En los últimos meses se han registrado nuevamente escándalos relacionados con el dopaje y, paradójicamente, las tres disciplinas que son las que poseen controles más estrictos, también son las que han presentado más casos: el atletismo, el ciclismo y el fútbol.
En 2023, según datos de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje), se realizaron 35. 432 controles en el fútbol, 27.863 en el ciclismo y 25.671 en el Atletismo.
Sin embargo, hay deportes que han mejorado y se puede decir que se han blindado frente a estos casos como lo son el automovilismo y el tenis.
En las competencias de autos no se presenta un caso de dopaje desde el 2002 cuando el checo Tomas Enge fue despojado de su título de campeón de la F3000 tras dar positivo por marihuana en un control antidoping. Mientras que el tenis ha disminuido sus casos casi en un 90 por ciento en los últimos años.
Se podría pensar que los controles en estas dos disciplinas no son tan estrictos, pero no es así. En ambas se aplica el International Resistered Testing Pool y el ADAMS (sistema de administración y gestión antidopaje, por sus siglas en inglés), en el que los atletas actualizan su localización ante cualquier modificación.
Con estos sistemas, se seleccionan en cada país a deportistas a los que se les somete a un seguimiento especial. A ellos se les realizan controles en cualquier momento, dentro o fuera de competición. El objetivo de estas pruebas sorpresa es el de detectar sustancias y métodos prohibidos para los competidores.
Pero entonces, ¿cuál es el éxito que han tenido estas disciplinas para ir disminuyendo esos índices de dopaje?
Los expertos dicen que ambas le han apostado a los programas de concientización y la responsabilidad frente a los demás.
El expiloto colombiano Roberto José Guerrero explica por ejemplo, que es algo diferente el uso de drogas en una carrera de carros, que en atletismo o el fútbol.
“Si un jugador de fútbol se dopa es un riesgo para su salud, pero no para el equipo o para los espectadores. En una carrera, si un piloto toma alguna sustancia prohibida, es un peligro para él, los demás competidores, los aficionados y todos los que hacen parte de la logística de una carrera. Hay que considerar a las personas más allá de sí mismos.”
En el caso del tenis, el extenista colombiano Mauricio Hadad, dice que tiene que ver mucho con la educación. “Un tenista casi siempre llega mejor formado que un futbolista, que puede tener otras carencias y eso a la hora de tomar decisiones para su vida es fundamental. Entre más educado sea el deportista menor es el riesgo de que consuma alguna sustancia prohibida”.
El dopaje intencional en el tenis es raro, normalmente los casos positivos se presentan por ignorancia o contacto accidental e involuntario con sustancias indebidas.
Estas dos disciplinas son un claro ejemplo de cómo se pueden prevenir los casos de dopajes en otros deportes. Sin embargo, como dice el director de la Oficina Regional de América Latina y el Caribe de la AMA, Francisco León, la lucha contra el dopaje es igual que la que se libra contra el crimen. “Siempre habrán atletas decididos a hacer trampa y buscan la forma de no ser descubiertos. Ese es el reto para nosotros. Es importante que hagamos lo mismo y tratemos de seguir evolucionando nuestras técnicas para mantenernos a la par”.
Tienen los mismos sistemas antidopaje
La AMA aplica los mismos sistemas antidopaje en estos deportes: atletismo, ciclismo, fútbol, natación, baloncesto, kayak, triatlón, balonmano, halterofilia, hockey sobre césped, remo, gimnasia, boxeo, golf, tenis, karate, taekwondo, béisbol, hípica, judo, vela, rugby, patinaje, salvamento, tenis de mesa, esquí, esgrima, bádminton, kickboxing, tiro, voleibol, baile deportivo, automovilismo, kendo, lucha, orientación, alpinismo con esquís y hockey sobre hielo.