A Ricardo Arjona le llueven críticas, pero él cosecha éxitos. Tiene 60 años, ha lanzado más de 20 discos, ha vendido más de 80 millones de copias, ha ganado un par de premios Grammy y varios otros, y es considerado uno de los artistas más exitosos en Hispanoamérica. Pero su triunfo es para muchos la derrota del arte verdadero, porque a Arjona también se le considera el poeta de los que no leen, pero él no parece tener ningún problema con eso.
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– ¿Qué tan feliz es Ricardo Arjona?
– Te cuento, una buena mañana me desperté –esto es cierto, no es de Kafka, esto es mío– y no me desperté con formas extrañas, pero me desperté sin entender nada, prendí el televisor y no entendí nada, puse un programa familiar, no entendí nada de lo que pasaba. De tanto no entender nada, empecé a entenderlo todo. Y empecé a lograr un nivel de plenitud, ojo no quiero parecer como estos influencers que andan vendiendo “no entiendas nada y será feliz”, no, no va por ahí.
La felicidad son esos golpecitos que vienen de vez en cuando y que te ayudan para poder solventar el montón de golpezotes que vienen casi siempre. Pero no entender nada sin preferencias, regularmente te lleva a un estado de plenitud, porque después ya no le exiges nada a nadie–, dice Arjona.
Habla de Kafka y su novela La Metamorfosis, pero la intepreta a su manera, la acomoda a su vida. Eso es lo que hace mejor, traducir lo genial, volverlo corriente, ponerlo al alcance de cualquiera. Arjona es el poeta del lugar común, de lo cotidiano, de la mayoría. Ese es su éxito. Eso, y que escribe por y para las mujeres, como hacen casi todos los artistas populares.
En el 2023 Arjona tuvo que suspender su gira Blanco y Negro: Volver... Para Decir Adiós para someterse a una intervención médica complicada. Parecía que se despedía abruptamente de los escenarios, pero no fue así. En el proceso de recuperación de la cirugía, que tuvo lugar en Barcelona, España, terminó componiendo un nuevo disco, Seco, que lo llevará de nuevo por los escenarios y le da un nuevo alargue a su carrera.
El disco empieza, justamente con una canción llamada Barcelona. Un tema románticón de aquellos que sólo el sabe hacer.
Cuando te ví mi corazón ya te adoraba,
la misma tarde a Cadaqués
Y en Portlligat justo a las 10
Yo te besaba y nos veía el Mediterráneo
Como siameses todo el mes
Hicimos base en Cadaqués
Yo era Dalí y tú, mi Gala enamorada
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– Seco es un nombre que viene de sus recuerdos familiares...
– Es como a mí me dijeron desde siempre. Es una manera de regresar al pasado. Se me juntaron muchas cosas, desde el final de la gira, que lo terminé con seis infiltraciones en la columna, hecho pedazos, muy medicado, hasta la doble cirugía en Barcelona. Se me vinieron muchas cosas a la cabeza y eso te hace realizar un ejercicio que tiene que ver con el pasado, que para el autor fue fantástico.
El autor siempre jorobando, porque el autor se vitaliza del sufrimiento, muchas veces. Toda la vitalidad que adquiere y que va a parar a canciones que son emocionalmente más poderosas que las canciones que hace cuando está feliz, hacen que él se la pase increíble pero que el otro esté jodido como nunca. A mí me tocó estar jodido como nunca mientras escribí este disco. Lo irónico, en este caso, es que cuando escuchas el resultado de las cosas que escribiste cuando estabas muy jodido, te hace sentir mucho mejor, que es donde estoy ahora. Pero sí, sin duda Seco tiene mucho que ver con mi pasado, con mi vida, con lo que soy–, le dijo el guatemalteco a Colprensa.