Tiene el cabello negro y ondulado, cejas tupidas, y cuando habla deja ver los brackets incrustados en sus dientes. En la muñeca izquierda, tan gruesa y fuerte como la derecha, ambas marcadas por las cicatrices que ha dejado la exigencia sobre los aparatos con los que convive, lleva puesta una manilla negra que le regalaron hace unos días y en la que sobresalen los 5 aros olímpicos.
Su rostro juvenil reparte sonrisas a compañeros y aficionados que lo abordan para tomarse una fotografía. Parece nunca tener prisa, pues aunque la carrera en el alto rendimiento es corta, dice que hay tiempo para todo.
Él, que le entregó parte de su niñez y juventud al deporte, y se privó de muchas vivencias propias de los muchachos de su edad (desde los 5 años ingresó a la gimnasia) valora cada momento de su vida actual, en la que se ha convertido en un referente.
Luego de regresar de Doha y ante la imposibilidad de entrenar en su natal Cúcuta debido a los arreglos que le están haciendo al coliseo, Barajas se concentró en Medellín con su entrenador Jairo Ruiz para continuar la preparación. Aquí estuvo hasta el final del Campeonato Nacional de la semana anterior, en el que no participó en las competencias, pero sí estuvo muy activo apoyando a sus colegas de Norte de Santander.
En el Coliseo Jorge Hugo Hugo Giraldo (nombre en homenaje al primer gimnasta nacional que asistió a uno Olímpicos –Atenas-2004–), Barajas habló de sus inicios, del núcleo familiar, de técnico Ruiz, de Jossimar Calvo, su ídolo y ahora compañero de batallas, de sus metas, de los momentos difíciles que un día le hicieron pensar en abandonar la actividad y, sobre todo, de la ruta que ha caminado para llegar a la élite, en la que espera consagrarse vestido de tricolor, su gran orgullo.
¿Qué sintió cuando le ratificaron que había clasificado a los Juegos Olímpicos?
“Felicidad, una satisfacción grande, porque logré esa meta. Pero a la vez sentí tristeza porque la idea era ir a París con Jossimar Calvo, competir a su lado allí hubiera sido algo maravilloso. Sin embargo, para los Juegos de 2028 se puede dar esa oportunidad”.
¿Qué falló en los planes?
“Yo tenía que clasificar por barra fija para que él pasara por paralelas (Jossi terminó segundo en el ranking). Pero estuve a un puesto y no se nos dio. A Juegos no pueden ir dos gimnastas del mismo país a un aparato”.
Después de digerir todo lo que pasó en el proceso, ¿qué le pasa por la cabeza?
“Agradecido con Dios porque me ayudó a cumplir el sueño que siempre he tenido; ahora la responsabilidad es más grande y toca trabajar con mucho más esfuerzo, disciplina y dedicación para hacer una buena representación”.
Su entrenador es una persona estricta y rigurosa. ¿Cómo ha sabido llevar usted tan joven esa relación y mantenerse firme en los objetivos?
“La disciplina es algo que le da a uno el deporte y mientras uno la agarre, eso lo va a favorecer. Lo es todo cuando se buscan buenos resultados. El profesor Jairo me la inculcó desde pequeño y gracias a eso tengo el nivel actual”.
¿Ha pensado un poco en lo que se va a encontrar en París?
“La verdad no me imagino nada todavía, lo mejor es vivir el día a día, cada momento. Lo fundamental es hacer la preparación al máximo y cuando llegue la Olimpiada hacerla a tope también”.
¿Cuál ha sido la etapa más difícil en su proceso deportivo hacia el alto rendimiento?
“Hubo un momento en el que pensé, no más gimnasia. Son momentos por los que pasa todo deportista, en los que uno se cansa, pero si se es resiliente y los afronta con la cabeza arriba y pensando en que van a llegar las cosas buenas, se sale de eso. Hay que alejar esos pensamientos”.
¿Cuándo le sucedió y por qué?, ahondemos un poco en el tema.
“Cuando tenía 12 años. Casi no iba a competencias internacionales y me aburrí. No perdí el amor, pero me sentía un poco aburrido y no entendía por qué, pero no dejaba de entrenar. Las cosas no me salían por más que lo intentara, entonces seguí luchado y después me di cuenta que esa etapa me llevó a perfeccionar más los ejercicios y entendí que eso me fortaleció más”.
Ni siquiera fue por lesiones. A propósito, ¿cuáles han sido las más duras?
