El Himno Nacional comparte una suerte parecida a la de los otros símbolos patrios, la bandera y el escudo. Reciben palabras de rechazo y afecto de muchas personas. Unas les hallan un gran sentido, otras no encuentran en ellos la belleza que algunos más les atribuyen.
Pero, a diferencia de esos dos compañeros, el Himno tiene la ventaja de que suena a diario, dos veces al día, por las emisoras de radio.
“Así como del escudo han dicho que no tiene sentido que siga conteniendo el Canal de Panamá, del Himno también han hablado mal, pero creo que es un canto bien hecho, con todo el sentimiento patriótico por parte del doctor Rafael Núñez”.
Este comentario es del historiador Germán Suárez Escudero, quien señala que la canción representativa de los colombianos posee una letra “muy afortunada”, en la que, un verso tras otro y una estrofa tras otra, van aludiendo a momentos clave de las gestas independentistas.
En las primeros apartes se refiere al Grito de Independencia, el 20 de Julio de 1810, a partir del cual, enardecidos los ánimos, comienzan las campañas libertadoras, como la batalla de los Llanos Orientales, en la cuenca del Orinoco.
Los padecimientos del Caribe, durante la Reconquista Española, merecen mención especial. En la cuarta estrofa dice:
A orillas del Caribe
Hambriento un pueblo lucha,
Horrores prefiriendo
A pérfida salud.
¡Oh sí! de Cartagena
La abnegación es mucha,
Y escombros de la muerte
Desprecian su virtud.
El historiador explica que la invasión de los españoles fue muy agresiva. La población quedó encerrada en el Corralito de Piedra. Quien estuviera por fuera encontraba la muerte.
“El hambre acosaba y la gente le arrancó el cuero de vaca a los taburetes y lo cocinó para hacer gelatina. Y así sobrevivieron el asedio, del que los defendieron Blas de Lezo y sus hombres.
Menciona la batalla de Bárbula, en Venezuela, donde pereció Atanasio Girardot, tras la victoria patriota, cuando intentaba fijar la bandera.
Hasta la devoción a la Virgen María, traída por los ibéricos en la Colonia, aparece en la octava estrofa. Los primeros versos dicen: “La Virgen sus cabellos/ arranca en agonía”.
“Los devotos terminan por pensar que ella participaba en el dolor de quienes hacen sacrificios para conseguir la Independencia”, comenta el historiador.