Cuando usted se imagina el rostro de Jesús de Nazaret, ¿cómo se lo imagina? ¿Rubio, pelilargo, barbado y ojiclaro? Aunque puede que Jesús nunca se haya visto así, puede que recuerde la imagen del rostro de Jeffrey Hunter quien interpretó al hijo de Dios en Rey de Reyes (1961) o quizá piense en el de Brian Deacon quien tuvo el mismo papel en Jesús (1979) o quizá su cabeza recurra a una actuación más reciente como la de Jim Caviezel en La Pasión de Cristo (2004).
La representación de la historia bíblica en las películas se extiende atrás en el tiempo. El libro Catholics in Movies, publicado por Oxford University Press, da cuenta de que una de las primeras producciones que se hizo en cinta recreando un relato bíblico fue en 1897, cuando se grabó una obra teatral de la pasión de Cristo sobre una terraza en Nueva York.
“Algunos cineastas de películas mudas, al igual que muchos ministros y curas, pensaron que hacer películas basadas en la Biblia podrían tender un puente entre el entretenimiento y la devoción. Una película bien hecha, una con gusto y piedad, podría educar e inspirar”, escribe la autora Colleen McDannell.
En la década de los 20, una serie de películas empezaron a narrar historias bíblicas en Hollywood, producidas y dirigidas por Cecil B. DeMille. Los Diez Mandamientos y Rey de Reyes fueron esos primeros acercamientos y fue ese mismo director el que decidió volverlas a recrear 30 años después.
“En la década del 50 se realizaban mega producciones”, dice el profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de La Sabana Juan Carlos González, fueron producciones para las que se invirtieron grandes sumas de dinero que se emplearon para la creación de escenarios, por ejemplo.
Una nueva versión de Los Diez Mandamientos fluyó entre esos impulsos. “Era una manera de rescatar el poder del cine que podría perderse frente a la naciente televisión”, indica González.
Hubo fuertes apuestas de los estudios en esa época. Ben Hur “trasciende por su calidad técnica y estética”, añade y El manto sagrado fue grabada en cinemascope, para ser proyectada en grandes pantallas. “Gustaban, eran de buena calidad y buena factura técnica”, por eso considera que siguen vigentes hasta ahora, además del mensaje.
Ramiro García, administrador quien trabajó durante varios años en la editorial San Pablo, destaca que la Semana Santa es una época en la que la gente regresa a buscarse a sí misma y “muchas veces esas búsquedas las encontramos cuando intentamos unir el amor y el dolor”, que se evidencia en estas cintas.
Considera que el público regresa a estas películas porque “cada año vamos a tener distintos problemas y distintas alternativas”. Cree que este 2020, por ejemplo, la gente va a verlas de manera muy distinta debido a la coyuntura y que además “fueron hechas desde una parte muy humana y emocional”,
Retomar esas historias
Desde entonces ha habido otros intentos por acercarse a las historias bíblicas en el cine, como otra versión de Ben Hur, pero ya los estudios no invierten esas mismas sumas de dinero en esa clase de ideas y hay otras prioridades. Además, señala González, no han sido tan exitosos, ni han tenido la misma empatía con el público como las de la década del 50.
Ha habido varias versiones de la vida de Jesús, entre ellas Jesús de Nazaret (1997) y el Evangelio de Juan (2003) y (2014). Pero “la última película con una factura importante posiblemente fue La Pasión de Cristo de Mel Gibson, que en términos de inversión, del mensaje, de la cinematografía tuvo un nivel importante que hace que se haya convertido en un clásico”.
LightWorkers Media produjo en 2013 una miniserie de episodios del Nuevo Testamento, se llama La Biblia. Esa miniserie fue adaptada para crear la película Hijo de Dios dirigida por Christopher Spencer.
Espacio para otros relatos
Ha habido otros intentos por narrar las enseñanzas que subyacen en la Biblia, más allá de recrear los eventos de sus personajes.
El actor y productor mexicano Eduardo Verástegui, quien ha contado muchas veces la historia de su conversión al catolicismo después de conocer la fama, fundó una productora llamada Metanoia de la que surgieron películas como Bella (2006) o El Gran Pequeño (2015). Su propósito ha sido contar historias que lleven consigo enseñanzas positivas inspiradas en la Biblia.
Desde otras religiones también se han hecho acercamientos. Sheerwood Pictures nació de una comunidad cristiana en Georgia, Estados Unidos y la productora ha hecho películas como A prueba de Fuego, Valientes y Enfrentando a los gigantes.
De acuerdo con MacDannell son pocas las religiones que no se han llevado a la pantalla de una u otra forma. Por ejemplo, la industria del cine de la India, Bollywood, ha sido más bien controversial a la hora de representar el hinduismo en sus películas. Recibe constantemente muchas críticas por las formas en las que representa la religión.
En esta Semana Santa puede sentarse a recordar las historias bíblicas, pero también tiene otras maneras de conectarse con esas enseñanzas a través de lo que se contará en la pantalla.
