Esta semana continúa la temporada de arte en las salas de Cine Colombia, ahora con un documental que le permitirá al espectador a acceder a 28 de las 37 obras de Vermeer que fueron reunidas por primera y última vez en el Rijsksmuseum en un espectáculo único en la vida.
Con préstamos de todo Europa y Estados Unidos, desde la Frick Collection en Nueva York, o la National Gallery a la Gemaldegalerie en Berlín, estas obras dejaron sus instituciones y viajaron a Ámsterdam para esta histórica exhibición.
Ahora, se podrán ver en las salas de cine de Bogotá, Medellín y Cali con funciones los días 25, 26 y 27 de agosto con el documental Vermeer: La mayor exposición, en la exhibición más grande de Johannes Vermeer (1632-1675) en la historia.
Tras 16 semanas de apertura, prolongadas filas y entradas agotadas desde su lanzamiento, el Museo Nacional de Ámsterdam recibió a un total de 650.000 visitantes que marcan el mayor éxito del museo jamás antes alcanzado.
Esta acogida sin precedentes, es un reflejo de la profunda admiración hacia el maestro holandés, considerado el mejor pintor de su época, aplaudido por su destreza con la luz, el manejo del pincel y el uso fiel de la perspectiva. Museos de todo el mundo, curadores e incluso científicos trabajaron juntos para entender y reinterpretar la experimentación detrás de un artista en gran parte misterioso.
Desde sus temáticas bíblicas e históricas, hasta su salto a la cotidianidad, el documental se propone descifrar la calma, el silencio y la eternidad de sus pinturas que siguen fascinando a los seguidores, aún cuatro siglos después su muerte.
“No éramos los únicos que pedíamos acceso a la exposición, pero ya habíamos trabajado en el Rijksmuseum y confiaban en nosotros. Así fue como en la inauguración, tuvimos la posición enormemente privilegiada de tener las galerías para nosotros solos y hacer entrevistas a los principales historiadores del arte del Reino Unido”, comentó Phil Grabsky, productor del documental.
A Johannes Vermeer se le atribuye la gran habilidad de crear escenas antes de que las películas fueran inventadas. Captura momentos y sugiere, a través de sus pinturas, que hubo un antes y un después de lo que se está observando. Convierte sus obras en un enigma jamás resulto sobre qué dice esa carta que sostiene la mujer en su mano (Mujer leyendo una carta con la ventana abierta), o qué relación mantiene el hombre y la mujer que están sentados en esa mesa (Dama bebiendo con un caballero).
Ese sentir cinematográfico se apoya en la composición, la textura de las superficies, la perspectiva, y por supuesto, su amplio conocimiento de la luz. Los jesuitas, con los que Vermeer era cercano, tuvieron un gran papel en su formación por su extensa investigación en lo que para ellos significa “La Luz de Dios”. La cámara oscura, por otro lado, le fue útil para enfocar objetos a través de la pintura, jugando con la definición de los colores y detalles. Lo cierto es que Vermeer pasaba horas observando un objeto para ser preciso con los puntos de luz y su comportamiento real sobre las superficies.
La tecnología fue clave en la preparación de esta exhibición. Al quitar el barniz de las pinturas y usar cámaras con lentes excepcionales, es posible revelar las capas de la obra y adentrarse en las decisiones creativas que tomó el artista. Un viaje por el tiempo nos acerca a ese Vermeer, pintor perfeccionista, donde cada detalle o la adición de elementos nuevos, tomaba incluso años.
De igual forma, esas decisiones permitieron crear una intimidad nunca antes vista. “Los cuadros de Vermeer no son narrativos en el sentido de que no pasan muchas cosas, como caballos galopando, gente peleándose o algo así”, dijo Gregor Weber, experto en Vermeer.
Y agregó, “sus cuadros son siempre muy tranquilos, muy introvertidos”. Vermeer transporta a la audiencia a la Holanda del siglo XVII, regalando unos pequeños destellos de lo que pudo ser el día a día de esta época. De esta forma, el documental amplía la imagen de un artista que el mundo creía conocer y que aún hoy, es materia de admiración y estudio.
