El 12 de febrero las directivas de las filarmónicas de Medellín y Cali, las sinfónicas de Caldas, Eafit y de la Universidad Autónoma de Bucaramanga le enviaron una carta a Yannai Kadami, ministra (e) de las artes, las culturas y los saberes, en la que le manifiestan la preocupación por un recorte de cerca del 30% del presupuesto del área de música de ese ministerio.
“Vivimos momentos de desazón y profunda preocupación”, se lee en el documento.
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Como si esto fuera poco, la carta denuncia la desaparición tiempo atrás de “la línea de Fortalecimiento de orquestas sinfónicas, que tenía como fin garantizar los aportes para la estabilidad de proyectos-patrimonio musical de la nación”.
De mantenerse el recorte, cinco de las siete orquestas profesionales del país estarían en grave peligro de desaparecer en los próximos dos años. Además, quinientos músicos sinfónicos colombianos quedarían en el aire, con especial énfasis en los 300 que tienen ingresos fijos gracias a estas orquestas. Otro elemento que quedaría en jaque sería el de la formación de públicos porque, como detalla la carta, las orquestas tendrían que recortar sus programas pedagógicos, dejando a más de 6.000 niños y niñas sin el acceso a los conciertos pedagógicos.
“Hoy entre las cinco orquestas regionales aportamos cerca de 10.000 millones adicionales a la asignación del Ministerio. La reducción anunciada obliga a las orquestas a recortar capacidades de gestión y administrativas de las entidades, afectando sus finanzas y el relacionamiento con otros financiadores actuales o potenciales”, se lee en el documento.