“Tuve un problema en el núcleo de crecimiento de la muñecas, paré y me las enyesaron. También hice un alto en el camino de 6 meses porque tenía un problema en unos discos de la columna. Esas lesiones lo ponen a pensar a uno y a entender que debe ser disciplinado, pues cuando llegan perjudican demasiado el rendimiento”.
¿Cuándo sintió que podía estar en la élite de la gimnasia?
“En mi primer campeonato panamericano que tuve, había deportistas con bastante nivel. Allí, en México, supe que tenía las capacidades para llegar a la élite y me animé más a trabajar y esforzarme”.
Hablemos un poco de su familia, ¿con quién vive?
“Vivo con mi abuela (Nubia) y mi mamá (Angélica), dos hermanos mayores (Yeison y Youri). Todos me han apoyado y son mi inspiración, me han motivado a seguir adelante. Cuando no me va bien me animan. Mi hermano mayor fue futbolistas aficionado y el otro jugó tenis de mesa, ahora los dos trabajan”.
¿Qué representa para usted el profesor Jairo Ruiz?
“Desde los 5 años estoy con él, es para mí un papá que me dio la gimnasia, es alguien a quien admiro; me he encariñado por sus enseñanzas, porque además de aportarnos en la gimnasia a todos, nos educa y hemos formado una familia. Todo el aprecio y la admiración para él. Vivo agradecido con él porque sus aportes y experiencia me han llevado hasta donde estoy”.
Pero es muy exigente y serio a la hora de trabajar...
“Es muy estricto con la disciplina y eso es importante para que podamos llegar lejos. Como persona, le gusta ayudar a los demás, sé que lo hace de corazón, es humilde, noble. Aunque no expresa muchos sentimientos, sé el cariño que nos tiene”.
Usted se formó al lado de Jossimar Calvo, otro exitoso gimnasta cucuteño. ¿Qué le aporta?
“Siempre ha sido y será mi ejemplo, desde los 5 años entreno con él, es una papá para mí también. Aparte de ser compañero, afuera es un gran amigo, me ha dado muchos consejos que me han ayudado en la parte deportiva y personal. Es humilde, sencillo y siempre voy a querer ser como él, es mi inspiración”.
Ángel, usted menciona a Ruiz y a Calvo como sus papás deportivos, pero no a su padre biológico. ¿Qué hay de él?
“Se separó de mi mamá y se fue a vivir a Cali, aunque siempre ha estado pendiente de mí, de qué necesito, está atento a mis competencias y resultados; su nombre es Wilson”.
Desde muy pequeño está viajando por el mundo a competencias, ¿eso le agrada?
“Me gusta mucho viajar, no lo hago como quisiera de ir a conocer más de las culturas. En el deporte se conoce un poco de eso, pero no hay mucho tiempo, es ir del hotel a entrenar y competir, y regresar al país. Sin embargo, cada vez que lo hago estoy feliz, representar a Colombia me gusta mucho”.
¿Se arrepiente de todos los momentos que ha perdido de su niñez y juventud por estar dedicado al deporte?
“En cierta manera sí y en otra no. No, porque me ha ayudado a tener una disciplina, siento que la niñez hace falta, pero el deporte le ayuda a uno a salir adelante. El deporte lo pone a pensar a uno de manera diferente, lo hace madurar mentalmente”.
¿Ya cumplió un objetivo olímpicos, qué sueños más quisiera cumplir?
“Me gustaría conocer al equipo japonés, tiene un buen nivel, sus personalidades. Y más adelante, seguir triunfando en el deporte y aportar en la clasificación del equipo colombiano para los Ángeles-2028”.
ESTÁ TERMINANDO EL BACHILLERATO Y ESTUDIA INGLÉS
¿A qué dedica el poco tiempo libre que le queda en el deporte?
“Cuando no hay competencias, los fines de semana estoy con la familia y con la novia. Salimos a un centro comercial, a comernos un helado, en fin, a despejar la mente”.
¿Por su logros ya es un personaje conocido, cómo maneja el tema autógrafos y fotos?
“Fue un poco difícil al principio, pues en cualquier momento te piden una foto, pero eso también es bueno porque es el reflejo de la imagen que estoy dejando, algo que queda para cuando termine mi carrera deportiva”.
¿Quiénes de las figuras mundiales de la gimnasia son más cordiales?
“Comparto más con los que hablan español. A la par con el bachillerato que estoy terminado de manera virtual, estudio inglés para tener la oportunidad de comunicarme mejor con todos, sé que es necesario para seguir en crecimiento”.
