Próximo a cumplir 38 años de edad (30 de junio), Fredy Alejandro Guarín lucha por volver a jugar fútbol profesional y tener una despedida digna, acorde con su gran trayectoria en clubes de Colombia (Millonarios), Argentina (Boca Juniors), Francia (Saint-Etienne), Italia (Inter), Portugal (Porto), China (Shanghái Shenhua) y Brasil (Vasco de Gama), además de participar en 3 mundiales de menores (2 sub-20 y uno sub-17) y en la Copa Mundo de Brasil-2014 con la Selección mayor.
El mediocampista, que nació en Puerto Boyacá y que brilló por su potente pegada, tocó la gloria deportiva, pero en los últimos años ha vivido una pesadilla de la que hoy intenta zafarse, definitivamente, el alcohol. Una adicción que afectó su vida familiar y lo alejó de sus tres hijos: dos hijos mayores (Danna y Daniel) de su primer matrimonio con la venezolana Andreina Fiallo, y uno menor (Jacobo) con la modelo paisa Sara Uribe.
Millonarios fue su último club, en donde le abrieron las puertas en 2021, a pesar de llegar lejos de su privilegiado estado físico. Sin embargo, se fue por la puerta de atrás luego de faltar a entrenamientos y protagonizar actos extradeportivos de los que más tarde se arrepintió y pidió perdón públicamente.
Ahora, tres años después, habló con la Revista Semana sobre su vida, los excesos y la bebida. En su relato, Guarín expone que empezó un tratamiento con profesionales porque su ilusión es recuperar a sus hijos. “Me desvié. Mi decisión fue aferrarme al alcohol, cometí muchos errores, malas decisiones, herí a mucha gente, hice sentir mal a mis allegados, mi círculo social, familiares. El alcohol siempre fue el peor detonante para todo lo que vieron ustedes”, dijo en la publicación.
Confesó que empezó siendo alcohólico social, pero que al salir de Millonarios tocó fondo. “Perdí mi dignidad, mi círculo social cercano, la confianza de seres queridos y de lo más importante y valioso que yo tengo, mis tres hijos. Llegó un punto en que ya no podía más seguir de esa forma. Me tocó pedir ayuda, ya lo había hecho varias veces, pero había recaído. Me tocó rendirme y entregarme a mi ser superior, a unos profesionales con los que estoy trabajando para remediar muchas cosas que no estuvieron bien hechas. Recuperar la confianza tanto mía, como la de mis hijos, la de mis familiares. Proyectarme y aceptar fue lo principal. No podía solo y me dejé ayudar y estoy en ese proceso”.
En su dramático relato a Semana, el futbolista aseveró: “Ya toqué la puerta del diablo y no es lo mejor. Ya sé cuál camino no es y que el camino es Dios que me da fuerzas cada día y una vida sobria y saludable para poder darles a mis hijos todo el amor que les tengo”.
Los escándalos
Uno de los episodios más sonados de Guarín se dio en 2021. Tras el aislamiento por la pandemia, el jugador fue detenido por la policía en Envigado tras protagonizar un hecho de violencia intrafamiliar. Luego, en diciembre pasado, subió un video a redes sociales donde denunciaba que no lo dejaban entrar a su casa. En esa oportunidad publicó: “Ya van como tres o cuatro veces que no me dejan entrar a mi casa, la casa que yo compré con mi propia plata”.
Sus romances también han dado que hablar: terminó la relación con su primera esposa con señalamientos por infidelidad, luego su aparición en China con Sara Uribe y la más reciente fue el noviazgo con Pauleth Pastrana.
Por ahora, Fredy sigue en Miami con su tratamiento y publica videos en los que se nota que trabaja duro para recuperar su estado físico, pues no descarta volver a las canchas. Inclusive, en Envigado se menciona su nombre. Fredy, que tiene tatuada la frase, “tengo miedo a la muerte y a la cárcel”, busca su renacer y recuperar la vida que el alcohol manchó.
