En Campos de Paz se realizó la segunda edición de una prueba atlética con 300 personas. Hay referentes en Brasil y EE.UU.
Por Wilson Díaz Sánchez
Cuando Giovanny Ardila llegó al cementerio Campos de Paz se fue directo a la tumba de Martha Cecilia Colorado, su esposa durante 24 años y quien falleció el pasado 11 de abril mientras entrenaban en el complejo acuático de Medellín.
Era domingo 17 de septiembre, coincidencialmente el día del amor y la amistad en Colombia, una fecha especial en la que le quiso dedicar su esfuerzo a la mujer amada, a la que también consideraba su “socia y compañera inseparable”, con la que asistió a muchas competencias de triatlón.
Se acercó, le puso flores, le habló y luego se fue hasta el sitio de partida de la carrera atlética que organizó el campo santo antioqueño afiliado al movimiento internacional “El Mundo Unido por la vida”, que cada temporada, en el noveno mes del año, promueve actividades para que los parques cementerios y funerarias de los cinco continentes celebren y conmemoren la vida.
Giovanni se arrimó hasta la escultura Resurrección, obra del artista Jorge Marín Vieco, donde se congregaron en la salida los 300 participantes que acudieron a la segunda edición del evento en Medellín. Allí, frente a un telón blanco y gigante que en la parte superior decía: “Hoy corro por...” y al que le quedaban pocos espacios para escribir, tomó un marcador y estampó su dedicatoria como ya lo habían hecho las otras personas.
“Sigo corriendo en memoria de ella, siempre llevo su foto y me inscribo en las carreras para hacerle homenaje”, dice el instructor deportivo, que continúa frecuentando las piscinas donde perdió a su ser querido, al que no autorizaron cremar por efectos de la investigación de su muerte.
El hombre, que ese día tenía gafas oscuras, gorra, pantaloneta celeste y camiseta azul oscura que le entregó la organización, cuenta que él no frecuentaba cementerios, pero que ahora tiene una motivación.
Además, acercarse a la Unidad de Acompañamiento al Duelo de Campos de Paz, le sirvió para volver a valorar la vida y desterrar “malos pensamientos”, pues agrega que la salud mental “juega mucho para aguantar situaciones difíciles”. En compañía de los sicólogos, comparte su testimonio y ayuda a personas que llevan 10 y 12 años llorando a sus padres, esposas o hijos.
La prueba, de 5 kilómetros por el circuito vía vehicular del cementerio, le permitió a Giovanni pasar tres veces por donde está Martha Cecilia.
Un recorrido que también hicieron los demás atletas, algunos acompañados de mascotas y niños (desde los 5 años). Muchos acudieron para hacerle honor a un familiar fallecido, otros a los que aún viven y algunos por hacer deporte y cumplir su rutina. “Vinieron familias completas y grupos de corredores”, anota Isabel Gómez, de la oficina de Comunicaciones de Campos de Paz, entidad que contó con el apoyo del Inder.
Según ella, en el municipio de Guarulhos, Sao Paulo, Brasil, también se hizo una prueba similar. Y hace 15 años existe otra en Oakland (EE. UU).
Por salud y deporte
John Fonseca, un ingeniero de sistemas de 31 años, que lleva cuatro temporadas encarretado con el atletismo callejero, respondió a la convocatoria animado por un amigo del grupo de Sabaneta. Y es que para él este tipo de eventos le permite participar por una meta en común, teniendo en cuenta siempre a las familias, el estado de salud, y mejorar tiempos y la condición física. “También me gusta porque se promueve la cultura y se disfruta el compartir con los amigos; me pareció una carrera bonita”, dice el subcampeón.
Óscar Jaime Osorio, nacido en Salamina, Caldas, de 44 años y comerciante, fue el ganador. “Hice 17.20 en estos 5K, me gusta el deporte y entreno diario”, expresa orgulloso al destacar su logro, luego de haber competido el año pasado. “Fueron dos experiencias bonitas, pero esta estuvo mucho mejor”.
Jhoh y Óscar recibieron sus medallas, al igual que los otros participantes, entre ellos Giovanny, quien regresó a la tumba de Martha Cecilia, se quitó la presea de su cuello y la puso sobre la lápida junto a la foto y las flores que le llevó. Un testimonio al esfuerzo que realizó en su honor que, para él, relata satisfecho, fue como si, una vez más, hubiesen corrido juntos.
SE DUPLICARON LOS PARTICIPANTES
El año pasado se inscribieron 150 personas, número que se duplicó en 2023. Según Isabel Gómez, ante la buena acogida de la gente, la intención es institucionalizar el evento y ampliar el número de categorías. “Es una prueba que no genera presión, cada persona va a su ritmo, con una motivación. Y en un espacio de tanto recogimiento genera sentimientos entre los deportistas que le dan más sentido de participación”.
