El 21 de marzo de 2003 cuando José Alejandro Messu Ochoa iba a nacer, en Villa Rica, Cauca, se presentó un inconveniente en el parto y para salvarle la vida, el médico optó por extraerlo bruscamente del vientre de su mamá, maniobra que le ocasionó una lesión en su antebrazo izquierdo.
José Alejandro creció junto a sus tres hermanos y desde niño sintió afición por el fútbol, deporte al que llegó por gusto y el cual practicó durante unos años. “Era lateral, una máquina, muy bueno, pero lo que pasa es que por la condición de mi mano me dijeron que no me daba para ser profesional, y por eso no seguí”, comentó quien hoy se convierte la nueva joya del paratletismo nacional, pues además de ganar un oro en el Grand Prix de Suiza, se llevó cinco preseas doradas del Parapanamericano juvenil que se cumple en Bogotá.
Con la decepción de no poder seguir en el fútbol, José Alejandro recibió la invitación del entrenador Fernando Lucumí, quien le habló del club de paratletismo y lo invitó a entrenar.
Con algo de escepticismo aceptó la invitación y fue a la pista, pero lo que no se imaginaba era que allí encontraría su lugar feliz, donde ha alcanzado sus mejores logros y en el que sueña con ser medallista paralímpico. “Me gustó mucho y más cuando hice la prueba de los saltos, me hizo acordar que yo desde muy niño me dedicaba a jugar a eso, saltar cuanta tapia me encontraba”, resaltó el múltiple medallista dorado.
En Bogotá, José Alejandro ganó oro en los 100, 200 y 400 metros, así como en el salto largo, su prueba favorita, y en el lanzamiento de jabalina. Este atleta, que ya se graduó del colegio y espera ingresar a la universidad para estudiar Idiomas, seguirá con sus entrenamientos con miras a los Juegos Parapanamericanos de Chile (octubre) donde espera darle más alegrías al país y su familia. “Mi sueño ahora son los Paralímpicos de París, allá quiero estar”, comentó Messu quien ya compitió en Suiza, en el Grand Prix donde fue oro en salto largo.