Serrat es de esos pocos seres humanos que ha logrado el prodigio de volver su apellido una marca inconfundible. No hay dos Serrat, solo hay uno: Joan Manuel, el querido cantante catalán al que Colombia no se cansa de aplaudir cada vez que sus giras lo traen de vuelta a los escenarios.
Febrero es el mes. El 16 estará en Medellín (Plaza La Macarena) y el sábado 18 en Bogotá (Corferias). No viene solo, sino con tres de sus incondicionales: los también españoles Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, haciendo una presentación renovada del concierto El gusto es nuestro, que presentaron 20 años atrás.
Serrat habló desde Barcelona, en España.
¿Qué significó volverse a reunir con Ana, Miguel y Víctor, para cantar y viajar, 20 años después de un proyecto tan exitoso?
“La verdad es que nos reunimos bastante a menudo, lo que pasa es que llevamos 20 años sin juntarnos para cantar, al menos para cantar los cuatro, porque nos hemos visto uno con otro y otro con uno para tener el gusto de compartir escenario. Lo que resulta verdaderamente gratificante es volver a ir a Colombia, después de tanto tiempo sin poder estar. Para nosotros no es recuperar un concierto que dejamos sembrado por ahí hace 20 años, sino ir a sembrar uno nuevo, y eso es fantástico”.
No es un secreto que sus fanáticos son incondicionales, así que seguramente muchos los vieron hace dos décadas, ¿qué tendrá este espectáculo?
“Me vieron seguramente los que tienen más de una edad, pero otros no han visto el espectáculo. Lo que espero es que para todos resulte un concierto que no tenga otra novedad que la de responder a las expectativas que sea capaz de crear. Venimos cada uno con sus canciones, compartiéndolas entre nosotros, tratando de compartirlas entre la gente, disfrutándolas y buscando divertirnos con lo que más nos gusta, que es hacer nuestro oficio”.
¿Cómo decidieron qué canciones nuevas incluir y cuáles dejar afuera?
“Lo primero que hicimos fue darnos mucha libertad para que cada quien escogiera lo que quisiera cantar y más tarde acordar los duetos que cada quien quisiera hacer con cada cual. Es algo que nace del afecto al trabajo ajeno y del respeto mutuo que nos tenemos, además del cariño. Porque, evidentemente, si no existiera una amistad profunda, como la que hay entre nosotros, difícilmente valdría la pena estar compartiendo escenario a esta altura del partido”.
De la primera gira, además de los recuerdos, quedaron discos y libros, ¿qué dejarán después de esta?
“Claro que dejaremos. Hay un disco grabado, del que no sigo exactamente su edición, pero sé que está ese material discográfico, además del videográfico. Espero que los puedan compartir y disfrutar en Colombia (aún no hay disquera que los traiga al país; está en Spotify)”.
¿Qué representa para Serrat regresar a Colombia, que lo ha aplaudido tantas veces, ahora en un momento distinto, cuando el país intenta pasar la página de la guerra y lograr una reconciliación?
“Para mí es un placer. Ojalá pudiera venir más a menudo, si mis actividades y mi familia me lo permitieran. Cada vez que vengo trato de disfrutar lo más que puedo de una tierra que me es querida, que no me es en lo absoluto ajena, o de paso, o de trabajo, sino donde tengo amigos, donde he perdido muchos amigos y donde, a pesar del tiempo transcurrido, todavía sigo con la ilusión de generar nuevas amistades. He estado en Colombia en épocas muy oscuras y en épocas mejores. Quizá ahora sea una época que pueda plantear una nueva esperanza para el país, que ya lleva muchos años peleando por ello. Ojalá se concrete todo este proceso largo, que sin duda será más largo en muchos aspectos, y que cuanto antes llegue a buen puerto, para poderlo disfrutar”.
¿Cuál es el secreto para que ustedes mantengan esa energía intacta, casi adolescente, sin importar la edad?
“Qué más quisiéramos. Ana es la que lo tiene mejor, porque es, por supuesto, la más hermosa y la que transmite más energía. A los demás, afortunadamente, la vida no nos ha tratado mal a ninguno y hemos podido mirar las cosas con bastante ilusión, sin que la salud nos cause malas pasadas que no se puedan superar. Por otra parte, no creo que la juventud esté en el corazón solamente, sino que está en muchas otras partes y nosotros no tenemos ningunas ganas de dejarla más de lo que ella nos deje a nosotros, al menos en mi caso. La juventud nos ha ido dejando poco a poco, pero no quiero darle chance de que lo haga más de prisa”.
¿Cómo está la familia, especialmente Candela, que le sigue los pasos, como actriz?
“Afortunadamente muy bien, lo cual quiere decir que yo también, porque es muy importante que este pequeño mundo que es cada familia, funcione, para que uno pueda funcionar”.