En una noche estrellada de este enero, desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, el cohete Falcon 9 de SpaceX despegó iluminando el cielo con un brillo inigualable y llevando en sí al alunizador Blue Ghost de Firefly Aerospace y al alunizador Resilience, el cual transportaba un cargamento especial: una pequeña casa roja de estilo sueco, lista para convertirse en el primer “edificio” en la superficie lunar.
Entérese de más: Las curiosidades que dejó el 2024
Un momento y un gesto que a simple vista podría parecer abstracto, pero que en realidad, marcaba la culminación de un sueño que el artista sueco Mikael Genberg había acariciado durante más de dos décadas, y había bautizado con el nombre The Moonhouse, ya que para él, todo lo que dentro de la iniciativa existiera era más que un proyecto artístico.
¿Qué representa The Moonhouse para Genberg?
Es decir, según Genberg The Moonhouse representa una invitación a desafiar las barreras de lo posible y a reflexionar sobre la relación entre el ser humano, el espacio y su hogar en la Tierra. “¿Qué significa esto? ¿Qué propósito hay en ello?”, preguntó en una entrevista, y “Es arte”, afirmó después, subrayando que su significado no se mide por su utilidad, sino por las preguntas que despierta: “¿Podría ser un símbolo de esperanza, del futuro de la vida, o incluso del significado de la existencia?”.
Y es que la casa, una representación fiel de las tradicionales viviendas rojas suecas, ha sido un elemento recurrente en la obra de Genberg, apareciendo en ubicaciones tan insólitas como árboles, bajo el agua, en la Gran Muralla China y hasta en la Estación Espacial Internacional.
Le puede interesar: La Nasa aplazó, de nuevo, el regreso de dos astronautas que están varados en la Estación Espacial Internacional, ¿por qué?
Por eso no es raro que en la actualidad, el proyecto haya alcanzado nuevas alturas al dirigirse hacia las regiones del norte del lado cercano de la Luna, donde permanecerá como un testimonio perenne de la creatividad y la ambición humanas.
Ahora, la travesía de The Moonhouse hacia el satélite es, además, una muestra de colaboración tecnológica, artística y científica, pues la casita está acoplada al micro explorador lunar Tenacious, que se desplegará del alunizador Resilience al llegar a su destino después de un viaje de cuatro meses. Una vez en la superficie lunar, el explorador colocará la casa en su lugar, tomará fotografías y dejará el edificio en pie, posiblemente durante miles o incluso millones de años. “Es bastante hermoso pensar que algo tan cotidiano como una pequeña casa roja pueda permanecer allí, como un recordatorio de nuestras raíces y de nuestras aspiraciones de explorar más allá de nuestros límites”, explicó el artista.
El proyecto, que ha requerido entre 620.000 y 888.000 dólares para su desarrollo y ejecución, según Associated Press, comparte carga con “el equipo experimental de producción de alimentos, una sonda de radiación del espacio profundo, un equipo para electrólisis de agua, una placa conmemorativa de aleación de un grupo japonés de ingeniería y entretenimiento, y por supuesto, Tenacious el explorador”, informó Gizmodo US.
Lea también: SpaceX logró impresionante maniobra con su megacohete Starship: paso clave para el futuro de los viajes espaciales
Por último, Genberg concluyó: “Hablar de una casa en la Luna puede parecer algo loco o idítico, pero también es profundamente poético. Es un símbolo de que cualquier cosa es posible si lo ponemos en mente”.
The Moonhouse: el primer edificio humano en la luna
De concretarse con éxito, The Moonhouse será no solo el primer proyecto artístico en llegar a la Luna, sino también el primer edificio humano en posarse sobre su superficie, ya que aunque pequeña en escala, esta casa roja encapsula una ambición monumental: la de combinar arte, ciencia y tecnología en una declaración que perdurará por generaciones, tanto en la Tierra como en el cosmos.