresaron armas blancas al estadio. Por eso, están en desacuerdo con el fallo.
¿Cómo se organiza un partido en el Atanasio?
Según contó el presidente de Nacional, para que se realice un partido en el Atanasio es necesario cumplir con los requisitos mínimos que se acuerden con la Comisión de Seguridad, Comodidad y Convivencia del fútbol de la ciudad, en los que hay un representante de la Alcaldía, Inder, Policía, Liga Antioqueña de Fútbol, Nacional y DIM.
También entran miembros de la barra. Lo acordado, como el ingreso y ubicación de la hinchada visitante, se define por votación. Por eso, en el cuadro verde dicen que no tienen “culpa” sobre la situación. Entre tanto, el representante a la cámara Mauricio Parodi dijo que la decisión es un error porque no hay pedagogía para mejorar el comportamiento y agregó que antes se sancionaron los estadios con fechas, pero la situación se repite. Los cambios tienen que ser de fondo.
