¿Pagar altos costos por estimular la inteligencia creativa de los niños? No, eso jamás será necesario, con objetos que hay a la mano en casa, incluso con material reciclable, es posible que ellos, además de desarrollar creaciones propias, puedan aprender.
Es más, este tipo de trabajos pueden convertirse también en creatividad para los padres, esa que muchos lamentan haber perdido y que pueden estimular de nuevo en la relación con sus hijos.
“Los papás muchas veces no saben qué hacer con los niños y no todo tiene que ser televisión, tabletas, tecnología; hay otras opciones que les permiten cambiar la perspectiva de las cosas”, señala María José Ospina, directora de Agenda del Mar y creadora de Bee Box, cajas creativas para niños de 3 a 8 años que potencian su curiosidad y creatividad.
Esta alternativa incluye tres o cuatro manualidades con los materiales y el instructivo para desarrollar los proyectos. Una de sus particularidades es el uso de material amigable con el ambiente, que además de ser de fácil manejo para los niños, tiene como propósito adicional educarlos en el manejo responsable del entorno.
“Hoy, cuando las exigencias laborales dejan cada vez menos tiempo para compartir con los pequeños y apoyar su proceso, es vital aprender qué y cómo hacer para incentivar su inteligencia creativa, e incluso, involucrar a familiares, cuidadores y educadores en el proceso, con elementos simples y técnicas divertidas que fortalecen los vínculos afectivos, haciendo además uso del juego, una herramienta donde está comprobado, los niños aprenden más.
La creatividad es una habilidad que puede ser desarrollada en cualquier momento de la vida, y es la base del pensamiento paralelo, término acuñado por Eduard de Bono, psicólogo de Oxford, que no es otra cosa que solucionar retos de una forma distinta”, asegura Natalia Gutiérrez Ibáñez, especialista en innovación, consultora en la metodología Lego Serious Play.