Desde su llegada a Atlético Nacional se relacionó al lateral con la barra del verde, gracias a unas fotografías donde aparecía en la tribuna.
Daniel Muñoz, el futbolista nacido en Amalfi en 1996, comenzó su carrera deportiva en Águilas Doradas cuando tenía 20 años, en una de esas historias particulares que da el fútbol.
Es poco común ver jugadores que debuten profesionalmente después de los 20. Generalmente, a los 17 o 18 años están empezando a ver minutos en primera división, después de haber pasado mucho tiempo en la cantera.
Pero la experiencia de Muñoz fue diferente. Después de haber pasado por las divisiones menores de Envigado y jugar la Ponyfútbol, tuvo un revés en su carrera.
“Me dejé tentar de una persona que me engañó para ir al exterior, yo estaba muy chico. Estuve en México, España e Italia y por ser menor de edad no tenía un contrato de trabajo. Pasé muchas necesidades durante dos años. Afortunadamente, pude regresar a Medellín”, contó Muñoz para EL COLOMBIANO en 2019.
Llegó a pensar en el retiro, una vez pudo volver en 2015. Con 18 años, le brindaron la oportunidad en Total Soccer, equipo paisa que actualmente es bicampeón en la división C.
Ahí, nuevamente, mostró que tenía condiciones para ser profesional, y llamó la atención de Águilas Doradas, equipo con el que terminó debutando en el primer semestre de 2017.
Barrista del Nacional
Muñoz en ese momento también afirmó: “Desde que tengo uso de razón soy hincha de Nacional, por mi papá Germín Muñoz y mi mamá Franci Mejía, que eran muy aficionados”.
Admitió que iba a regularmente al estadio, particularmente a la tribuna sur del Atanasio Girardot, donde se ubica la barra Los del Sur, de Atlético Nacional.
Esta misma, que cuando el lateral se asentó en el verde, le compuso la canción: “Nos sentimos orgullosos, con Muñoz en Nacional, Pone güevas en la cancha, lo aprendió en la popular”.
Además, la cuenta oficial de la barra le dedicó unas palabras. “Un barrista que sufrió todas las incomodidades de algunas veces viajar como Pirata y todos los retos de ser Sureño, un pelaito como cualquiera de nosotros que además de ser hincha de Nacional y amarlo con el alma empezó a descubrir que era un gran jugador de fútbol”.
Un día, cansado de ese estilo de vida que tal vez no le permitiría cumplir sus sueños, se alejó de la tribuna sur y se enfocó en su carrera como futbolista. Así, pasó de alentar en la tribuna a ser el ídolo en la cancha.
Llegó tarde, pero lejos
El sueño de Muñoz era ser jugador del verde paisa y poder representar la camiseta de la Selección Colombia. Ambas aspiraciones se cumplieron rápido, en algo más de 3 años, y la vida lo llevó más lejos de lo que pesó.
Con Nacional se adaptó rápidamente y se convirtió en el mejor jugador del equipo en apenas unas cuantas fechas, hasta llegó a portar el gafete de capitán, algo destacable teniendo en cuenta que solo disputó 33 partidos en la institución.
Este ascenso meteórico, donde pasó de debutar en Águilas siendo algo mayor, a jugar en Selección y ser vendido a Europa con 24 años, representa el recorrido de Muñoz, un jugador de barrio que deja todo en la cancha.
Lo dejó todo en Rionegro, en Medellín y en Bélgica, lo cual le llevó a ser contratado en la mejor liga del mundo.
Crystal Palace lo presentó en un artículo como “el hincha en la cancha”, haciendo referencia a su historia con el verdolaga. Ahora, en el sur de Londres, deberá demostrar nuevamente la garra que hay en la tribuna, dentro del campo de juego.
