A sus 37 años, Héctor Leonardo Páez León le brindó un despertar dorado al país al coronarse campeón mundial de ciclomontañismo en la modalidad de maratón en Grachen, Suiza.
La medalla de oro que tanto buscó el boyacense, nacido el 10 de julio de 1982 en Ciénaga, la consiguió este domingo al cruzar en solitario la meta luego de 4 horas, 17 minutos y 48 segundos de esfuerzo en una competencia que contó con 260 participantes de 33 países. Lo escoltaron el checo Kristian Hynek, a 26 segundos, y el italiano Samuele Porro, a un minuto y 13 segundos.
Tras la hazaña y en declaraciones a la prensa habló de una carrera muy técnica que preparó desde el comienzo de año. Sobre el desenlace, manifestó que era difícil describir lo que sentía al conseguir una meta por la que luchó tanto, pues el año pasado fue tercero en Auronzo di Cadore, Italia.
Páez, el menor de cinco hermanos en el hogar que conformaron María Odalinda y Rafael de Jesús, tal como reseña su biografía, recorrió un trayecto de 95 km con un desnivel de 4.000 metros en una de las tres especialidades del BTT (Bicicleta Todo Terreno). Las otras dos son el descenso y el cross-country, la única inscrita en el programa olímpico y en la que Páez espera hacer parte en los Juegos de Tokio-2020.
Credibilidad total
Este ciclista colombiano hace parte del equipo Giant Liv Polimedical, con el que renovó contrato recientemente. Ese día, los dirigentes Gianfranco Bechis y Loredana Manzoni señalaron: “...es una gran oportunidad para que las marcas que representamos puedan continuar sus campañas publicitarias con un testimonio excepcional, muy pocos atletas garantizan continuidad competitiva durante toda la temporada y excelentes resultados. Páez, con su humildad, se ha ganado a lo largo de los años la estima de los fanáticos y de los competidores, nunca un mal comportamiento, siempre disponible y siempre en el podio”, publicaron en su página oficial.
Y tenían razón porque, de nuevo, el colombiano los hizo vibrar. El resultado de ayer es reflejo de la valentía del hombre que se inició en el ciclomontañismo en 1998 como pasatiempo, luego de ahorrar dinero obtenido en sus labores de campo para comprarse una bicicleta, en la que iba al colegio.
De ahí el brillo de su rostro portando la camiseta arcoíris en el podio, acompañado de una sonrisa de satisfacción.