“¿Dejar que la barriga me crezca? Eso jamás, el ciclismo es mi estilo de vida”. Así, dejando salir una tímida sonrisa en medio de los sentimientos encontrados que lo invaden, se expresó este martes Sergio Luis Henao después de confirmar su adiós de la alta competencia.
Tras no encontrar un lugar en un equipo de élite en la presente temporada, y luego de que su anterior escuadra –Qhubeka NextHash – dejara de pertenecer a la categoría UCI WorldTeam, Henao decidió poner punto final a su carrera. En charla con EL COLOMBIANO, el corredor de 34 años habló lo que significó el ciclismo en su vida y lo que viene para él.
¿Cuáles son las sensaciones que experimenta hoy?
“Triste por un lado, pues no me quería ir de esta manera, pero tranquilo porque me despido con salud y con la cabeza en alto, ya que más allá de las adversidades y tristezas que se me presentaron en el camino, logré superarlas y convertirme en un ejemplo para los demás. Ser fuente de inspiración es algo que me genera alegría”.
Lleva seis meses sin competir –su última prueba fue la Vuelta a España–, y sin la rutina de antes y aún se le ve en forma, sin barriga...
“¿Barriga? Qué tal, ahí sí me preocupo (risas). Pero sí es verdad que me retiro. Había esperado para tomar la decisión porque a comienzo de año muchos equipos tienen dudas sobre su nómina, pero ahora qué más se va a esperar, ya es un hecho”.
¿Y sabiendo que tuvo ofertas de Colombia y de otros equipos internacionales?
“Siempre tuve claro que si no había algo atractivo no lo iba a tomar. No se presentó una oferta de un equipo World Tour o de otro que me diera las condiciones que me motivaran para seguir corriendo”.
¿Duele retirarse así?
“Un poquito. Queda un sinsabor, hay sentimientos encontrados. Todo profesional se quiere preparar la despedida, algo que sea especial. Sin embargo, me voy con la cabeza en alto. Sería desagradecido decir que me voy triste. Por fortuna dejo el ciclismo lleno de salud, con una carrera hecha, con triunfos, aprendizajes... Todo lo que tengo, como mi familia, y lo que he vivido se lo debo a este deporte. Me voy orgulloso y tranquilo”.
Tranquilo porque rindió y causó sensación en la generación más gloriosa del ciclismo colombiano...
“Sin duda. Recoger un poco el legado que dejaron Santiago Botero, Mauricio Ardila y otros es grato. Para mí ellos fueron quienes volvieron a abrir la puerta en Europa a muchos compatriotas, como Rigoberto, Nairo y otros más de esta generación dorada. Ser recordado por eso es inmenso. Siento que algo se hizo bien para que los equipos europeos recobraran la confianza en el corredor colombiano. Se lograron triunfos, se tuvieron derrotas, pero lo importante es la huella que dejas”.
Más allá de los títulos que se le escaparon, por segundos o caídas, también deja un legado: ser combativo pese a la adversidad...
“Sí, me caractericé por ser una persona fuerte, luchadora. Y no solo sufrí lesiones, también tuve que parar de forma obligada por dudas en mi pasaporte biológico. Pero me da orgullo saber que cada vez que me pasaba una situación de esas me paraba con más ganas y coraje para demostrar lo contrario”.
Hasta causó admiración al trabajar para otros cuando se veía con fuerza para luchar por cosas grandes...
“Muchas veces, cuando estaba en mi mejor época como profesional, sacrifiqué la gloria por estar al servicio de mis líderes. Pero eso no me pesa porque logré aportar mis condiciones, conocer y compartir con uno de los más grandes en la historia de este deporte como es Chris Froome, con quien tuve la oportunidad de ganar dos tours de Francia. También, tener de compañeros a talentos como Egan Bernal y Tadej Pogacar. Es algo indescriptible”.
Usted fue un claro ejemplo que en un equipo la unión hace la fuerza...
“Eso debemos aprender en Colombia, trabajar en equipo. Cuando se tienen tantos intereses y todos tiran para distintos lados, realmente no se consigue nada para el bien común. Así sucede en el ciclismo, para llegar a lo más alto tienes que sacrificar muchas cosas, dejar los egos y el orgullo. En Sky –ahora Ineos– adquirí ese aprendizaje”.
¿Ya tiene claro a qué se dedicará?
“La verdad, no tengo nada claro de lo que haré. Quiero disfrutar de la bicicleta, estar al lado de mi familia, esperemos qué me va poniendo la vida en el camino. Quien llegue y toque mi puerta recibirá de mi parte un consejo gratis. Quiero enseñar de todo lo que aprendí en Europa, siempre estaré dispuesto a ayudar para el bien del ciclismo”.
Si en agosto o septiembre un equipo grande lo llama para ficharlo, ¿volvería a la competencia?
“Si tengo la motivación, las ganas y no pierdo el hambre de ser competitivo, obviamente que sí. Voy a seguir montando en bicicleta, ya sin tanta presión y con menos responsabilidad. Este deporte es para mí un estilo de vida”