Más allá de la ambición por ganar que aún se percibe en Nairo Quintana, el discurso y el trabajo actual que hace en la élite del pedal son totalmente diferentes a lo que estaba acostumbrado.
Poco a poco el corredor boyacense, de 34 años de edad y campeón del Giro de Italia-2014 y la Vuelta a España-2016, viene cambiando su rol de líder a gregario, situación por la que se beneficia en el Giro-2024 su compatriota Éiner Rubio, uno de los colombianos a relevar a esos grandes del país que imponían un ritmo arrollador en el pasado.
Este jueves, si no fuera por Nairo, tal vez Éiner difícilmente hubiera salvado el quinto lugar de la general y seguir en la pelea por el podio de la corsa rosa, dominada hasta ahora por Tadej Pogacar (UAE) pero con otros nueve rivales a segundos en la disputa por los otros puestos de honor de la clasificación.
Primero un pinchazo y después una caída de Rubio a 17 kilómetros de la meta en la localidad Rapolano Terme hicieron temblar las aspiraciones de su equipo Movistar. Sin embargo, Nairo frenó su ritmo dentro del pelotón y como un gran soldado arropó a su compañero hasta llevarlo de nuevo al grupo principal.
Ese cambio de función es normal en el ciclismo. Por ejemplo, sucedió con Rafael Antonio Niño al ayudarle a ganar la Vuelta a Colombia a su gregario Cristóbal Pérez en 1982.
A la vez, en esa década, Patrocinio Jiménez fue líder por encima de Lucho Herrera, a quien luego le correspondió trabajarle. También a Rigoberto Urán se le observó batirse por Daniel Felipe Martínez o Sergio Higuita en el EF Education; o a Sergio Luis Henao por Rodrigo Contreras para que conquistara esta temporada el Tour Colombia.
Entre otros actores del mundo de este deporte, se recuerda ese cambio de roles cuando Greg LeMond o Laurent Fignon batallaban en la década de los 80 por Bernard Hinault; el apoyo mutuo en los 90 entre Miguel Induráin y Pedro Delgado; o el respaldo que le devolvió Chris Froome, que había ganado cuatro Tours de Francia, al colombiano Egan Bernal.
“Esa es la versatilidad del ciclista y que se gana desde sus bases. Cuando están en categorías inferiores tienen la capacidad de esforzarse por otro, y pese a que escalan hasta ser líderes, jamás abandonan la esencia de este deporte que es celebrar por los triunfos de los compañeros”, señaló el expedalista Santiago Botero.
“Un verdadero líder, desde la misión que esté, siempre da ejemplo a los más jóvenes. Se cambia de papel porque llegan otras personas que te superan en juventud, condiciones y rendimiento. Hay que aceptarlo y ser profesional ayudando a los que vienen pidiendo pista como en alguna vez lo hicieron con uno”, enfatizó este jueves Patrocinio Jiménez.
Rigoberto, entre tanto, y en conversación con RCN, dijo que lo que haga de ahora en adelante Nairo es “ganancia”, al recordar que es el corredor con mejor palmarés de los pedalistas colombianos en la historia (51 triunfos).
El escarabajo, entre tanto, se muestra tranquilo y optimista por la labor que viene desempeñando para Rubio, un batallador y con sed de triunfo como el mismo Nairo, el ídolo a quien veía hace diez años por televisión ganar el Giro, competencia en la que ahora lo tiene como escudero de lujo.