Después de rozar la gloria continental, Colombia se desinfló y compromete con tres derrotas al hilo lo que parecía iba a ser un andar tranquilo en la clasificatoria sudamericana para el Mundial de 2026.
El mismo equipo que disputó en 2024 en Estados Unidos la final de la Copa América ante la campeona Argentina, cayó en un hoyo tras perder el jueves ante Brasil, cometiendo errores recurrentes como desconcentrarse en momentos claves del partido.
Antes había repetido la historia contra Uruguay y Ecuador, también rivales directos para la clasificación al Mundial de Norteamérica del próximo año. En un abrir y cerrar de ojos el equipo del DT Néstor Lorenzo pasó de ser cuarto en la tabla a ser sexto con 19 puntos, la última casilla de clasificación directa.
Tres claves lo explican:
Un mal endémico en la Selección Colombia
Un mal endémico volvió a aquejar a la selección cafetera: las distracciones en el arranque de los duelos y cuando el reloj está a punto de detenerse.
En Brasilia, Vinícius Jr madrugó a la defensa en la primera jugada del partido y generó un penal. Luego, rescató a la ‘Seleção’ en el minuto 90+9 en un nuevo pestañeo de la retaguardia visitante, que a diferencia del extremo de Real Madrid no entregó el último aliento y permitió un remate que nuevamente les arrebata puntos cruciales en la eliminatoria.
Fue una escena repetida. En noviembre del año pasado Uruguay venció en Montevideo a Colombia con un gol de Manuel Ugarte en el minuto 90+11.
Luego, en casa, los colombianos volvieron a desconcentrarse en el arranque del encuentro ante Ecuador y recibieron un tanto en el minuto siete que nunca pudieron remontar.
Las desatenciones, incrustadas en el ADN del fútbol colombiano, le han costado lágrimas a la selección en Copas América, Mundiales y eliminatorias.
No puede ser posible que el equipo “casi siempre esté desconcentrado y reciba goles en los últimos minutos”, comentó el analista Guillermo Arango. “Otra vez regalando partidos por desconcentraciones”, añadió.
Con Lorenzo, Colombia perdió la final de la Copa América con un gol en la prórroga, al minuto 112, a ocho de la conclusión. “Es un mal endémico de nosotros los colombianos”, comentó el entrenador Juan José Peláez en Win Sports.
“De aquello nada” en el partido entre
Un viejo refrán, ideado por un narrador deportivo colombiano, reza: “Mucho toque toque y de aquello nada”, en referencia al estilo de juego de controlar del balón pero no convertir goles.
Después de la Copa América, el dicho vuelve a retumbar. En las últimas tres derrotas al hilo y otra ante Bolivia en 2024, Colombia tuvo opciones claras para convertir más tantos.
Pero sus delanteros están desenchufados. A Jhon Córdoba, clave en la Copa América, se le mojó la pólvora y Rafael Borré no goza del aprecio de los fanáticos por sus fallos.
La esperanza está puesta en el joven Jhon Jader Durán, quien acaba de cambiar el Aston Villa por las comodidades que le ofrece el Al-Nassr de Arabia Saudita.
Sin embargo, el prodigio es una moneda al aire por su comportamiento en la cancha que lo ha llevado a ser expulsado en varias ocasiones. El propio Lorenzo cuestionó su llegada al fútbol saudita.
“Sin duda que la liga no es la mejor del mundo (...) el nivel de exigencia que él requiere aquí es menor que el que necesitaba en la Premier (League) para ser determinante”, sentenció.
¿Merecer más o hacer más?
Considerado un entrenador protector y paternal, Lorenzo insistió desde el inicio de su mandato en que es hora de que Colombia gane sus partidos sin importar el rival y logre así salir de un círculo vicioso: “Jugamos como nunca, perdimos como siempre”.
Pero desde que le cayó la mala racha, el entrenador se defiende ante la prensa asegurando que no son merecidas las derrotas e incluso culpa al arbitraje.
“Hicimos un gran partido y no nos llevamos nada otra vez”, dijo frustrado el jueves en Brasilia. Los críticos le achacan que es la primera vez en 17 años que Colombia pierde tres partidos consecutivos en la eliminatoria y es hora de pasar de las palabras a los hechos ante Paraguay, el próximo rival ese martes. Otra derrota sería fatal.
Sus defensores le dan un margen de maniobra haciendo énfasis en que su selección llegó a acumular 25 partidos sin perder antes de la final continental ante Argentina en Miami.
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