“No la querían, era chatarra para ellos, pero no para mí, por eso la recogí”, cuenta Fabio, quien luego de construirla comenzó a pasearse por los caminos de Funza y Siberia, en Cundinamarca, y aunque se cayó varias veces y se reventó la boca y la cabeza, nunca dejó de soñar con ser ciclista.
Un año antes, Martín Ramírez se había ganado el Tour del Avenir y el ciclismo colombiano estaba de moda. Su abuelo y su padre lo animaban a que compitiera en clásicas infantiles, y el niño, que lloraba cada vez que subía a Mondoñedo y no era capaz de seguirles el paso a los adultos, accedió, deseoso de subirse a un podio a recibir una medalla.
Corrió en la Clásica del 7 de Agosto, una carrera bogotana para todas las edades, y la ganó. Corrió con una bicicleta Duarte, de las que fabricaba José Duarte, un artesano del ciclismo ya fallecido y que, aunque resulte increíble, no tenía ningún parentesco con el ciclista de Facatativá.
“Esa fue mi primera bicicleta de carreras, y todavía la tengo. Es de acero, muy pesada, pero me ayudó a darme a conocer en el ciclismo”, señala el corredor de un metro y 66 centímetros, y 55 kilos de peso.
La consagración
Esas historias de sus inicios parecen muy lejanas. Hoy Fabio tiene 36 años recién cumplidos y tiene sus propios hijos: Miguel Ángel y Marianela, quienes también se ilusionan con el ciclismo, con la libertad de pedalear.
Fabio acaba de ganar la Vuelta a Colombia edición 72, carrera que culminó con una contrarreloj individual entre Paipa y Tunja, sobre 41,2 kilómetros. El mismo final que en 2019, cuando logró su primer título de la ronda colombiana. Ese año, el vencedor de la crono final, de 22 kilómetros, fue Bryan Sánchez, su compañero en el Team Medellín. Fabio fue segundo de esa fracción, igual que hoy, cuando ganó Rodrigo Contreras, del EPM Scott.
Se le notaba feliz hablando con la prensa y saludando a los aficionados, una emoción escasa en su rostro desde 2008, cuando se coronó campeón del mundo en la categoría sub 23, en Varese, Italia.
Ese año, Duarte parecía destinado al olimpo del ciclismo mundial. Ya había conquistado la Vuelta del Futuro y dos veces la Vuelta de la Juventud, y entonces Gianni Savio se lo llevó a su equipo, en Europa, pero el joven cundinamarqués no logró coger el ritmo del gran pelotón y, a pesar de algunas apariciones en la montaña del Giro, de la Vuelta a Asturias y el Giro de Trentino, decidió volver para firmar con el Colombia es Pasión.
Algo pasaba en su cabeza, la presión de ser una estrella en ascenso lo derrumbó, y Fabio nunca fue capaz de cumplir las altas expectativas del ciclismo grande. Se peleaba con los entrenadores, abandonaba las competencias y contaba de dolores y molestias que los médicos no podían explicar, ni encontrar.
Sin embargo, cuando se hizo padre y formó una familia con Daniela, su esposa, todo cambió. Fabio firmó con el EPM de Raúl Mesa y apaciguó su alma. Entendió que su camino en el ciclismo todavía era largo, y que había muchos retos por alcanzar.
Asumió su destino con humildad y se olvidó de sus fracasos en Europa. Su maduración final, sin embargo, se dio en el Team Medellín, al lado de Óscar Sevilla y el entrenador José Julián Velásquez. Todos los días lee la Biblia y se la pasa escuchando música romántica de los años 70. Es un hombre serio y respetado por sus compañeros, quienes ven en él un ejemplo de valentía.
“Muchos ciclistas, cuando no logran triunfar en Europa, terminan retirándose y no vuelven a ganar carreras, pero él siguió adelante y es uno de los mejores”, dice Bryan Sánchez.
Gran presente
El Fabio de hoy día es más tranquilo, más centrado y claro, más poderoso. La Vuelta a Colombia de 2019 la ganó con tres minutos de ventaja sobre Salvador Moreno, y este domingo se coronó con una distancia de 5 minutos sobre Hernando Bohórquez.
El punto clave de la carrera fue La Unión. Allí llegó el pelotón, en la etapa 5, después del revolcón de Yarumal, cuando los pesos pesados dejaron ir una fuga y casi pierden la competencia. Al día siguiente, en La Unión, Fabio respondió con la misma fuerza. Atacó faltando 60 kilómetros y recuperó los minutos perdidos.
De ahí en adelante, y con la ayuda de su equipo, siguió recuperando tiempo hasta que, en la etapa 8, con llegada en Somondoco, se hizo con el liderato. Una remontada para la historia, pues tuvo que recuperar más de 15 minutos desde aquella estruendosa etapa 4.
“La vida me sigue dando regalos y yo los recibo con humildad. Me siento feliz y creo que tengo piernas para rato”, expresó Fabio tras recibir el trofeo.
Fabio Duarte lo ha ganado todo en el ciclismo colombiano, y aunque en su palmarés no brillan los laureles de Nairo Quintana, Rigoberto Urán o Egan Bernal, es claro su nombre estará en las páginas doradas de la historia.
POSICIONES
10ª etapa, Paipa-Tunja CRI
1. Rodrigo Contreras 1:01:03
2. Fabio Duarte a 1:12
3. Brayan Sánchez a 1:54 4.
4. Óscar Sevilla a 2:24
5. Ómar Mendoza a 2:48
6. Juan Pablo Suárez a 3:12
Clasificación general final
1. Fabio Duarte 35:52:45
2. Hernando Bohórquez a 5:02
3. Julián Cardona a 6:13
4. Wilson Peña a 7:42
5. Marco Suesca a 8:20
6. Álex Gil a 8:34
7. Bernardo Suaza a 8:44
8. Robinson Chalapud a 9:09
9. Rodrigo Contreras a 10:14
10. Cristian Rico a 10: 46